La ciudad de Miami vive uno de sus mejores momentos como escenario para el arte. A la oferta de centros comerciales y aguas cristalinas, siempre atractiva, ahora se suma la experiencia cultural de primer nivel –mucha de ella al aire libreque la ratifican como un destino excepcional.
En tiempos donde el aire libre se volvió un lujo, Miami cuenta con magníficos escenarios naturales que vale la pena conocer. Una de las calles más bonitas de la ciudad es la que conduce al Fairchild Tropical Garden, en pleno Coral Gables. Old Cutler Road está custodiada por árboles milenarios de enormes troncos, llamados banianos o higueras de Bengala, cuyas copas se unen formando un túnel para crear un ambiente entre nostálgico y misterioso.
El jardín fue fundado en 1938 y lo componen 34 hectáreas que albergan una colección de 6,000 palmas de distintas variedades, 11 lagos y varios invernaderos. Hay que dedicar al menos una mañana para recorrerlo en su totalidad. Destaca el mariposario y las galerías que contienen distintas especies de árboles, flores y plantas endémicas de la selva tropical, así como otras dedicadas al Caribe. En cada esquina se disfruta el asombro que genera la naturaleza y además es un plan ideal para cualquier edad.
No muy lejos de ahí, se encuentra Vizcaya Gardens and Museum, una imponente propiedad frente al mar que parece sacada de otra época, rodeada por jardines de estilo europeo. Esta era la casa de vacaciones de James Deering, un empresario de Chicago, quien huía de las gélidas temperaturas del norte para disfrutar de la brisa y el clima del Caribe. Dentro de las 72 hectáreas construyó una casa inspirada en los castillos europeos y la rodeó de una generosa vegetación. Los caminos y la disposición de los jardines recuerdan los de Francia e Italia, solo que aquí la mayoría de las plantas y árboles son tropicales. También se puede visitar algunas partes del interior de la casa, admirar las antigüedades, las obras de arte y los objetos comisionados especialmente para la vivienda.
Arte, tecnología y naturaleza: nuevas perspectivas
Las fotos que están inundando las redes sociales bajo el hashtag #Superblue, muestran un lugar impactante, poblado de imágenes cambiantes de flores que experimentan todas las estaciones o personas reflejadas en espejos infinitos. Esto es solo una parte del nuevo espacio dedicado al arte experiencial que se acaba de inaugurar en Miami.
El colectivo internacional teamLab, compuesto por artistas, animadores, programadores, ingenieros y arquitectos, es uno de los responsables de dos de las salas de este complejo que une tecnología, sensorialidad y arte en un mismo lugar. Chicos y grandes disfrutan de una experiencia inmersiva que además cuenta con la participación de James Turell, el célebre artista estadounidense conocido por sus instalaciones que sumergen al espectador en un juego de luz y color. También incluye un laberinto de espejos, obra de la artista británica Es Devlin o Meadow, del estudio Drift, donde unas estructuras modulares y luminosas se abren y cierran evocando la floración.
En la misma línea, pero a una escala menor y con otro enfoque, centrado en el arte conceptual, se encuentra Artechouse, un lugar que también apuesta a la intersección entre arte, ciencia y tecnología, y que tiene sedes en Washington DC y Nueva York. Las exposiciones son temporales, pero se suceden con una programación continua. Ase: Afro Frequencies es la exposición que estará hasta principios de noviembre de 2021, del artista Vince Fraser, quien explora la identidad afroamericana a través de imágenes proyectadas con distintos efectos en los que mezcla fantasía, realidad y escenas surrealistas. También hay obras interactivas donde los espectadores son los que activan con sus movimientos cada pieza.
Nuevos aires, más arte
Otra de las novedades en la escena cultural es la locación de la colección Rubell, que se mudó, después de 26 años, de Wynwood al barrio Allapattah.
El impresionante espacio ofrece toda una sección para que los artistas gocen de una sala completa para exhibir su obra. El museo muestra más de 300 piezas de 100 artistas distintos repartidas en 40 salas, entre los que se destacan nombres muy conocidos como Keith Harring, Anselm Kiefer o los japoneses Takeshi Murakami, Yayoi Kusama y Yoshitomo Nara.
La hermosa colección hace un recorrido por los últimos 50 años de la historia del arte y, además de estos artistas consagrados, también impulsa talentos emergentes por medio de residencias dentro de sus instalaciones. Entre ellos, hay que resaltar los retratos enigmáticos de la estadounidense Genesis Tramaine y los de Amoako Boafo, originario de Ghana.
No todo en el Design District son boutiques de lujo. El renovado barrio que ha vivido un auge en los últimos cinco años ofrece también grandes obras de arquitectura, piezas de arte público, repartidas entre las calles 38 hasta la 42, como también acceso a diversas instituciones culturales. El Instituto de Arte Contemporáneo de Miami (ICA), construido en 2017, es una de ellas. A lo largo de sus tres pisos, llenos de luz natural, se puede apreciar parte de la colección permanente, así como exposiciones temporales dedicadas a la producción de arte actual.
Definitivamente, hay un boom de creatividad en la ciudad de Miami que se refleja en una renovada y robusta oferta cultural.
Texto por: Liliana López Sorzano