Una trinidad de bahías como la de Santiago, Cenicero y Manzanillo conforman el llamado Dorado Pacífico mexicano. En torno a éstas burbujea la espuma de mar de playas claras y limpias como Salahua, Miramar, La Boquita y Las Hadas. Sobre ésta última existe una leyenda particular. Se cuenta que durante la marea alta, las olas que azotan en la arena dorada dibujan curiosas formas que simulan las estilizadas alas de este ser mítico. Cuando estas siluetas son demasiado evidentes en los arenales mojados, hay que pedir un deseo pues el hada de mar se hace presente y lo conceda. Quizá de todas las playas mexicanas, Manzanillo, ubicada a sólo una hora de vuelo desde la Ciudad de México, brinda ese regalo mágico al viajero.
Su ubicación estratégica en la costa mexicana posicionó a Manzanillo como el primer astillero de América Latina, sitio de donde partían galeones y se fijaban rutas comerciales. En la actualidad conserva su posición como puerto mercante, el más importante de México con trayectos hacia el lejano Oriente, Sudamérica y Oceanía.
También se cataloga como un destino de placer pues posee tres de los más prestigiosos complejos turísticos del país con los mejores resorts de lujo y greens de golf de toda la Costa Alegre como es Tamarindo, Isla Navidad y Las Hadas.
Este puerto en el estado de Colima es inolvidable por las aventuras turísticas que ofrece. Para empezar posee un centro histórico restaurado que bien podría formar parte de un recorrido turístico para conocer Manzanillo más allá de su evidente oferta de playa. En esta ruta se puede incluir al jardín Álvaro Obregón, la plaza principal y el kiosco de diseño barroco que ofrece una amplia vista del mar y las tres hermanas bahías. El escenario invita a mimetizarse con el estilo de vida porteño mientras se transita por sus calles flanqueadas por restaurantes que sirven mariscos frescos, tiendas de artesanías y boutiques, hasta llegar hasta el icono del puerto, una escultura de un gigante azul pez vela, ejemplar escurridizo que habita las aguas cálidas de esta porción del Pacífico.
El Malecón de Manzanillo es el mejor lugar para admirar el trajín diario de embarcaciones pesqueras y comerciales, que se combina con la vista de una zona hotelera de tradición y nuevos resorts que ostentan el carácter de exclusivos. Este recorrido conduce hasta el Faro de Playa Las Hadas. Y la vista panorámica sigue siendo un deleite.
Una vez entendida la geografía del puerto, lo que sigue es la inmersión por cada una de sus bahías. Partiendo desde Santiago, se hacen recorridos de tres horas en lanchas de motor con paradas únicas en la Cueva del Diablo, la Bufadora, la Playa del Amor (todas las playas mexicanas tienen una) y La Piedra del Elefante. Cuando la marea lo permite, la lancha ancla en una zona, lo que invita a zambullirse en el mar y hacer snorkel para poder apreciar también las cadenas de montaña pero sumergidas.
Una hilera de playas conforman la oferta de descanso en este paraíso terrenal como Miramar, la Audiencia y las Hadas, todas invadidas también por una hilera de camastros para tomar un eterno sol. En torno a éstas se encuentran toda una vasta oferta de cuartos de hotel para todos los bolsillos, clubes de yate y campos de golf. La opción culinaria es variada donde la especialidad de la casa son los camarones a la diabla, los langostinos al mojo de ajo, el cerdo asado y el tradicional chilayo. Ya que si lo que se quiere es más privacidad si se viaja en pareja o en plan solitario, la mejor alternativa es la Ola Verde de Cuyutlán, una singular playa de arena negra y fría que es el resultado de la erosión de piedras volcánicas en este tramo de costero. Y si se presta atención, también se podrán reconocer los misteriosos trazos de las alas de estas ninfas de agua que convierten al destino en un enclave mágico.
3 imperdibles
- Ser parte de las Fiestas de Mayo, una serie de eventos artísticos musicales y de danza folklórica que celebran el nombramiento del destino como puerto de altura.
- Visitar el Archipiélago de Revillagigedo, área natural protegida conformada por las islas Socorro, Clarión y San Benedicto. El buceo deportivo en este claro de mar es uno de los mejores en todo México.
- Recorrer la Laguna de Miramar, uno de los parajes naturales mejor conservados del estado. Se puede hacer un paseo de tres horas y rematar el día con la puesta de sol.
Más información: visitmexico.com