La palabra probiótico está conformada por los vocablos pro (a favor de) y biota (vida), los cuales definen la tarea principal de estos microorganismos: promover el equilibrio y favorecer la vida. Los probióticos están compuestos por diversas familias de bacterias que viven en simbiosis con nuestro cuerpo. La microbiota es el conjunto de bacterias que cada individuo tiene y se estima que hay cien trillones de microorganismos y más de 500 diferentes especies en ella; sin embargo, cada individuo tiene diferentes cantidades y patrones en su microbiota personal.
La microbiota se encuentra en lugares como la piel y la boca, pero predomina en el sistema digestivo, específicamente en el colon, por lo que es de suma importancia que los probióticos que consumas tengan la capacidad de llegar ahí y modificarla conforme a tus necesidades. Puedes encontrar probióticos en suplementos y productos orgánicos. En cuanto a los suplementos, vienen en diversas presentaciones, como tabletas, cápsulas o polvos; respecto a los productos orgánicos, los hallarás en yogurts, leche y alimentos fermentados como el miso, el kimchi y el tempeh.
Los probióticos son un tópico relativamente nuevo para la medicina moderna; por ende, en el día a día se publica información al respecto y se muestran los beneficios que aporta tomarlos. Algunos de los aspectos que ya han sido confirmados por la ciencia son que uno debe de consumir probióticos con dosis entre un billón y 100 billones de colonias formadoras de unidades (CFU), y que el tiempo y el tipo de probiótico (Bifidobacterium, Lactobacillus rhamnosus, Lactobacillus casei o la levadura Saccharomyces boulardii, entre otros) son factores que cambian los efectos y cualidades de estos microorganismos.
Aquí te compartimos algunos de sus beneficios:
1. Ayudan al buen funcionamiento del sistema digestivo.
2. Mejoran algunas condiciones relacionadas con la salud mental, como la memoria, la ansiedad, la depresión y el autismo.
3. Previenen alergias e intolerancias alimentarias.
4. Previenen problemas como la obesidad, el colesterol alto y la hipertensión.
5. Mejoran la función del sistema inmunológico y crean un frente contra las infecciones.
6. Ayudan a perder peso y previenen la absorción de grasa en el intestino.
Escrito por Renée Sotomayor