Jeff Bezos es el poderoso empresario detrás de la compañía multimillonaria Amazon y, recientemente, se convirtió en la primera persona en alcanzar una fortuna de 200 000 millones de dólares. Sin duda, un factor que lo benefició fue el encierro, ya que, al no poder ir a una tienda física a comprar, las personas recurrieron a Amazon. Actualmente, es el e-commerce más usado a nivel global. A continuación, te compartimos todo lo que necesitas saber sobre la inigualable trayectoria del renombrado emprendedor que hoy es uno de los hombres más ricos del mundo.
Amazon también es conocido como the everything store, ya que en su plataforma prácticamente podrás encontrar cualquier tipo de producto, desde ropa y accesorios hasta gadgets, electrónicos y más.
A la corta edad de tres años, Bezos desarmó su cuna porque anisaba dormir en una cama.
Siempre le apasionó el espacio. Durante la prepa, dio un speech en el que mencionó que su sueño era salvar a la humanidad creando colonias en distintos planetas y convertir la Tierra en una inmensa reserva natural.
Tiene su propia empresa privada de naves espaciales, llamada Blue Origin.
Considera que la escritura es muy importante, por lo que solicita a todos los que buscan trabajo en Amazon escribir artículos de hasta seis cuartillas con propuestas que fomenten un pensamiento crítico en vez de utilizar presentaciones con bullet points.
Bezos pone mucho empeño y cuidado en la atención al cliente; tanto que muchos de los correos los recibe personalmente y, al notar un problema, lo reenvía al ejecutivo del área cuestionando por qué hubo dicho problema.
En marzo del 2013, se convirtió en el dueño de The Washington Post.
En el año 2015, un cohete de Blue Origin aterrizó de regreso en la Tierra tras viajar por el espacio.
En febrero del 2020, donó 10 billones de dólares a la fundación Bezos Earth Fund, la cual apoya a activistas, científicos y organizaciones que trabajan para combatir el cambio climático.
En abril del 2020, fue el número uno en la annual billionaire list de Forbes.
Escrito por Almudena Compeán