El pasado viernes 25 de octubre, en el marco de la Fórmula 1, se llevó a cabo la tradicional Night Track Party de Johnnie Walker en Lago Iseo 214, con lo cual se dio inicio a los festejos de la aclamada competencia automovilística. Durante cinco años consecutivos, la marca de whisky ha traspasado las barreras del entretenimiento y, en esta ocasión, no solo rejuveneció por completo su imagen, sino que deleitó a los asistentes con un increíble set de música con DJ Tigo, Suricata y cerrando con Showtek, creativa coctelería por Limantour y, sobre todo, con una muestra artística de Cocolab sin precedentes y una interesante selección culinaria a cargo del reconocido crítico gastronómico Pedro Reyes.
La muestra artística se le encomendó a Cocolab, uno de los mejores estudios de arte digital de la México. Cocolab presentó Weaving, una instalación en la que se proyectó un video cuyas imágenes eran generadas en tiempo real por una computadora y, gracias a los distintos códigos con los que fue programada, se lograba una dinámica de storytelling.
Sin duda, la pieza es sumamente interesante, pues además de su atractivo entramado tecnológico, la intención era rendir homenaje a los textiles mexicanos al desplegar cuatro etapas de su historia: dioses, colores, textiles y artesanos. Así, la tradición cobró fuerza y en las imágenes se observaba de manera abstracta cómo en un comienzo no hay nada y, poco a poco, se va tejiendo la tela hasta conseguir un lienzo lleno de color.
Después de apreciar esta interesante muestra artística, así como de gozar de la música y la coctelería, que no faltaron ni un solo momento, los invitados disfrutaron de una deliciosa comida curada por Pedro Reyes, quien eligió La Barraca Valenciana para satisfacer los paladares presentes con uno de los platillos más representativos de la CDMX: las tortas.
Sin duda, el evento fue todo un éxito, así como una muy grata experiencia, gracias a la excelente actitud de los asistentes, a la creatividad y buen gusto de Johnnie Walker, así como a la lucidez de Pedro y de Cocolab. Al final, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Pedro y esto fue lo que nos contó:
Platícanos un poco sobre tu trayectoria.
Llevo un poco más de 10 años dedicándome al periodismo gastronómico. Empecé como editor de gastronomía y viajes en Grupo Expansión a los 23 años; también fui director de Gourmet Awards y, ahora, a mis 34 años, soy director creativo de una empresa llamada Paladar, en la cual hacemos eventos y creamos tanto experiencias como contenidos gastronómicos.
¿Cuáles son los eventos que organizan?
Nación de Vinos en el Hipódromo de las Américas y Casa Müi, que es un proyecto de pop-ups en el que invitamos a grandes chefs del mundo a la CDMX.
¿Qué consejo le darías a alguien que está empezando en la industria?
Al haber tanta gente creando contenido en las redes sociales y, debido a la facilidad que se tiene hoy para acceder a la información, sobre todo respecto a la gastronomía, porque todos comemos tres veces al día y todos tenemos un celular, yo invitaría a esa persona a tomar mucho más en serio y con mayor profundidad el tema de la comida, de la alimentación, de la gastronomía, de la restauración. No basta con publicar una foto y un comment.
¿En qué te basas para dar una crítica?
Desde niño, he sido muy fan de la comida. Conozco los platillos, los puntos de cocción, las texturas, las presentaciones, los sabores, los equilibrios y todo lo que es necesario para probarlos. En cuanto a los restaurantes, además de su ambiente, su servicio y su entorno, se tiene que tomar en cuenta todos los detalles que giran en torno a la comida, como la cultura que envuelve al platillo.
¿Tienes algún platillo favorito?
Mi comida favorita es la mexicana; estoy enamorado de la gastronomía del país. En cuanto a restaurantes, me podría quedar horas platicando del tema, pero soy muy fan de lo que hacen Mercedes y Rodney en Meroma, de lo que hace Lalo en Máximo y de todo lo que hacen en Expendio de Maíz. Admiro el trabajo de Enrique Olvera, Edgar Núñez y Jorge Vallejo.
Creo que México lleva viviendo ya, durante un buen rato y gastronómicamente hablando, un excelente momento en cuanto a propuestas contemporáneas, pero en realidad en México se ha comido bien siempre.