Fiel creyente de que la salud y la belleza van de la mano, María Violante encuentra en la naturaleza un poder como ningún otro. Buscando crear consciencia sobre uno mismo y el entorno, la emprendedora mexicana formula una solución a los problemas de la piel.
Desde que tiene memoria, María ha sentido una atracción por el mundo vivo y sus maravillas. Siguiendo su curiosidad, decide estudiar un diplomado en Herbolaria donde descubre el uso de plantas medicinales a través de técnicas ancestrales.
Es así como surge esta conexión con la tierra y, en 2012, bajo una filosofía inside out, funda Remedios del Bosque, una marca de skincare.
Desde tónicos y mascarillas has- ta extractos botánicos y aceites esenciales, Violante crea productos de manera natural para el cuidado personal, hechos a base de plantas silvestres y cultivadas en Oaxaca. Estas son producto de un intercambio de conocimientos con mujeres de distintas comunidades en San Sebastián Río Hondo para trabajar la tierra de manera sostenible.
Este tipo de agricultura regenerativa permite extraer los célebres remedios directamente del campo mexicano, respetando la flora y fauna de cada lugar. Todos los envases son biodegradables, afines a los valores de responsabilidad y cuidado del medio ambiente que caracteriza a la empresa.
Además, para aprovechar al máximo la concentración de nutrientes desde la raíz del suelo, el equipo de Remedios del Bosque cosecha siguiendo la ciencia detrás de los ciclos lunares, que potencia los antioxidantes, proteínas y enzimas que las plantas poseen.
Lavanda, manzanilla, menta y hamamelis se encuentran entre los componentes limpios y de alta calidad que funcionan para tratar afecciones en la piel.
Por medio de la cosmética viva, nutrimos correctamente la microbiota de la piel, encargada de protegerla de factores externos como toxinas y contaminación. Por lo tanto, el uso de ingredientes orgánicos es la mejor opción para evitar desbalances como dermatitis, eczema y psoriasis. Sin embargo, los productos pasan por laboratorios clínicos y dermatológicos en donde se le añaden ciertos compuestos.
“Es importante aclarar que no estamos peleados con los químicos ni con sustancias que no son naturales. Hay una corriente muy radical en el tema del uso de conservadores dentro de la cosmética natural. Sin embargo, considero que es bueno que los utilicemos, en dosis bajas, puramente necesarias para la eficiencia y conservación del producto”, comenta la fundadora, quien afirma que la belleza viene desde adentro y, por ende, del balance entre los cuatro cuerpos: físico, astral, etéreo y emocional, que resulta en una vitalidad plena.