Cuando HOTBOOK me preguntó si podía escribir acerca de los OLEDs, pregunté a varios compañeros de iluminación acerca de esto ¿Su respuesta? Nada… algo muy cercano a lo que hasta hace algún tiempo yo sabía sobre esta tecnología.
Recuerdo que estaba en una conferencia de la ELA (Expo Lighting America) en 2012 cuando Rogier van der Heide1, jefe de diseño de Philips, comenzó a hablar de los OLEDs, que hasta ese momento para mí eran como un mito en el mundo de la iluminación arquitectónica. A la vez que los ledes están en todos lados, casi convirtiéndose en sinónimo de iluminación y hemos perdido de vista que los ledes son una tecnología que (entre otras cosas) se utiliza para iluminar, los OLEDs apenas están haciendo su aparición en el mercado e incluso se desconoce mucho cómo funcionan o sus aplicaciones comerciales.
¿Qué es exactamente un OLED?… Un OLED, del acrónimo en inglés: “organic light-emitting diode”, se traduce al español como “diodo orgánico emisor de luz”. Un diodo es un componente electrónico sin filamentos o gases que produce luz. A diferencia del foco incandescente, que genera luz al pasar electricidad a través de un filamento o las lámparas fluorescentes que pasan corriente a través de un gas, los OLEDs pasan la electricidad a través de una o más capas extremadamente delgadas de material semiconductor orgánico selladas entre vidrio.
Recuerdo que cuando Rogier van der Heide habló de los OLEDs presentó un vestuario para un evento de los Black Eyed Peas por sus ventajas de tamaño, disipación de calor y flexibilidad. Recuerdo haberme reído porque comentó que Fergie (la cantante principal) peleaba por un vestuario que no le añadiera kilos y los OLEDs, por su tamaño, le permitieron un vestuario favorecedor y a su vez innovador.
Con algo de investigación llegué a un showroom sobre Paseo de las Palmas que actualmente es el único lugar que comercializa OLEDs, específicamente Lumiblades2. Cuando llamé para hacer la cita lo primero que me dijeron fue que fuera en la noche, porque el showroom era una pecera y los OLEDs se apreciaban mejor de noche. Recordé una charla, también de Rogier, en la que decía que no existe la luz sin la obscuridad apropiada.
Esperé hasta las 7:30 para llegar al showroom con la menor cantidad de luz posible. Llegué muy emocionada por ver esta nueva tecnología, nuevos productos, pero sobre todo, nuevas posibilidades de la luz. Mi primera introducción a los OLEDs fue una especie de tablet con varios modelos del módulo acomodados específicamente para su exhibición y directa comparación. En primera instancia me sorprendió lo verdaderamente pequeño que es y lo agradable que es a simple vista. Creo que hay muy pocas tecnologías que a simple vista no vulneran los ojos y este pequeño cuadro era definitivamente la excepción. Emitía un brillo suave y homogéneo con una textura satinada y con apenas 1.8 mm de espesor es casi tan delgado como una cartulina.
La ventaja más evidente, por así decirlo, es su composición modular que permite su integración a cualquier elemento arquitectónico, incluso forrar una pared y controlarla vía DMX3. Otra de sus ventajas, que ya mencioné, es el confort visual, ya que emite un brillo suave, agradable a la vista directa. Además de no disipar calor, no requiere de óptica, que para mí no es obligatoriamente una ventaja. Al hacer una comparación directa con un led tradicional, este ha podido avanzar en el mercado de la iluminación comercial por las ventajas que le brinda su tamaño en términos de óptica. El que el OLED no la requiera no necesariamente es óptimo para el avance en ese mercado, ya que puede limitar sus aplicaciones. En comparación directa con otras tecnologías tradicionales, un módulo de OLEDs tiene una emisión luminosa de 300 lúmenes, apenas comparable a la de un foco incandescente. Pero a diferencia de dicho foco el OLED cuenta con una vida útil 30 veces superior, lo que lo posiciona de manera ventajosa.
