Mezcal Señorío se distingue por su tradición, ya que su linaje de mezcaleros se ha encargado de crear uno de los destilados más notables. Señorío se elabora en Oaxaca en hornos de tierra en los que se cuece la piña del agave a temperaturas especiales con maderas certificadas, lo cual le brinda su sabor único. Tuvimos la oportunidad de platicar con Manuel Huerta, el embajador de la marca, quien nos contó un poco más sobre el proceso de preparación de este mezcal, así como sobre lo que más le gusta de él y lo que lo hace tan especial.
De acuerdo con Manuel, el mezcal se está convirtiendo en una de las bebidas más cotizadas del país. En cualquier bar o restaurante podemos encontrar cocteles preparados con este producto. “El mezcal no es tan popular como uno creería, pero lleva más de cinco años creciendo a doble dígito. La base es pequeña, pero cada dos años se duplica, entonces va muy bien. En el futuro, no va a tomar el lugar del tequila, pero sí van a ser muy cercanos”.
“La explicación de por qué el mezcal se volvió una tendencia es muy sencilla. El tequila tuvo más o menos el mismo auge en los noventa, pues los jóvenes no querían tomar lo mismo que sus papás y sus abuelos. En esa época, yo trabajaba en una compañía de whisky y el problema era que estábamos perdiendo consumidores tanto por su edad como por fenómenos económicos y culturales, y el tequila se empezó a vender más”.
Otra de las razones por las que el tequila se volvió tan popular es que es un producto mexicano y eso mismo pasa ahora con el mezcal, porque “es el producto más mexicano que hay”. Además, los consumidores están abiertos a probar cosas nuevas y, a quien le gusta el tequila, probablemente le guste el mezcal.
Manuel lleva 31 años en la industria de los destilados y Señorío es una de las empresas de las que más le ha gustado ser parte: “Es la primera vez que estoy en una empresa mexicana manejando un producto muy mexicano y creo que por eso me causa tanto entusiasmo”.
La experiencia que Manuel ha adquirido le permite distinguir un buen mezcal: “La base de este tipo de destilados es la materia prima. En este caso, es importante saber qué tipo de agave se está usando porque, una vez destilado, le brinda a la bebida diferentes sabores. Tiene que ser de excelente calidad y hay que invertirle entre seis y ocho años para que esté listo para producir el mezcal”.
Mezcal Señorío destaca por la calidad de su materia prima y por su proceso, que le da un sabor único: “Logramos un ahumado suave a través del maridaje de dos procesos: cocemos la piña al vapor porque no modifica el sabor y la cocemos en hornos de tierra en los que se utiliza madera, con lo cual se consigue un sabor ahumado. Al combinar ambos resultados se produce un mezcal con un toque suave de humo, lo cual hace una gran diferencia”.
“La primera vez que probé Señorío noté que era muy suave. Al final, se percibe el humo y eso es lo que uno busca cuando toma mezcal. Yo diría que la forma ideal de tomar un buen destilado es solo y sin hielo porque a veces este inhibe los aromas. Señorío está hecho de agave espadín y su sabor y su aroma son muy cítricos. Cuando lo paladeas, primero sientes el toque del humo y después lo cítrico”. En México, acostumbramos tomar el mezcal acompañado de naranja, sal de gusano o queso Cotija, pero debido a lo que menciona Manuel, vale la pena probarlo solo al menos la primera vez.
“Señorío cuenta con mezcal joven, reposado y añejo, pero la punta de lanza es el joven porque es una bebida fácil de tomar y eso es lo que los consumidores buscan. A veces, los mezcales ahumados tienen un sabor muy fuerte y para tomarlos es necesario educar la garganta; en cambio, Señorío está elaborado de forma que sí se siente el toque ahumado, pero de una manera amigable”.
Puedes encontrar las tres variantes de Mezcal Señorío en tiendas de autoservicio y departamentales.
Escrito por Daniela Jiménez
Fotos: cortesía de Mezcal Señorío