Jorge Eduardo Neira Sterkel, también conocido como Roth, es un ejemplo a seguir. Hablamos de un humanista contemporáneo y emprendedor social que ha destacado por crear extraordinarios proyectos en diversos campos como la hospitalidad, la gastronomía, el arte, la arquitectura y la alta costura, siempre contemplando los factores esenciales para alcanzar el lujo y la sustentabilidad. Algunos de los más conocidos son el hotel Azulik en Tulum, que propone una existencia armoniosa entre el hombre y la naturaleza, y Enchanting Transformation, una fundación que busca ayudar a comunidades locales y preservar la naturaleza.
Tuvimos la oportunidad de entrevistar a Roth, con quien hablamos sobre su carrera profesional, sus principios, sus proyectos más destacados y sus aportaciones al medio ambiente y a la humanidad.
Roth, cuéntanos un poco sobre tu trayectoria profesional.
Llegué a la Riviera Maya a escribir un libro. Antes, había hecho producciones publicitarias, cortometrajes y mediometrajes, pero lo que quería en ese momento era escribir una novela. Viví seis meses en una isla cerca de Belice; ahí escribí mi novela y me enamoré de la zona. Me quedé y quise poner un centro de medicina alternativa, pero terminé construyendo el hotel Azulik en Tulum.
Tras constuir el hotel, incursioné en la Amazonia y en la Patagonia, en donde actualmente tengo dos proyectos que tienen que ver con comunidades locales. Por ejemplo, en la Amazonia pasé un año con distintas comunidades shipibo e ideé un gran proyecto que comenzaré a desarrollar a finales de este año. Por otro lado, en la Patagonia tengo un proyecto entre dos lagos, el lago Inferior y el lago Las Rocas en Chile, muy cerca de la frontera con Argentina, en donde vive una comunidad mapuche.
Además, el año pasado empezamos a desarrollar un segundo proyecto en la Riviera Maya, en la zona de Francisco Uh May. Se trata de un museo de arte contemporáneo del que ya completamos e inauguramos las primeras salas, y ahora estamos construyendo un segundo grupo de salas. También pensamos crear más salas de museo en Temozón, en donde tenemos un cenote que queremos rodear de proyectos de arte y alta tecnología. Para eso, estamos trabajando con especialistas de Silicon Valley que nos ayudan a buscar la manera de proporcionar energía solar sin costo a toda la zona maya, en especial a las poblaciones pequeñas, incomunicadas o alejadas que no cuentan con ese servicio.
Sabemos que la preservación de la cultura y el medio ambiente es clave para ti, ¿cómo has logrado implementarla en tus negocios?
Nuestra organización se basa en tres pilares: lo ancestral, la naturaleza y el arte. Todo lo que hemos edificado en Uh May ha sido sin cortar un solo árbol. De hecho, tenemos cientos de árboles dentro de nuestras construcciones y hemos diseñado una forma de iluminación que permite que los árboles vivan adentro; algunos atraviesan los espacios y tienen sus flores y hojas afuera. De esta manera, contribuimos a preservar un sistema ecológico que lleva miles de años en armonía.
Otro factor que contribuye a la preservación es el hecho de que no alteramos nuestros pisos, pues son superficies que han sido modificadas de manera natural a través de los años. Caminamos descalzos para que se mantengan las formas ancestrales en las que la energía se mueve en cada lugar y nosotros, al caminar siguiendo sus mismos recorridos, entramos en resonancia con el entorno y su sabiduría, nos sanamos, estamos contentos y vivimos felices sin destruir la selva.
También queremos producir energía solar que pueda instalarse sobre las copas de los árboles con el objetivo de demostrar que se puede vivir y hacer todo un desarrollo debajo de la selva sin tener que cortar ningún árbol. Ese es nuestro principal objetivo en cuanto a la sustentabilidad.
Además, estamos trabajando en otros proyectos para solucionar otros aspectos ambientales, como el problema de las algas, así como cuestiones sociales; por ejemplo, al implementar comedores para las comunidades o diseñar un servicio de drones que lleven medicinas desde un hospital central en Chenché a las comunidades necesitadas. Son drones que pueden transportar hasta dos kilos de peso y ojalá hacia el final del año podamos hacerlo con drones que puedan llevar seres humanos.
Por último, estamos trabajando en la construcción de satélites con mano de obra maya. Para eso, estamos siendo asesorados por gente de Silicon Valley que está muy interesada en participar con nosotros en estos proyectos de ayuda a las comunidades.
¿Cómo describirías la importancia del turismo para la preservación?
El concepto del turismo, particularmente del turismo de lujo, ha cambiado muchísimo en todo el mundo. En los últimos años, las cadenas hoteleras enfocadas en este tipo de turismo han trabajado en proyectos ecológicos y sustentables en los cuales el lujo deja de ser representado por el mármol, las construcciones de concreto gigantescas y los hoteles muy grandes; en cambio, se buscan espacios que estén en contacto con comunidades originarias, con la naturaleza y con que la gente tenga una experiencia auténtica.
