En el marco de su quinto aniversario, el Museo Jumex, en colaboración con Fundación Televisa, presenta “Realidad programada: la vida y el arte en la televisión”, una exposición que invita al espectador a hacer un recorrido a través de la historia de este artefacto cuya presencia no solo marcó el inicio de la cultura visual en la que estamos inmersos hoy en día, sino también el momento en el que se desdibujó la línea que existía entre la realidad y la ficción.
Mucho antes de que se pensara que la televisión era una “caja idiota” que mataba las neuronas de su pasiva audiencia, este objeto era parte de la vida cotidiana de muchas familias que se reunían todas las noches a ver un programa especial en la comodidad de sus hogares. El impacto y la influencia de este artefacto en la sociedad de los años cincuenta fueron de tal magnitud que las generaciones que nacieron posteriormente crecieron bombardeadas de imágenes incluso antes de que aprendieran a hablar.
Las imágenes se convirtieron en una prueba de la verdad: si algo no aparecía en la televisión, era porque no había sucedido. Muy pocos fueron los que cuestionaron la veracidad del contenido que veían en sus pantallas. A final de cuentas, la frase “una imagen vale más que mil palabras” engloba el cambio ideológico que tuvo lugar en nuestra cultura a partir de la invención de la televisión.
El video no solo mató a la estrella de radio, como dice la letra de la canción del grupo británico The Buggles, sino también al cine y a los periódicos. Los medios que se encargaban de comunicar a la sociedad las noticias de relevancia perdieron miles de suscriptores en el momento en el que la mayoría de la gente optó por ver los noticieros matutinos para informarse de los últimos acontecimientos. El confort del sofá de la sala de nuestra casa muy pronto remplazó la incomodidad de las butacas de cine y, sin que nos diéramos cuenta, la presencia de la televisión se transformó en parte de nuestra realidad.
Paradójicamente, con el tiempo, la misma realidad fue absorbida por la televisión cuando los reality shows se convirtieron en la nueva sensación, o más bien, en una obsesión por conocer la vida privada de personas que se volvieron famosas por el solo hecho de aparecer en la televisión. No sabíamos que la vida “real” de estos personajes, creados por los productores de las grandes cadenas de televisión, no era más que un montaje prefabricado con un guion establecido para mantenernos enganchados frente a nuestras pantallas esperando lo último que sucedía en la vida “privada” de estos personajes ficticios. Con esto, la línea que había entre la realidad y la ficción dejó de existir, así como también lo hizo el arte del medio televisivo. A fin de cuentas, ¿cuál es la diferencia entre sentarse en el sofá a ver la televisión y estar parado frente a un muro blanco contemplando una obra de arte en una galería?
Precisamente, lo que busca esta exposición es desvanecer los límites que existen entre la vida, el arte y la televisión a partir de instalaciones, pinturas, esculturas y fotografías de sesenta artistas de cinco continentes como Abigail Reyes, Bruce Nauman, Candice Breitz, Chris Burden, Christian Jankowski, James Turrell, Miguel Calderón, Phil Collins, Lynn Hershman Leeson y Yoshua Okón entre otros que han empleado este medio como objeto y sujeto de abstracción en su práctica artística para cuestionar el impacto que este receptor cuadrado ha tenido en nuestras vidas y la manera en la que su contenido ha determinado nuestra percepción de la realidad desde su invención hace más de siete décadas.
No obstante, la saturación visual que sentimos después de recorrer la exposición no solo hace que queramos cerrar los ojos para descansar la vista, sino que nos deja reflexionando sobre nuestra incapacidad para asimilar la cantidad de información a la que estamos expuestos diariamente. Seguramente, esa no era la intención del curador Kit Hammonds, pero quizás lo que necesitamos hoy en día es, precisamente, cerrar los ojos, limpiar nuestras mentes y recuperar la claridad, volver a ser capaces de distinguir la realidad de la ficción.
Esta exposición estará abierta al público en la Galería 3 del Museo Jumex hasta el 24 de marzo del 2019.
Escrito por Sheila Cohen