Tejiendo México se sumerge en las entrañas de Oaxaca donde Abisai Navarro Ruíz nos invita a su universo de tradiciones vivas donde el mundo textil y la fotografía encuentran una sincronicidad perfecta para hablar de sustentabilidad y armonía. El trabajo de este fotógrafo representa valores afines a Lincoln, una marca que está presente en la cultura mexicana local.
Abisai Navarro es un joven oaxaqueño que ve la fotografía como un universo de posibilidades que le permiten documentar los usos y costumbres que todavía poseen muchas comunidades de Oaxaca. Es originario de Santa María Tonameca, una población turística en la Costa de Oaxaca que no se caracteriza precisamente por su arraigo (la lengua y la vestimenta ya desaparecieron) a pesar de estar localizada justo en medio de los Chontales hacia el Itsmo de Tehuantepec, los Chatinos y Mixtecos en la costa al oeste y los Zapotecos en la Sierra Sur. Fue precisamente cuando Abisai se mudó a Oaxaca a estudiar diseño gráfico donde despertó su interés en las tradiciones. “En Oaxaca conocí muchas personas provenientes de comunidades que guardan celosamente a través de sus usos y costumbres el legado que les ha sido heredado. Para mi la fotografía no es una carrera ni tampoco un hobbie. Es una pasión y un compromiso con mi cultura viva y con el legado de tantas generaciones. Es un diario vivo que construyo poco a poco.”
Viajar es su misión y la fotografía su herramienta de conocimiento y su razón de ser, “la fotografía me ha conectado con muchas personas, a través de las imágenes tengo la posibilidad de comunicar aquello que todavía vive. Con la fotografía ingreso a mundos paralelos donde puedo vivir experiencias humanas y entender el comportamiento de las personas… cuando veo las imágenes recuerdo las personas, los momentos, la secuencia de como llegue a un lugar, revivo los sabores, la temperatura del aire, las miradas de las personas. Pocos lugares en el mundo tienen la riqueza y la diversidad cultural del estado de Oaxaca, una región privilegiada por su riqueza biológica y socio-cultural. La diversidad de ecosistemas (compuesta por al menos 26 tipos de vegetación o asociaciones de plantas), de grupos culturales y de esquemas de organización social y política. 18 grupos étnicos de los 65 que hay en México conviven en Oaxaca mientras al menos 30% de la población del estado habla alguna lengua materna. Su gastronomía es una de las mas ricas y variadas del país, debido al uso de numerosos ingredientes prehispánicos que componen recetas antiquísimas. Oaxaca es el escenario de Abisai Navarro, “Oaxaca es un mundo, no alcanzaría una vida entera para documentar su grandiosidad.”
Como referentes cita a la antropóloga Ruth Lechuga, doctora, fotógrafa, coleccionista e investigadora austriaca que llegó a México en 1939. Su legado consiste en numerosas fotografías y en una colección de alrededor de 10,000 piezas de arte popular mexicano que antes de su muerte donó al Museo Franz Mayer. “Muchos usos y costumbres del pasado solo los podemos conocer a través de las fotos de Ruth Lechuga pues ya han desaparecido.” También menciona como inspiración el libro Mexican Indian Costumes de Donald y Dorothy Cordry que explora la vestimenta tradicional en el contexto de las técnicas y procesos del tejido dentro de la cultura indígena mexicana. De hecho, el textil es otro de los intereses y emprendimientos de Abisai quién recientemente creó la marca Nohui “Cosmogonía Textil” (@nohui.oax) que busca enaltecer y abrir nuevos espacios para el arte textil oaxaqueño.
Abisai recuerda que su primer viaje fue a la costa en busca de un posahuanque, falda de enredo que portan las mujeres del distrito de Jamiltepec y se teje mezclando los tres colores sagrados de México: añil, grana cochinilla y caracol púrpura pansa. A pesar de haber crecido a cuatro horas de Pinotepa Nacional y Pinotepa de Don Luis, solo había visto de lejos esta vestimenta. “no me daba ni cuenta de lo que veía, hasta que empecé a relacionarme con personas como Petrona, la gran maestra y amiga quién me invitó a su comunidad en San Juan Colorado donde descubrí y me enamoré del algodón coyuchi.” Petrona es una gran dama mixteca de la costa que portaba con orgullo el pozahuanco tradicional y el huipil de tapar y era muy respetada en su comunidad donde la jerarquía se reconoce por el uso de prendas de algodón coyuchi, una especie nativa en vías de extinción que crece silvestre en color marrón y tiene connotaciones sagradas. Por ejemplo, solo los tatamandones y los mayordomos pueden usar el cotón (camisa tradicional de los Mixtecos de la costa) en este algodón. “Los textiles están implícitos en cada acto de la comunidad como la mayordomía, el cambio de guardia… las fibras, los colores y el tipo de tejido representan jerarquías ganadas con prestigio y honor.”
“Para mi ha sido un gran privilegio poder acceder a comunidades con una gran riqueza cultural de la mano de amigos entrañables con quienes he aprendido que lo primero es vivir la experiencia, compartir con las personas de la comunidad, comer con ellos, entender sus costumbres, entrar a sus cocinas, dormir en sus casas. ¡Lo mío es lo vivo! Captar la experiencia de una tradición viva y relevante en el mundo actual.” Afirma Abisai con la sonrisa que lo caracteriza.
A través de los textiles y la fotografía, Abisai ha podido acercar mundos muy distantes. En el caso del algodón, por ejemplo, aprendió que la siembra ocurre en octubre y la cosecha en febrero y que hay que tener mucho cuidado en cada paso que conlleva la realización de un textil con algodón nativo porque, por ejemplo, el sol puede quemar las fibras aclarándolas. También las fases de la luna deben seguirse con rigurosidad. El cosmos y la naturaleza deben estar en armonía para producir un textil extraordinario; las tejedoras también deben estar en paz para que la tensión tenga consistencia al hilar en el malacate y luego el telar debe seguir un ritmo y plasmar una cosmovisión milenaria en un lienzo.
La especialidad de Lincoln es la creación de santuarios sobre ruedas, espacios únicos donde se viven experiencias de sintonía con los paisajes que se recorren. En San Juan Colorado pudimos vivir esta experiencia adentro y fuera del vehículo en total sintonía.
A medida que empezamos a viajar de nuevo, la seguridad toma especial relevancia. Para descubrir las maravillas culturales de México, qué mejor que hacerlo de la mano de Lincoln, una marca comprometida con la sustentabilidad y el apoyo a las culturas locales.
Texto por Marcella Echavarria
