El discurso plástico de Ramsés Ruiz parte de un estudio detallado de la figura humana como fuente narrativa. Igualmente, explora los límites de los materiales tradicionales para dotarlos de nuevas lecturas, donde cada pieza invita a la reflexión sobre la vulnerabilidad, la identidad y el deseo, emociones que él reconoce universales. En sus propias palabras: “El cuerpo es materia permanente de estudio. Aún hoy, no lo conozco bien. Hago aproximaciones, tanteos”. Con la intención de entender su universo, el artista nos sumerge en lo que lo mueve a crear.

Ramsés Ruiz: el cuerpo como relato - dsc-5345
Fotografías: Diego Torres

¿Cómo dictan las diferentes técnicas que empleas tu proceso creativo?
Cada una de mis piezas responde a una etapa creativa, a ciertas capacidades y conocimientos de técnicas y materiales, a inquietudes y estados de ánimo. Me gusta sospechar que esos dictados no necesariamente los determino yo, sino que puede ser que la pieza me llame a mí para darle volumen.

En un mundo saturado de imágenes, ¿qué te obsesiona al momento de trabajar una obra?
Mis obsesiones responden a mi mundo interior, a una compulsión por el perfeccionismo en detalles que para otros son irrelevantes. No me saturo de imágenes, mis obsesiones me saturan al grado de que me demoro en terminar ciertas piezas.


¿En qué consiste la tensión entre lo místico y lo visceral en tu obra?
En eso de no saber si yo solo soy un canal de creación de algo que me rebasa o el ejecutor de una ocurrencia. Esa tensión, creo, se resuelve en que muchas de mis piezas tienen un grado de comicidad, de humor. La risa, de cierta forma, es una manera de generar una especie de diálogo entre lo elevado y lo terrenal.


¿Qué has aprendido sobre ti mismo al crear, una y otra vez, pieles, gestos y fragmentos humanos?
Que estoy en permanente cambio, es decir, que no soy el mismo de ayer ni, mucho menos, el de hace algunos años. Como mis intereses no se concentran en lo teórico recurro a la experiencia directa cuando hago bosquejos y modelos. Con esto quiero decir que yo no suelo reflexionar sobre mis piezas y procesos creativos, sino que las propias piezas son mis reflexiones no solo del cuerpo, sino de todo aquello que llega a afectarme.


¿Cuál es el proceso que atraviesas al retratar la fragilidad humana, así como las emociones como el estrés y la soledad?
Conectarse con esas emociones, ver esa energía reflejada en el modelo. Y, con suerte, saber que quien observe mis piezas puede encontrar un reflejo de aquello que ha sentido con hondura en un momento de su vida.


¿Cómo equilibras la dualidad entre lo íntimo y lo universal, entendiendo la importancia autobiográfica de tus creaciones?
Como lo mencioné antes, a través del humor, de ciertas notas cómicas en mis piezas. Gestos de complicidad entre quien observa y quien hace observar.


¿En qué basas la selección de colores para una figura, una piel o una atmósfera?
En muchos de los casos, en cuestiones de tradición escultórica, me refiero a la paleta de colores que ofrece el mármol y la cerámica. Esto involucra una certeza: confiar en que el detalle en los volúmenes es capaz de irradiar una o varias emociones, además de las propias reflexiones que me planteo.


¿Cómo dialoga tu trabajo con las nociones contemporáneas de género, identidad y deseo?
Procuro, pese a los riesgos que esto involucra, plantearme una serie de emociones, gestos y tramas universalmente humanas.

¿Cómo ha influido tu contexto en la narrativa visual que construyes?
Supongo que mucho, pero de manera inconsciente. No pienso en modas, en tendencias, en discursos actuales, pero, sin quererlo, aparecen ahí como claves de que soy hijo de un contexto y circunstancia.

En una época donde el arte se consume con avidez, ¿cómo te enfrentas a la idea del tiempo en tu obra?
En que no aprecio el arte como mera mercancía de consumo, sino como objeto de contemplación.

P. https://www.ramsesruiz.com/

IG. ramses.ruiz.escultor