Lucía Mijares ha luchado por hacerse un lugar en el fútbol y hoy es una de las responsables del surgimiento de la Liga Femenil de la Federación Mexicana de Fútbol, que está abriéndole las puertas a todas aquellas apasionadas por el deporte que quieren hacer de este una carrera profesional.
El camino, sin duda, es difícil, pero Lucía está convencida de un futuro positivo y prometedor para todas aquellas dispuestas a no descansar hasta cumplir sus metas.
¿Desde cuándo tienes esta pasión por el deporte?
Desde que tengo uso de razón hago deporte, y todo empezó por mis papás. Mi mamá hizo taekwondo, que para su época era súper atípico, y desde chicos nos daba clases. Las terapias en mi casa se resolvían con unas clases de taekwondo y todos los conflictos familiares se arreglaban con deporte. Yo siempre fui amante del fútbol.
¿Cómo llegas a trabajar en el deporte y cómo te abres paso en el futbol?
Empecé a trabajar en el deporte con mi papá. Empecé cargando bardas y fui creciendo hasta que un día se me abrió la puerta porque llegó la oportunidad de traernos una copa mundial de triatlón. Me tocó llevar toda la negociación con la Federación Internacional y fue esta la que me llevó después a los Juegos Olímpicos.
Cuando vives un Juego Olímpico no puedes regresar a hacer lo que solías hacer; te cambia completamente. Decidí, entonces, irme a Europa al Comité Olímpico Internacional. Éramos 10 mujeres y yo era la única hispanohablante.
Me quedé dos años a trabajar allá, pero para mí era importante regresar porque amo a mi país y, además, para mí el deporte es educación y lo mejor para llegar al tejido social en México es el fútbol.
No creas que llegué al fútbol con las puertas abiertas; me tardé siete años en poder entrar. Antes, abrí mi agencia y me asocié con los representantes del Chicharito, de Carlos Vela, etc. Cuando llevaba cuatro años, me habló el Gobierno de la Ciudad de México y arrancamos el proyecto del maratón CDMX. De ahí me jaló la Federación.
¿Cuál ha sido tu trayectoria en la Federación Mexicana de Fútbol?
Por ser mujer, desde el principio he sido novedad en la Federación y me he enfrentado a sentimientos de sorpresa, pero también de discriminación, mismos que han complicado el trabajo. Entré a una de las áreas más conflictivas del fútbol, que es el sector amateur. Ahí me tocó liderar toda el área de desarrollo deportivo, en la que tenía que negociar con las ligas para que se aliaran a la Federación y entraran a nuestras competencias y, así, a través de los jugadores, regular el deporte. A nivel nacional, de los 10 millones que se calcula que juegan al fútbol, solo tenemos a liados a 230,000. Mi trabajo consistía, básicamente, en limpiar todas las asperezas, los malos manejos de dinero y la corrupción para limpiar este deporte.
Háblame de la Liga Femenil.
Al principio, fue un tema que la gente no quería asumir interna- mente por todas las ideas erróneas que hay alrededor de las mujeres deportistas. Yo la trabajé desde el punto cero con el Secretario General y desde que presentamos el proyecto, sorprendentemente, hubo muchísima apertura, muy buena recepción y mucho impulso.
Esta es la primera liga organizada por la Federación, por lo que desde el principio ha tenido muy buena aceptación de los medios y en la esfera digital. En Facebook se empezaron a crear comunidades en donde la mujer entendió que si tocas un balón y sueñas con eso, hoy ya tienes un camino y te estamos apoyando. Ha sido muy importante recalcar que se ha roto la barrera; que hoy tienes una voz y nuestra forma de dártela es a través de este programa deportivo en toda la República. Otro aspecto fundamental es que el programa es accesible, tanto en el aspecto económico, como de comunicación, y estamos presentes en todos los estados. El primer año cerramos con 157 equipos. Esta temporada iniciamos con 270.
¿Dentro de la Federación hay igualdad de atención para los equipos femeniles y varoniles?
Estamos en una curva de aprendizaje. Llevamos dos años en esto y sabemos que estamos 30 años atrasados en comparación con países como Francia, Esta- dos Unidos y Canadá. Sin embargo, vamos encaminados a eso. Hoy ya arranca la Liga MX Femenil, que no es profesional, sino de alto rendimiento, y está bien que sea así porque todos los involucrados estamos aprendiendo a lidiar con esto. Hoy las niñas no están acostumbradas a jugar dos veces por semana o a que tienen competencia cada n de semana; les estamos enseñando a disciplinarse. El reto más grande que hemos tenido ha sido sensibilizar a los padres de familia a que dejen a sus hijas jugar. Dentro del deporte, mientras que el niño es visto como una inversión a futuro, la niña todavía es “un gasto”.
Háblame del papel de la mujer dentro de este deporte.
El futbol es de los más complejos para que la mujer tenga participación activa en todos los niveles, sean deportivos o administrativos. No sé si es porque desertamos antes de tiempo, si no se nos da la oportunidad, si es por la mezcla de ambas. Es un medio hostil, si bien es un medio que se está perfilando a abrirle las puertas a las mujeres, pero muchas aún no se atreven a luchar por su lugar.
Si tú fueras a aconsejar a una mujer que estuviera empezando a involucrarse en el fútbol ¿qué le dirías?
Yo le diría que hoy se puede. La puerta ya se abrió, ya hay una sensibilización, entonces si lo quieren, lo pueden obtener. También le diría que cambiemos el discurso de la mujer como víctima. Si algo he aprendido en estos años, es que hay que hablar el idioma de quienes toman las decisiones y ahí tiene sus ventajas ser mujer. Cuando me siento a hablar con los hombres, ellos, en su postura de caballeros, tienen ciertos cambios de actitud y cambian su lenguaje. Cuando se sientan a escuchar, hay una gran puerta para la conversación. Y por último, le diría que no es fácil y hay que chambearle, definitivamente.