Observando alrededor del showroom distinguí los diversos productos que tenían y mientras trataba de, selectivamente, escoger una pieza de interés en medio de todas las luminarias, me detuve ante un módulo del famoso living sculpture que contenía dieciséis OLEDs. Al principio no entendía y pensé que estaba controlado por un sistema DMX y ciclaba entre luz fría y cálida, hasta que pregunté y me aclararon que se trataba de dependencia angular.
¿Cómo se forma un OLED? Como parte de su proceso de formación se evaporan componentes orgánicos que se adhieren al cristal que encapsula dichos componentes como si fueran un sándwich. Entre esos componentes orgánicos están algunos minerales con diversas composiciones químicas que hacen que los costados se vean azulosos o verdes como resultado de su estructura natural. Este fenómeno hace que la luz cálida solo se perciba de frente al producto.
Me presentaron además el living wall, compuesto de 24 x 48 módulos para un total de 1,152 OLED´s. Esta muestra estaba localizada en la vitrina y en primera instancia parecía solo un espejo gigante. Observaba las divisiones modulares que parecían interminables, tan delgadas que el muro iluminado se integraba perfectamente a la arquitectura. Fue la instalación que más me llamó la atención, por su naturaleza interactiva. La luz y la iluminación arquitectónica son tradicionalmente estáticas, se enfocan en iluminar espacios, mas este muro es enteramente interactivo. Con dos elementos tradicionalmente ausentes de las luminarias tradicionales, una cámara que registra el movimiento y un micrófono que sincroniza el movimiento de la luz con cualquier sonido, la instalación me pareció muy interesante, pero con un lapso de interés condicionado y aplicaciones comerciales calculadas.
Aunque los ledes en su inicio se demoraron en desarrollarse e incorporarse a las grandes aplicaciones comerciales, no estoy segura de que los OLEDs sean tan flexibles como los ledes para poder desarrollarse en el mundo de la iluminación arquitectónica, me parece que los OLEDs de ahora tienen un mercado específico decorativo, al menos en esta etapa de desarrollo. Eso no le quita que sean novedosos y que tengan aplicaciones directas e inmediatas en hospitality (hoteles y restaurantes) y muchas aplicaciones residenciales por su incorporación a luminarias decorativas.
Soy experta en iluminación, mas no necesariamente en tecnología y ya había expuesto anteriormente acerca de la particular situación en que nos hemos visto involucrados los diseñadores de iluminación en los últimos años. No creo nunca haber visto o vivido un auge y un crecimiento tan apresurado enfocado a una sola tecnología. Imagino que para los proveedores y fabricantes es una ventajosa posición debido a la oferta y demanda del producto, por sus ventajas técnicas y por la novedad de la tecnología. Para los diseñadores de iluminación es una carrera cuesta arriba para tratar de ponerse al día con los avances tecnológicos y la abrumadora cantidad de nuevos jugadores en el mercado. El OLED es solo la última de las tecnologías que hace entrada al mercado.
El hecho de que tenga aplicaciones limitadas no necesariamente es malo. Podría abrirse un nicho de mercado para esta tecnología. Creo que lo más interesante es que los diseñadores siempre encuentran nuevas y novedosas formas de utilizar las nuevas invenciones.
1 Citando a Iluminet que publicó una nota acerca de Rogier: “Rogier van der Heide es una personalidad en el mundo de la iluminación, actualmente es vicepresidente y jefe de diseño de iluminación de Philips, fue director de Arup Lighting y ha encabezado proyectos notables en diversos países. Asimismo, ha sido ganador del IALD Radiance Award y de otros importantes premios internacionales, además de que ha colaborado con arquitectos como Renzo Piano, Zaha Hadid, Michael Graves, Cesar Pelli, Rob Krier, entre otros.”
2 Para más información acerca de los Lumiblades www.lighting.philips.com
3 DMX512, usualmente abreviado como DMX (Digital MultipleX), es un protocolo electrónico utilizado en luminotecnia para el control de la iluminación de espectáculos, que permite la comunicación entre los equipos de control de luces y las propias fuentes de luz.