La sola mención de Israel trae a la mente el conflicto y la guerra, pero paradójicamente, no fue un sentimiento de tensión o de violencia entre religiones el que tuvimos durante este viaje, sino uno espiritual profundo. Jerusalén, Cesárea o Cafarnaúm, nombres de resonancias bíblicas y de lejanos imperios, contrastan con el pulso joven y vibrante del Tel Aviv actual; centros sagrados de las mayores religiones del mundo y templos medievales que dejaron las cruzadas conviven con instalaciones tecnológicas y científicas de alto per l en ciudades cosmopolitas que miran al Mediterráneo. Israel es todo, menos lo que yo me esperaba.
JERUSALÉN
Jerusalén fue llamada por los egipcios Urusalimu, que significa “princesa de la paz”, nombre que puede sonar irónico en una ciudad invadida, saqueada y conquistada innumerables veces a lo largo de los siglos, pero que sin embargo conserva una misma virtud, la de albergar las tres religiones del Libro: el judaísmo, el cristianismo y el islamismo.
La cúpula dorada de la Roca de Omar, que sobresale a lo lejos en la primera vista de la ciudad, es el lugar donde Mahoma ascendió a los cielos; para los judíos, esa Roca fue donde tuvo lugar el frustrado sacrificio de Isaac, por lo que es la más sagrada del judaísmo. Para los cristianos, Jerusalén fue el lugar donde Cristo murió y resucitó, el lugar más santo del cristianismo.
Jerusalén es básicamente su ciudad amurallada, sumada a la que está alrededor, más moderna, y que le agrega un carácter dinámico y cambiante. La Ciudad Vieja te adentra en la historia de más de 3,000 años de religiones y pueblos a través de siete puertas, y es donde mejor se aprecia la convivencia entre quienes habitan mezquitas, sinagogas e iglesias y demás sitios sagrados.
El pasado vive en la arquitectura y en las piedras sobre caminos escalonados, alisadas y pulidas por el tránsito de hombres y mujeres a lo largo de miles de años, y don- de hunden sus raíces los profetas, patriarcas y reyes bíblicos. A pesar de que fue destruida varias veces, no puede uno dejar de imaginar a Abraham, David, Salomón, Nabucodonosor, Herodes el Grande y Jesucristo entrando por puertas y arcos de piedra, presentes pero como en otra dimensión.
Al Muro de los Lamentos acude la mayor parte de la población de Jerusalén, los judíos, a orar y a introducir sus plegarias en los resquicios entre las piedras. Esa pared larga fue alguna vez un templo construido por Herodes I, luego destruido por los romanos, y donde puede verse, a través de un vidrio templado ,el piso original donde caminaron los antiguos judíos, a unos 40 metros del nivel actual. Solo se ve la mitad del muro, ya que la otra sigue enterrada bajo los escombros. Hombres y mujeres rezan allí separadamente.
Mehane Yehuda, el mercado más famoso de Jerusalén, se extiende sobre un tejido de estrechos callejones y arcadas, impregnados de aromas que surgen de los puestos de verduras, quesos, dulces y donde se puede apreciar el día a día de los habitantes de Jerusalén.
No muy lejos del mercado se toma la Vía Dolorosa, la que recorrió Jesucristo antes de ser crucifica- do, hoy llena de vendedores –por cierto, musulmanes– de souvenirs o ropa, y entre paseantes y peregrinos se llega al que quizás sea el santuario más sagrado para los cristianos del mundo: la Basílica del Santo Sepulcro. Ya en los alrededores, el paisaje humano cambia, pues se ven monjes, sacerdotes y monjas de varias congregaciones cristianas: franciscanos, griegos ortodoxos, católicos o armenios, estos tres últimos, quienes se turnan la administración y custodia del templo.
La Basílica se visita en penumbra, solo iluminada por la luz que entra por la cúpula central y las miles de velas encendidas por peregrinos y visitantes. Alberga en su interior una rotonda, llamada Anastasis o “resurrección”, el sitio donde Cristo fue lavado antes de ser sepultado en la actual Capilla del Ángel, a la que se accede por una estrecha escalera.
MAR MUERTO Y MASADA
Las ruinas que yacen en las colinas fueron el centro de la última gran resistencia de los judíos ante la conquista romana, bajo el emperador Tito. Es necesario tomar un teleférico para alcanzar la meseta, en un trayecto lento que va mostrando el desierto de Judea, el mar Muerto y al fondo la frontera con Jordania. Una ciudad romana fue construida sobre el asentamiento judío original, pero las excavaciones han develado desde el palacio de Herodes, fundador de la fortaleza –que es lo que significa Masada, del hebreo metzuda–, hasta el sistema de canales para recolectar agua, graneros y el trazado urbano.
