Todo lo que se materializa proviene de nuestras intenciones; la inteligencia universal es la fuente creadora con la que atraemos a nuestras vidas todo lo que deseamos; formamos parte de un conjunto de posibilidades infinitas en un gran universo.
Las creencias limitantes son un obstáculo para florecer. Si pensamos en la escasez, escasez será lo que llevemos a nuestro lado. Los pensamientos de amor, de bondad y de abundancia nos sitúan en una escala vibracional alta y son un bálsamo para acercarnos a la prosperidad.
El firme vínculo con la intención se alcanza cuando hacemos nuestra la dignidad al asumir que merecemos lo que deseamos. En este devenir nuestra autoestima crece día con día alimentada por sentimientos enaltecedores hacia nosotros mismos. La expansión de las emociones se multiplica al actuar con el principio universal de que todo lo que va, viene.
Los sentimientos negativos como la ira, la envidia y la vanidad obstaculizan la conexión con la intención. Necesitamos la atención y el enfoque de nuestra energía sobre lo que deseamos atraer, anticipándonos siempre a nuestro constante vínculo con las carencias. Poner en acción la Ley de Atracción de manera consciente requiere que tengamos un enfoque firme y que reconozcamos que en el cosmos existen fuerzas superiores.
La evolución se logra cuando transformamos realmente nuestras antiguas ideas permitiendo que unas nuevas y frescas ocupen su lugar.
Supón que la mente es un jardín al que hay que limpiar y podar para abrir espacio a las novedades. Lo que pensamos y, sobre todo, lo que sentimos, debe estar alineado para emitir la frecuencia que corresponda a nuestros anhelos.
Ampliar la visión requiere el trabajo personal y el viaje constante a nuestro interior. Para que exista luz en nuestra vida necesitamos iluminarla y mantener en funcionamiento el contacto energético, del que parte la creación de todo lo que vive y reside en uno. Nos convertimos en lo que pensamos: aquello en lo que uno se enfoca, germina.
Cuando sientas que te desconectas de esa fuente de intención, sólo imagina que necesitas regresar a ese punto para reconectarte, como lo hace un switch. De ese modo mantendrás la frecuencia vibracional alta.
Las personas se preocupan por encontrar un propósito, por asumir una misión en la vida. Yo sugiero que cotidianamente hagas lo que te gusta en conciencia y que asumas las consecuencias de tus actos. Haz avanzar tu barco y permite que los demás hagan lo propio. Evita los juicios que a nada te llevan y que, al contrario, desgastan. Cuida tu energía, ya que es muy valiosa, y consiente tu cuerpo que es el vehículo con el que viajas por la vida.
Somos seres espirituales que estamos aprendiendo a comportarnos como humanos. La lección se repite hasta que la comprendamos.
Te compartiré un secreto muy importante: enaltece y extiende tu bondad en todos los sentidos. Cotidianamente, la vida nos regala la gran oportunidad de ser amables, cariñosos, amorosos y agradecidos. Estamos inmersos en una sopa cuántica en la cual muchas veces queremos ir a contracorriente, haciendo a un lado el precepto de que lo que se resiste, persiste.
Cada mañana, abraza un nuevo amanecer; ejercita tu intención con el ingrediente de la pasión. Procura que nada ni nadie se apodere de tu varita mágica.
La auto-observación es absolutamente necesaria para poder crear hábitos positivos sin que nos saboteemos: deja en el cajón el ego. Recuerda que el mayor valor reside en tu condición de ser, independientemente de lo que hagas.
Comprométete con tu intención a cada momento para experimentar la gran magia de vivir.
Mantente en un estado de amor y gratitud. Te auguro que experimentarás el mejor de los viajes.