Cuando pensamos en una distopía audiovisual, imaginamos ciudades oscuras, tecnología invasiva y entornos caóticos. Pero Severance, la serie de Apple TV+ dirigida por Ben Stiller y creada por Dan Erickson, apuesta por lo contrario: lo monstruoso está en lo perfectamente ordenado. 

¿Por qué el diseño en Severance se siente tan inquietante? - severance-photo-021018
Foto: Apple

¿Qué pasaría si pudieras separar tu vida laboral de tu vida personal literalmente? Este corte mental también ocurre visualmente: el espacio está diseñado para borrar todo rastro de individualidad. 

Cada decisión de diseño funciona como metáfora del control absoluto. El diseño del espacio está lleno de referencias al modernismo corporativo de los años sesenta y setenta: techos bajos, luces blancas, alfombras mullidas, escritorios modulares. Pero el resultado no es nostálgico: es asfixiante. Nada destaca, todo se repite. El espacio no tiene identidad y eso es intencional.

Uno de los elementos más intensos de Severance es su paleta cromática. Predominan los verdes institucionales, los beiges, los grises azulados. Todo remite a una estética sin alma con ajustes en los colores. El resultado es una superficie que parece falsa, como si el mundo fuera un render mal hecho.

Además, la serie utiliza la famosa proporción 60‑30‑10 del diseño de interiores: un color dominante ocupa el 60 % del espacio; un secundario, el 30 %; y un acento, el 10 %, para equilibrar visualmente cada toma. Es una fórmula que transmite orden, pero también rigidez. Nada está fuera de lugar. Todo está diseñado para controlarte.

Cada encuadre de Severance es una lección de teoría visual. Las líneas rectas, las repeticiones, los colores planos y la falta de ventanas o reflejos construyen una atmósfera anestesiada. Los personajes se convirtieron piezas dentro del sistema visual. Cada episodio mantiene una coherencia cromática casi quirúrgica. Esto no solo demuestra el nivel de control visual, sino cómo el color funciona aquí como narrativa emocional.

¿Por qué el diseño en Severance se siente tan inquietante? - severance-photo-020315
Foto: Apple

En Severance, el diseño no busca agradar. No hay detalles personales, no hay objetos decorativos, no hay alma; y eso es lo que genera incomodidad. El minimalismo aquí no es estilo: es sistema de opresión. Lo que debería facilitar el trabajo (el mobiliario, el orden, el espacio) se convierte en parte del castigo. Es el diseño convertido en estructura ideológica.

Más allá del guion o los diálogos, la serie funciona gracias a su dirección de arte. Todo en la serie —la luz, la proporción, el color, el vacío— colabora para que sientas lo mismo que sus protagonistas: desconexión, despersonalización y claustrofobia. 

En una era donde muchos diseñan espacios para emocionar o inspirar, Severance se atreve a mostrar cómo el diseño también puede suprimir, controlar o desaparecer. Y eso la convierte no solo en una gran serie, sino en una crítica visual de la vida corporativa que habitamos más de lo que creemos.