Es el mes de los colores grises y rojos, con verdes que perduran, la lluvia y el frío han arropado la Ciudad de las Luces cuando se mira en los charcos dejados por el agua del cielo que se lleva con ella las hojas pintadas de marrón y púrpura. Las nubes sobrevuelan el arco de triunfo y el sol centellea sobre la Torre Eiffel que perfora el horizonte tal como La Dame de France. Es el otoño en París. La luz toma su posición horizontal, la gente rodea su piel blanca de abrigos y bufandas, las casas calientan su ambiente y la Navidad se acerca. Aires de melancolía pintan de romanticismo las calles y los parques detienen un momento más la alegría de un verano ya esfumado.
J’adore, es la primera palabra que viene a mi mente, la poesía invade mi corazón, y mis pasos se dirigen hacia las avenidas y calles para admirar ventanas y efigies que adornan las fachadas. Me hospedo en el suntuoso Royal Monceau Raffles, un hotel de tradición que ha querido romper las clásica estética parisina y se ha maquillado al estilo vintage, moderno, soberbio, muy propio de la estética de Philippe Starck. Los ladrillos resurgen de sus muros, las rayas en blanco y negro matizan los pisos, los espejos invaden todos los muros del baño, las gigantescas fotos descansan sobre el piso. El restaurante Matsuhisa Paris es la cocina de arte del mundialmente reconocido chef Nobu Matsuhisa que mezcla Japón y América Latina. Mi cabeza baila con el concepto, los sabores delicados invaden mi boca. En el Royal Monceau siento que soy parte de París, que soy un conjunto romántico que solo repite los versos de Jacques Prévert:
Millares y millares de años
no serían suficientes
para expresar
ese pequeño segundo de eternidad
en el que me besaste en el que te besé.
Una mañana a la luz del invierno
En el parque Montsouris de París
En París
Sobre la tierra
La tierra que es un astro.
Al salir del Royal Monceau Raffles, exploro uno de los lugares más románticos de París, el parque Monceau donde las hojas otoñales mueren en los charcos que adornan el suelo y en los cuales se reflejan los pasos de los caminantes sin rumbo, paseando por la cuerda de la imaginación. Place de Thermes y sus floristas me llevan al Arc du Triomphe que encabeza una de las principales avenidas, Champs-Elysées. La boutique Cartier parrandea con sus vitrinas navideñas que ya exponen sus tesoros más chic de la temporada, mientras que Luis Vuitton encabeza la elegantísima Avenue Montaigne, hogar de las maisons de moda más importantes: Céline, Lacroix, Saint Laurent, entre otras. El Grand Palais expone la pintura mexicana del siglo XX, mientras que el puente Alexandre III continúa brillando por ser el más elegante de todos los puentes que brincan el río Sena.Zigzagueo entre las hojas muertas que se acumulan a lo largo del río para admirar los edificios vanidosos que rivalizan a los largo del recorrido de los bateaux-mouches que atormentan las aguas. La Place de la Concorde anima en medio del gris del día que se respira durante invierno, con sus fuentes de personajes dorados, negros y grises y el icónico obelisco que transporta instantáneamente a otra época. A pocos metros, La Madeleine, la iglesia que parece un gran templo romano, un escenario que no parece tener fin, y que alude más a un museo que a una plaza en sí.
Les jardín des Tuileries, daban sombra a los reyes que algún día paseaban aquí y me llevan sin apuro al Louvre, parada indispensable para los primerizos en la capital francesa. Continuando por el Pont Neuf, que une las islas y lleva a Notre-Dame cuyas torres se alzan como un perfecto soldado del tiempo. Se palpa en los rincones de la ciudad la sangre que ha batido los pavimentos de las calles, desde la masacre de Saint-Barthélemie, cuando las religiones se enfrentaban, hasta la revolución del “peace and love” en Mayo 1968. Calles que narran historias y muros que pintan en velada las ondas que han hecho vibrar París.Le Marais palpita al son de la Traviata con sus particulares hoteles y la famosa Place des Vosges, una zona que una vez albergó la clase aristocrática y posteriormente el hogar principal de la comunidad judía de París, es hoy uno de los arrondissement más trendy donde encontrar las mejores galerías, museos, elegantes departamentos, restaurantes y bares como Le Studio; un patio en donde disfrutar una copa de rosé mientras bailarinas profesionales toman clases de ballet.