En el epílogo de llamada Gran Revuelta Judía durante la invasión romana hacia el siglo I de nuestra era, una facción judía, los sicarios, decidió inmolarse ante la inminente derrota, luego de una resistencia de casi un año de ase- dio. La fortaleza sería abandona- da por siglos y fue redescubierta a fines del siglo XIX. Es símbolo de la resistencia del pueblo judío y Patrimonio de la Unesco.
De ahí partimos hacia el Mar Muerto. De una considerable extensión, el verde se abre sitio entre el ocre pálido de la arena, el mismo de los bloques de piedra que abundan en todo Israel. Además de la sal omnipresente, no solo la diluida en el lago, sino en mil formaciones rocosas, es también una mina por contener grandes cantidades de bromuro, calcio, potasio y yeso, que es explotada tanto por Israel como por Jordania. El proceso se hace por evaporación en unas gigantes canteras o bateas creadas al sur del lago.
MAR DE GALILEA, CAFARNAÚM Y MAGDALA
Varias ciudades circundan este mar conocido también como lago de Tiberias o lago de Genesaret, denominación más acorde con su naturaleza porque es un lago de agua dulce, el único de Israel, a diferencia del mar Muerto que es un lago hipersalado. Galilea es otra resonancia bíblica de gran importancia para los cristianos, pues fue allí donde Jesucristo caminó sobre las aguas, probablemente frente a Cafarnaúm, poblado de pescadores donde inició su ministerio. Sitio de peregrinación durante siglos, en Cafarnaúm se cree haber encontrado la casa de Pedro, el apóstol pescador. Sobre el sitio, se ha construido una iglesia moderna y las ruinas de la casa de Pedro, distinta a las demás porque era de planta circular, se pueden ver a través del piso de vidrio templado. También se encuentra la llamada Sinagoga Blanca, presuntamente, del siglo IV, construida con bloques de piedra caliza, traídos de canteras lejanas y cuenta con capiteles corintios con hermosos relieves tallados en piedra.
Bajo la lluvia, nos embarcamos para dar una vuelta al mar de Galilea en una embarcación como las que había en la época de Cristo, muy similar a la que se encuentra expuesta en el cer- cano Kibbutz Ginosar, un barco pesquero que tiene 2,000 años.
Nos hospedamos en el lujoso hotel Setai, frente al mar de Galilea, que cuenta con casitas con doble terraza, una con vista al mar y la otra a las montañas del Golán, todas con jacuzzi y perfectamente frescas y agradables, para des- cansar el día en paz.
Magdala es una ciudad arqueológica que aún se encuentra en excavación. El lugar había sido asignado a los jesuitas para la construcción de un hotel para peregrinos, y al comenzar las obras, surgieron los cimientos de la antigua villa judía al noroeste del mar de Galilea, que data del siglo I. Se le conoce como “el enlace de los jesuitas mexicanos” porque fue donado por don Nemesio Díaz. A cargo del equipo de excavación, está el padre Juan Solana y varios profesionales del INAH y de la Universidad de Anahuac.
Entre los hallazgos, se encuentra una de las primeras sinagogas que un principio no fueron centros de oración, sino lugares de reunión. Mosaicos, tallas en piedra y una particularmente importante para los judíos, hoy llamada la Magdala Stone, con símbolos que datan de la época del Segundo Templo, ha resultado un hallazgo importan- te para la historia judía, así como para los cristianos, pues se cree que en Magdala nació María Magdalena.
AKKO, PUERTO ANTIGUO DEL NOROESTE
Akko es un puerto en la bahía de Haifa, más al norte de la ciudad del mismo nombre, que tiene una población de 48,000 habitantes. Nos encantó pasear por sus callejuelas llenas de misterio, el tono beige de sus construcciones con puertas y ventanas pintadas de azul turquesa, muy típicamente mediterráneas. Es muy recomendable comer en el mercadito local. Hay todo tipo de comida típica, especialmente los deliciosos sabichs, que son unos sándwiches de pan pita, berenjena frita y huevo cocido con mucho humus. Un verdadero manjar.
Nos tocó asistir a una boda judía muy bella, en donde el novio se trasladaba a través de la ciudad a caballo, sus amigos al frente cantando al ritmo de los músicos seguidos de las mujeres, familiares y amigas de la novia siguiendo el cortejo.
CESAREA
En ruta entre Tel Aviv y Haifa, la antigua ciudad portuaria de Cesarea es una combinación de historia, arquitectura, arqueología y mar Mediteráneo, una experiencia fascinante que vimos bajo una lluvia torrencial. Herodes levantó esta ciudad a semejanza de una ciudad romana, finalizando el siglo I a. C. Construyó un gigantesco puerto, que llegó a rivalizar con el de Alejandría, empleando avanza- das técnicas de construcción. Lo dedicó en honor al emperador romano César Augusto, contemporáneo de Herodes, y dotó a la ciudad con hipódromo, anfiteatro, el palacio del propio Herodes y termas que eran surtidas por largos acueductos.
