Mérida, mágica ciudad blanca, está viviendo un espléndido renacimiento gracias al impulso y la inversión del sector público y privado. Aquí, la tradición y la modernidad van de la mano. Impresionantes sitios arqueológicos, construcciones coloniales y modernos edificios conviven en armonía, como muestra de la fusión de tres culturas principales: la maya, la española y la libanesa, que en conjunto le confirieron una personalidad única y palpable en su arquitectura, gastronomía y habitantes.
El nombre con el que ahora la conocemos fue dado por los conquistadores españoles a la ciudad fundada sobre las ruinas de la antigua población maya de Tihó o Ichcanzihó, importante urbe indígena de finales del siglo XV. La nombraron como Mérida luego de que compararan su magnífica arquitectura con la de la ciudad romana que se asentaba en la actual Extremadura.
El centro histórico de la nueva ciudad colonial pronto cobró forma a partir de múltiples edificios religiosos y bellos palacios que alojaron a los conquistadores y sus familias. Hoy, al transcurrir de los siglos, Mérida se ha convertido en una auténtica ciudad museo, una de las urbes más ricas en cultura, tradiciones y, por supuesto, gastronomía.
Para recorrerla por primera vez, la opción que se te presenta casi inmejorable es apreciar sus atractivos desde una calandria jalada por caballos para ir tomando nota de aquellos sitios de la capital blanca en los que luego ahondarás, ya sin prisas: el Templo de Jesús o de la Tercera Orden, del siglo XVII y en cuyo interior podrás admirar frescos de la época con motivos religiosos; el centenario Teatro José Peón Contreras, que funcionara como cine la primera mitad del siglo pasado, y que hoy en día, tras su restauración entre finales de los 70 y principios de los 80, tiene carácter de monumento artístico y es el centro cultural más importante de Instituto de Cultura de Yucatán –tiene tres salas de exposiciones, librería y restaurante—; el Paseo Montejo, cuya belleza se la otorgan en parte las viejas mansiones que la flanquean, casonas de estilo francés que son también testimonio de la bonanza henequenera de la región; o el Museo Regional de Antropología de Yucatán, situado en el Palacio Cantón y donde podrás ahondar en la historia de la cultura maya, además de conocer algunas esculturas en piedra, piezas de cerámica y estelas originales.
También en el centro de la ciudad, apuntarás para visitar más tarde el museo instalado en el célebre Palacio de Montejo, construido a mediados del siglo XVI bajo instrucción de Francisco de Montejo, conquistador de la región. Otro museo queda entre los pendientes: el MACAY, o Museo de Arte Contemporáneo Ateneo de Yucatán, donde puedes admirar la obra de maestros de la plástica yucateca (Gabriel Ramírez Aznar, Fernando Castro Pacheco, Fernando García Ponce…), visitar muestras temporales de arte contemporáneo nacional y extranjero y consultar su biblioteca especializada en arte, con uno de los mejores acervos sobre el tema en el país.
Ya a pie, luego de despedirte de tu calandria, visitarás la Catedral de San Ildefonso en el momento ideal, al caer la noche, cuando ha sido encendido el alumbrado que subraya sus detalles arquitectónicos. Además, lo harás seguramente con la golosina típica en la mano: una marquesita, especie de crepa rellena de queso Edam o de bola, que puede llevar además un poco de cajeta, crema de avellana con chocolate o mermelada de frambuesa.
A propósito de cuestiones culinarias –aunque literalmente nos hayamos comido el postre antes del plato fuerte—, ha sido difícil que nuevas propuestas arriben o perduren, por la tremenda competencia a la que se enfrentan –una rica variedad de platillos abundante en condimentos— y el carácter tradicional de los yucatecos. Sin embargo, cada día surgen o se consolidan diversas opciones de alta cocina. Por estos días, chefs como Roberto Solís, propietario del restaurante Néctar, crean propuestas de cocina yucateca llevándola a contextos diferentes, combinando técnicas ancestrales y vanguardistas, pero siempre respetando los pilares que dan carácter a la cocina local. La cochinita de mejillones, el cerdo pelón con polvo de tres recados o la piedra de arcilla son tres de los platos con los que Solís busca crear experiencias únicas.
Al ser Yucatán uno de los estados con mayor tradición culinaria en el país, la diversidad de platillos es amplia, pero quizá el sitio indicado para probar estas delicias sea Katun, donde se ven desfilar porciones generosamente servidas de relleno negro, escabeche oriental o papadzules, entre otros guisos que forman parte de la identidad gastronómica de la península. Y si de tradición se trata, la Heladería Colón lleva más de 100 años deleitando a propios y extraños con sus famosos helados y sorbetes elaborados con fruta natural de estación.
Para el fin de semana, apúntate en uno de los recorridos de leyendas que se organizan en el centro de la ciudad, donde se dramatizan historias que tuvieron a la ciudad blanca como escenario. Y para concluir tu visita al tiempo que indagas en otra tradición, esta vez textil, de la región, haz un recorrido por los diversos establecimientos del centro y del Paseo Montejo especializado en crear guayaberas y sombreros con fibras ligeras y selectas. Será un verdadero lujo que vuelvas a casa luciendo finas prendas típicas meridenses.
[toggle Title=”CÓMO LLEGAR”]
Aeroméxico, Interjet y Volaris cuentan con frecuencias directas desde la Ciudad de México hacia Mérida, Yucatán.
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[toggle Title=”DÓNDE HOSPEDARSE”]
Rosas & Xocolate
Paseo Montejo 480 x 41, Centro, Mérida
Tel. (999) 924 2992.
Hacienda Santa Rosa de Lima
Carretera Mérida-Campeche Km 129
Tel. (999) 923 1923
http://haciendasantarosa.com
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[toggle Title=”DÓNDE COMER”]
Néctar
Tel. 999 938 0838
http://www.nectarmerida.com.mx
Katun
Tel. 999 920 1482
Los Almendros
Tel. (999) 928 5459
http://www.restaurantelosalmendros.com.mx
Hacienda Teya
Tel. (999) 988 0800
http://www.haciendateya.com
Pórtico del Peregrino
Tel. (999) 928 6163
http://www.cafeteriapop.com/portico
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