Tuvimos la oportunidad de platicar con uno de los fotógrafos más reconocidos de nuestro país. Celebrando su 50 aniversario en el mundo de la fotografía, Rogelio Cuéllar se ha ganado el respeto y la admiración gracias su impresionante trabajo al retratar a los más grandes artistas y escritores de México. Personajes como Renato Leduc y Carlos Pellicer, Efraín Huerta, Octavio Paz, Juan Rulfo, Carlos Fuentes, Elena Garro, Carlos Monsiváis y Elena Poniatowska, han pasado por su lente. También algunos escritores latinoamericanos como Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Mario Benedetti y Mario Vargas Llosa, así como artistas de las nuevas generaciones como Juan Villoro, y Natalia Toledo.
¿Quien es Rogelio Cuéllar?
Soy un fotógrafo que nació a la mitad del siglo pasado, el 4 de julio de 1950. De la generación de fotógrafos que comenzaron a realizar su trabajo a partir de los años 60. Dentro del periodismo mexicano y la fotografía, soy de la generación de los fotógrafos que sigue después de Héctor García, Nacho López, Rodrigo Moya, entre otros. Soy de la generación en la que, en 1980, en la primera Bienal de Fotografía, me seleccionaron en primer lugar con otros 20 fotógrafos que ganaron el primer lugar. Ya se comenzaba a tomar la fotografía en serio, ya como un lenguaje personal.
¿Cuándo decidiste dedicarte a la fotografía?
Yo creo que desde 1967, cuando tomé mi primer rollo. Estudiaba pintura en la tarde en San Carlos, y la ‘prepa’ en la mañana, se reveló como un lenguaje.
¿Recuerdas tu primera experiencia con una cámara?
La primera vez que agarré una cámara fotográfica fue en 1968, cuando yo quería ser fotógrafo de prensa y salí a una de las manifestaciones que había. Llevaba una cámara Pentax prestada y comencé a fotografiar mi entorno y a mis pares: los jóvenes gritando emocionados y dije: “de aquí soy, esto lo quiero registrar”.
¿Cuál ha sido el reto más grande que has enfrentado en tu carrera?
Yo creo que fotografiar al filósofo romano Emil Cioran y al pintor Antoni Tàpies.
¿Cuál es la sesión que más has disfrutado?
Más bien, te haría una lista de las sesiones que he sufrido más: la de Toledo, la de Vicente Rojo. Las sufro todas, no las disfruto.
¿A qué fotógrafo admiras?
A Rodrigo Moya, maravilloso, y también a Graciela Iturbide. Las mujeres fotógrafas son maravillosas en todo el país. Doy muchos talleres en la República, porque soy becario del Sistema Nacional de Creadores del Arte del Fonca, lo que me ha permitido llevar mi trabajo a otros países: Estambul, Rusia, China. Es la mejor embajada cultural de México hacia el mundo.
¿A quién te falta fotografiar?
A muchos, En México, a infinidad de personas. Siempre apunto a quien necesito fotografiar. A Eduardo Lizalde necesito volver a fotografiarlo; Oscar de la Borbolla, que es de los que me interesa mucho; a Pepe de la Colina quise fotografiarlo con Octavio Paz, al compositor Julio Estrada, a Mario Lavista, es infinita la lista.
¿Qué elementos se necesitan para lograr la foto perfecta?
Primero, me gusta mucho que sea en blanco y negro; segundo, luz natural; tercero, saber a quién estás fotografiando. No puedes fotografiar a un compositor igual que a un coreógrafo o que a un científico, es una de mis reglas principales: saber qué hace cada quien para involucrarme en su universo. La mirada, la búsqueda de la mirada. En un evento, cualquier fotógrafo profesional puede hacer un buen retrato de un personaje, escritor o pintor, pero para mí, el retrato implica la conciencia, de que te estoy fotografiando a ti y me estás mirando. La conciencia.
Octavio Paz, cuando le comencé a hacer las fotos de 1974, tenía la claridad de que era el poeta, que iba a pasar a la historia como poeta. Entonces hasta en las fotos más circunstanciales, está él pensando en la historia visual, cultural, con una conciencia.
¿Por qué blanco y negro?
Es una síntesis, el color es muy bonito y te distrae. La tradición de la fotografía de autor es en blanco y negro, aunque hay fotógrafos en color. La tradición es blanco y negro, aun a veces virado al sepia y demás. Octavio Paz lo definió muy bien: la fotografía es más fotografía en blanco y negro.
Con el avance de la tecnología, hoy en día casi todos tenemos acceso a una cámara. ¿Cuál es tu opinión de los fotógrafos detrás de los celulares?
Que ya no existe el fotógrafo como tal. Todo el mundo capta imágenes, somos recopiladores de imágenes sin saber mirar, que es una característica esencial para un fotógrafo: lo primero que uno tiene que hacer es mirar. La realidad no es horizontal, no es vertical, no es cuadrada; lo que uno como fotógrafo hace es editar parte de la realidad. La fotografía no es objetiva, es totalmente subjetiva. Todas tus experiencias inciden en la manera de ver tu entorno y tu realidad, ya sea un fotógrafo de naturaleza, deporte, arquitectura, publicidad, cada cual tiene una manera muy particular de ver esa realidad y de transmitirla.
Lo que sí exijo a mis alumnos es que aprendamos a mirar a través de la cámara, saber para qué sirve un diafragma, saber para qué sirve el obturador, para qué sirven los diferentes planos focales. Ahora solo tenemos teléfonos inteligentes, cámaras inteligentes y el menos inteligente es el que más sabe oprimir un botón: nosotros.
Si pudieras darle algunos consejos los fotógrafos que están empezando ¿Cuáles serían?
Ahora con las redes, que vean fotógrafos, que vean fotografía humanista, que estudien, que vean a fotógrafos como Sebastiao Salgado, el brasileño. Él es maestría en economía y además, a los 50 años comenzó a hacer fotografía y ahora ha fotografiado a los sin tierra y se amplió al mundo. Jean Bertrand Altrus, economista, comienza a fotografiar la tierra desde un helicóptero y ahora tiene el proyecto humanidad.
Por último ¿cuál es tu mayor sueño en la vida?
¡Es maravilloso! Que mi trabajo se vea en todo México y en el mundo, y que pueda vender mi archivo, pero lo ideal es que lo compraran en México. Es un archivo de la literatura y de los creadores a lo largo de 50 años. Es una memoria histórica y me interesaría que se quede en México, pero con condiciones de archivo y que esté vivo. Eso quiero.
Entrevista por Mariana Guerra
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