Sería puerto y ciudad principal hasta la decadencia del Imperio Romano, pero más tarde revivió bajo sucesivas ocupaciones, y llegó a ser capital de Judea, luego de la destrucción de Jerusalén. Persas sasánidas, árabes, franceses, cristianos y mamelucos de Bizancio habitaron los sucesivos estratos históricos de esta ciudad hasta su abandono.
Hoy es administrada por una corporación privada y con categoría de Parque Nacional, por lo que está impecable y es muy visitada por los viajeros porque está llena de actividades, bares y tiendas ubicadas cerca de las ruinas. Por ejemplo, el antiguo anfiteatro al aire libre es sede de famosos conciertos de todo tipo que tienen como telón de fondo el mar Mediterráneo.
TEL AVIV
A menos de una hora de trayecto de Jerusalén, Tel Aviv contrasta por su modernidad. Sus playas, sus malecones y su arquitectura enmarcan un ambiente juvenil abierto y desprejuiciado. Aquí predominan rascacielos con oficinas impresionantes, sede de empresas innovadoras en ciencia y tecnología, y edificios europeos modernos, algunos enlistados como tesoros de la escuela Bauhaus por la Unesco.
La vida nocturna aquí no le pide nada a grandes urbes como Nueva York, París, Berlín o México, con lo mejor y más sofisticados lugares para cenar, beber una copa o ir a bailar, especialmente Florentin, la zona trendy del momento. Otra zona preciosa es el barrio antiguo de Jaffa o Yaffo, que conserva un charm especial por su herencia árabe y hoy es la zona más in para vivir.
Nos hospedamos en el nuevo hotel Setai Tel Aviv, en un edificio que fue una antigua prisión del siglo XIX construida por los turcos otomanos. La restauración combina lo moderno y lo antiguo de manera elegante. Cuenta con 120 cuartos y está justo al lado del puerto de Jaffa y de sus playas.
BEIT SHEAN
Al norte de Israel, tienes la oportunidad de viajar más atrás en el tiempo en la zona arqueo- lógica de Beit Shean, uno de los lugares más antiguos de Israel, que se remonta a la Era Chalcolítica, aproximadamente 6,000 años atrás. Hay más de 20 ciudades reconstruidas, una enci- ma de la otra. En la parte alta de la montaña hay testimonio de la ocupación cananita y egipcia, y en la parte baja se aprecia la ciudad romana.
Beit Shean es nombrada en varias ocasiones en la Biblia, en la historia del Rey Saúl y sus hijos que fueron colgados de los muros de la ciudad. También mencionada durante los reinados del Rey David y del Rey Salomón.
El en siglo I, se convirtió en una ciudad romana multicultural que llegó a albergar entre 30,000 y 40,000 habitantes. Además del fenomenal e impresionante anfiteatro, están los baños públicos y se aprecia toda la ingeniería hidráulica en acueductos y canales que mantenían la higiene de la ciudad. Mercados, casas, templos y la avenida principal llena de columnas, se encuentran tan bien conservados que es muy fácil hacerse una idea de cómo se vivía en esta ciudad.
Hoy es un Parque Nacional Arqueológico que vale mucho la pena visitar, no solo por sus reminiscencias bíblicas o romanas, sino también por ser reflejo de ese complejo histórico tan antiguo que es todo Medio Oriente.
Guía Israel
DÓNDE DORMIR
JERUSALÉN
Hotel Orient
T. +972 2569 9090
www.isrotel.com/orient
MAR MUERTO Y MASADA
Hotel Beresheet
T. +972 8659 8000
www.isrotel.com/beresheet
MAR DE GALILEA
Hotel Setai
T. +972 3526 3332
www.thesetaihotel.co.il
DÓNDE COMER
JERUSALÉN
Adom
D. David Remez 4 T. +972 2624 6242
www.adom.rest
Moshiko Falafel
D. BenYehuda 5
T. +972 53 936 7976
Ima
D. Shmuel Baruch 55
T. +972 2625 5693
TEL AVIV
Shuk Carmel
D. HaCarmel, Tel Aviv-Yafo
Messa
D. HaArba’a 19,Tel Aviv-Yafo
T. +972 3685 6859
messa.rest.co.il
Benedict
D. BenYehuda 171,Tel Aviv-Yafo
T. +972 3686 8657
www.benedict.co.il
Itzik Hagadol
D. David Razi’el 3, Tel Aviv-Yafo
T. +972 3683 0033
www.itzikhagadol.co.il
Texto por: Santiago Ródriguez y Cordelia Toledo
Fotos por: Santiago Ródriguez y Patrick Silve