Dudo cruzar hacia el otro lado del río, la rive gauche; prefiero sentir un París de reyes, pasando de la Place de la Victoire, a la Opera Garnier que simboliza el reino de la cultura con un edificio novelesco digno de un cuento de hadas, donde el dorado alumbra el cielo y la música viste las avenidas del Grand Boulevard. Sin embargo, me dejo seducir por las terrazas de los cafés como Les Deux Magot o el Café de Flore, en Saint-Germain-des-Prés, se animan aun cuando el frío del invierno se instala. Sillas miran hacia la calle donde se sientan parejas y grupos que disfrutan de un café au lait, acompañados de cigarrillos que se queman mientras las lenguas arden con discusiones de política o arte.Invadido por las caricias de la ciudad que penetran mi alma, me refugio en el hotel Royal Monceau para vibrar al ritmo de un estilo que ha conquistado a todo aquel que visita esta ciudad, un jet set con deseo de clásicos renovados caracterizados por ese je ne sais quoi que solo aquí se encuentra.
Amanezco de nuevo al mismo tiempo que el sol surge sobre una ciudad que se revela en sus imágenes dejadas por la lluvia. Mis pasos redondean el Arc du Triomphe que deslumbra por su blancura que se instaló en lugar de la grisura, bajo por la Avenue Foch adornada por elegantes edificios y jardines hasta llegar a la Place Dauphine y cruzar una parte del Bois de Boulogne, el parque más grande de París, bloqueado por el pueblo de Neuilly con su aristocráticas mansiones. Quería dejarme sorprender por el edificio de la Fundación Louis Vuitton, la nueva pieza de París, de formas aerodinámicas de la era digital, un hongo de colores y rayas depositado en medio del bosque por un arquitecto que rompe lo convencional y atormenta la armonía de París. Molesta y enamora, disturba y conquista, espacios incongruentes con formas hacia un horizonte incierto. En su tiempo, la torre Eiffel sorprendió, hace más de 120 años; hoy, ese edificio diseñado por Gehry Partners es un desafío a un futuro incierto y lleno de sorpresas, en la arquitectura como en la sociedad cambiante.Llego así a las calles elegantes del 16eme arrondissement, donde comienza a sobresalir la flecha de la Tour Eiffel, alumbrada detrás por el sol de la tarde, y rodeada como siempre de una multitud surgida de todos los barrios del planeta. La plaza del Trocadéro está protegida por alta vigilancia, se ven los elevadores que giran verticalmente para llevar gente a la cima, donde el Sacré-Coeur domina desde la colina de Montmartre.
París es una balada que lleva al filo de sus encantos, admirando las fachadas que comparten al unísono una elegante estética, pintorescos jardines, terrazas que se prestan a eternas conversaciones, sin mencionar su inconfundible escena culinaria en donde la cocina tradicional y la cocina de vanguardia marcan pautas de referencia mundial. París es un carrusel donde las luces brillan y convergen al igual que la mezcla de gente en la ciudad, en la que nunca se hubieran cruzado si no fuese por el sueño común de conocer París.
París es un poema que jala su música desde la historia de los galos hasta las fantasías de la era actual. París es una fiesta, decía Hemingway; París es una rubia que hace girar el mundo, cantaba Mistinguett. París, diría yo, es un libro de arte que invita a impregnarse de un misticismo romántico e histórico que prevalece a través de los siglos. Por eso es que j’adore Paris.
HOTELES
Royal Monceau Raffles
37 Avenue Hoche
+33 1 4299 8800
Four Seasons Hotel George V
31 Avenue George
+33 1 4952 7000
Mandarin Oriental
251 Rue Saint Honoré
+33 1 7098 7888
Hotel Costes
239-241 Rue Saint Honoré
+33 1 4244 5000
Mama Shelter
109 Rue de Bagnolet
+33 1 4348 4848
RESTAURANTES
La Maison de la Truffe
19 Place de la Madeleine
+33 1 4265 5322
Les Enfant Rouge
9 rue de Beauce
+33 1 4887 8061
Septime
80 rue de Charonne
+33 1 4367 3829
La Palette
43 rue de Seine
+33 1 4326 6815
Le Duc
243 Boulevard Raspail
+33 1 4320 9630
Restaurant Bon
25 rue de la Pompe
+33 1 4072 7000
Jaja
3 rue Sainte-Croix de la Bretonnerie
+33 1 4274 7152
BARES
Matignon
3 Avenue Matignon
+33 1 4289 64 72
Prescription
23 rue Mazarine
+33 9 5035 7287
Danico
6 rue Vivienne
Texto y fotos por Patrick Monney