Por ejemplo, los turistas europeos generalmente prefieren visitar una comunidad local que ir a un parque temático o estar en un hotel lujoso y sofisticado. Entonces, la hotelería se está transformando, los servicios se están transformando y la demanda que existe en todo el mundo es de hoteles que brinden experiencias únicas. Las personas que son sensibles a esto están dispuestas a participar activamente a través de donaciones o personalmente en proyectos que busquen encontrar soluciones y formas de colaborar con comunidades que tienen conocimientos milenarios, por ejemplo, en plantas medicinales, así como una sabiduría de vida que les ha permitido vivir miles de años en armonía con su cultura y con el entorno.
Todos estos aspectos son primordiales en la nueva oferta turística y nosotros somos muy ricos en todo eso; en México, se hablan 68 lenguas diferentes y hay muchísima cultura, por lo que existe un enorme potencial para ese tipo de turismo.
¿Cómo construyeron el hotel Azulik?
Nosotros no hacemos planos para construir, sino que lo vamos haciendo progresivamente conforme llega la inspiración. No tenemos planes a largo plazo. El hotel Azulik se fue construyendo en etapas, con pocos recursos en cada una de ellas, siempre trabajando con improvisación, con la participación de mano de obra maya y con los materiales de la selva que estaban desaprovechados. Siempre hemos trabajado con aserraderos autorizados, pero aun dentro de los aserraderos, buscamos las especies que no son comerciales y que casi no se usan.
¿Cómo es que la naturaleza y la arquitectura conviven armoniosamente en tus propiedades?
Tenemos en nuestro museo varias obras de Ernesto Neto, que es uno de los artistas más relevantes en este momento a nivel global. Una de sus obras se titula Every Tree is a Civilizing Entity y nosotros realmente creemos eso, estamos convencidos de que existe la inteligencia vegetal, puesto que las hojas de una planta pueden curar una enfermedad. La mayor parte de las medicinas que tomamos provienen de la selva amazónica, así que se originan en plantas y otros elementos naturales. Las plantas tienen una energía y un poder enormes, y la red que forman entre ellas es inteligente y es lo que nos inspira a crear.
Nosotros pensamos, ¿cómo construimos sin cortar un árbol? Si hacemos un plano previo y tratamos de imponerlo a la naturaleza el único remedio es cortar todos los árboles y edificar sobre un cementerio, que es lo que ha estado haciendo el hombre durante los últimos cientos de años. Pero hay otra forma de construir y empieza al preguntarse qué es lo que podemos hacer para convivir con el resto de los seres vivos. Al final, hay una manera de aprovechar el entorno que nos rodea y vivir bajo los árboles de la selva sin duda es más fresco y más sano. Además, estar en armonía con la selva hermosa es como tener el jardín más increíble, el cual hace que nuestros huéspedes vivan experiencias muy especiales al visitar nuestra propiedad.
La pregunta es siempre muy parecida a la que hacen ustedes: ¿cómo hacer que la naturaleza y la arquitectura convivan? Y la respuesta es: escuchando y respetándola; construir siempre en armonía con los que llegaron antes, que fueron las plantas y los árboles.
Hablemos sombre Enchanting Transformation. ¿De qué se trata este proyecto y cuál es su principal objetivo?
Enchanting Transformation es una fundación que se constituyó en Texas, Estados Unidos y cuyo propósito es ayudar a comunidades originarias, en especial a los a niños, y preservar la naturaleza. Como lo mencioné en preguntas anteriores, en Enchanting Transformation también estamos involucrando el arte por medio de las salas de los museos que estamos construyendo, así como la tecnología y la investigación, para lo cual estamos en contacto con varias universidades, algunas de ellas en Estados Unidos. En fin, tenemos varios proyectos académicos, de tecnología, de arte y de trabajo con comunidades en los que la sabiduría ancestral de los mayas se suma al conocimiento y al ingenio de los creadores contemporáneos.
¿Qué otros proyectos tienes a futuro que mantengan ese mismo concepto de preservación?
Ya he mencionado varios de los proyectos que estamos implementando; sin embargo, tenemos también invitaciones de distintas partes del mundo para hacer productos similares, tanto en cuanto a la conservación como respecto a la hotelería con comunidades que buscan trabajar en armonía con el nuevo paradigma y con pensadores relevantes a nivel mundial. En el mundo del arte, también tenemos contacto con museos en distintas partes del mundo que están siguiendo una línea bastante similar a la nuestra, pero que ya están más desarrollados.
Por eso, durante el último año y medio, hemos recorrido varios países para conocer los museos relevantes en conceptos relacionados con la naturaleza como el Inhotim en Brasil o el Naoshima en Japón. También para visitar fundaciones en el centro de Europa que tienen propósitos alineados con los nuestros y con las que vamos a trabajar en partnership y desarrollar proyectos en común.
Fotos: cortesía de Roth