Veo que estás haciendo tu maleta, me alegra que hayas decidido emprender este viaje. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que nos vimos? ¿Tres, cuatro años? Seguías en esta misma ciudad en donde has vivido tantos años, hasta que dijiste: “¡Basta ya de hacer lo mismo! Esa es la razón por la cual nunca obtengo algo distinto”.
Me sigue sorprendiendo la humanidad. Somos una especie que tiene el don de elegir diariamente y a cada instante entre una cantidad infinita de opciones y, al final, aun con la herramienta del libre albedrío, la mayoría continúa confinada a su zona de confort, esa de la que hemos hablado tantas veces. Si lo piensas bien, es comprensible: en un mundo de cambios constantes, lo que menos se antoja es salir de ese espacio donde nos encontramos a gusto, como en casa, bajo el cuadro, mapa o paradigma que se nos ha legado casi como un tatuaje.
En lo que nos enfocamos seguramente obtenemos justo lo que resistimos, cabe mencionar que lo que resistes, persiste; similar atrae a lo similar y sobre todo atraemos todo lo que vibra en nuestra misma frecuencia. Imagínate en un planeta donde la mayoría de las personas vibran o sintonizan en radio tristeza o radio miseria, cuánta energía requerirías para mantenerte en alto y poder vivir en abundancia en vez de escasez; se requiere de una gran valentía y de nunca perder el objetivo.
En los últimos meses he observado que también has transformado tu vocabulario. Es un concepto muy importante, hay que recordar cotidianamente que la palabra es mágica, que constru- ye o destruye y que la repetición es la madre de todas las artes: lo que decimos se convierte en una verdad, aun cuando sea mentira. De ahí que nuestros pensamientos se conviertan en nuestras pa- labras, estas en sí hacen un hábito que forma nuestro carácter para volverse destino.
Sin duda, las afirmaciones elevan la frecuencia y nos mantienen en un mejor nivel energético durante el día. Los esquemas que utilizamos, negativos mayormente, tienden a perjudicarnos, es inexplicable nuestra propensión a alimentarlos, conservarlos y hasta disfrutar de ellos. Ser tolerantes con nosotros mismos hace que irradiemos confianza; ser pacientes sabiendo que la paciencia infinita trae resultados inmediatos.
Que el tiempo es perfecto y que todo llega cuando debe ser, siendo que aquello que siembras es lo que cosechas. Permitir que esto se dé es un arte y se logra cultivan- do las semillas, dándoles especial cuidado con constante observación; una vez que ya te conoces, puedes dar el siguiente paso y cuestionarte hacia dónde vas.
Aquellas personas que le dan sentido a su vida se reconocen de inmediato, caminan distinto, con seguridad y certeza, poseen algo que las diferencia del resto, fluyen y confían. Cuando el camino se bifurca o hay algún bache o piedra, cual artista, bailarín de circo o mago, le dan la vuelta y lo superan; conocen la metáfora sobre el roble que se rompe por ser tan fuerte y ¡puf! Unen la gracia, garbo y flexibilidad en esta danza cósmica, manteniendo su frecuencia. Conquistan sus miedos, no van en contra de algo, más bien a favor de todo lo que contenga amor, el motor que mueve al mundo. Al tener el regalo de conocer tu camino pones la intención de lograrlo y llevarlo a buen fin; ir, seguir, perseguir.
Eres tu propio aparato de vigilancia, solo tú sabes lo que puedes hacer con tu propia vida, existen los roba sueños y vampiros de energía, déjalos pasar como en viento, todo es energía que se puede y se debe transformar.
Limpia la bruma que te impide ver el horizonte, comprométete contigo mismo, cada pensamiento y cada palabra es un decreto, una oración, el verdadero poder radica dentro de ti, guarda el papel de víctima en un cajón, nada más trillado y cansado que quejarse constantemente.
Suelta todo aquello que cargas de más, ve ligero de equipaje.
Recuerda siempre que todo aquello que deseas, te desea. Abróchate el cinturón, la vida te espera, abre tus alas y vuela.
Texto por: TERRY GUINDI
Escritora y conferenciante mexicana se ha especializado en la Ley de Atracción para lo cual ha escrito varios libros, algunos de ellos bestsellers, además de dictar conferencias en México y en el extranjero; participa constantemente en programas de radio y televisión pública semanalmente en su columna “La palabra mágica” en un diario nacional. Ha estudiado con maestros de renombre como Anthony Robbins, Deepak Chopra, Caroline Myss, Wayne Dyer.
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