Durante la pandemia, nos hemos encontrado con varios retos en casa -entre “me tengo que conectar a una videollamada con mi jefe/cliente”, “necesito cocinar algo sano”, “ya voy tarde a conectar a mis hijos y/o hijas a sus clases”, “me urge hacer ejercicio”, etcétera- y muchas veces 24 horas no parecen suficientes.
Entre todo ese mar de responsabilidades, se nos olvida que necesitamos hacer algo más que “conectar a mis hijos a clase”; también necesitamos enseñar, ser formadores y fortalecer el aprendizaje de nuestra familia; explotar su creatividad y escuchar a nuestros niños, pero ¿cómo? Impulsando su educación a través del juego.
Descubre cómo transformar tu casa en un lugar lleno de oportunidades para ellos; ponernos creativos y dejar que nuestros niños nos sientan cerca y se apropien de los espacios; darles ideas de juego y participar como familia.
¿Por qué? Porque el juego en el aprendizaje puede cambiar vidas.
Seguramente habrás oído la famosa frase: “El juego no sirve para aprender”, pero eso es un mito. Recuerda tu infancia, ¿cuántas cosas buenas aprendiste jugando?
Aprendes a compartir, a resolver, a mejorar tu tolerancia a la frustración, a ser más creativo, entre muchas otras cosas.
Recuerda que la niñez es una increíble etapa de exploración que promueve el aprendizaje de una forma sencilla en la que adquieres distintas habilidades que sirven de apoyo para madurar y mejorar nuestra comunicación con los demás, así como nuestra psicomotricidad.
El juego es un apoyo para profundizar en el increíble mundo de la educación; implica retos que motivan y captan la atención del niño, de modo que los pequeños y grandes esfuerzos evolucionen en logros que les permitan ser tu reflejo. Así, sin darnos cuenta, con estos pequeños momentos de diversión, generamos un lazo emocional que impulsa todo tipo de conocimientos.
¿Cómo logró incluir en la rutina familiar el juego como herramienta de aprendizaje?
- La primera regla y la más importante es: diviértanse; es un momento de aprendizaje y de conexión con cada uno de los integrantes de la familia.
- No impongas juegos, tampoco es una obligación; solo no olvides que estos retos fomentan la exploración de capacidades.
- Sé espontáneo y creativo: permite que tu hijo o hija invente juegos; maximiza su capacidad.
- Usa un lenguaje sencillo de comprender.
- Muévanse, salten, corran, escóndanse y conozcan juntos las capacidades motrices de la familia.
- Encuentra un momento para reflexionar sobre los aprendizajes obtenidos con estos momentos de juego.
- Premia las distintas ideas y esfuerzos. Recuerda que no hay impulsos pequeños; eso ayudará a fortalecer la autoestima de tus niños.
Sean felices con todos esos momentos de diversión y, si crees que tu creatividad no está al cien, confía en los expertos. Hoy en día, uno de los institutos impulsores del aprendizaje a través del juego es Kinich School, que además de tener un modelo educativo digital, motiva a los estudiantes a ser mejores humanos a través del fortalecimiento de sus conductas socioemocionales y modelos didácticos que te dejarán tranquilo al poner a tus hijos en sus manos.
¿Quieres saber más sobre el tema? Síguelos en sus redes sociales: @kinichschool.
Artículo en colaboración con Kinich School