A pocos minutos de que comiences a caminar por los callejones de San Miguel de Allende, confirmarás el rasgo que todo viajero suele destacar cuando sugieren visitarlo: conserva con recelo su carácter antiguo, al tiempo que siempre está reinventándose. Donde se encontraba la gran fábrica de textiles La Aurora, por ejemplo, hay desde hace unos meses un centro artístico donde se imparten clases de pintura, hay salas de exhibición y cuenta con un restaurante gourmet –e incluso esconde un bar de vinos—. El sitio está salpicado por viejas máquinas que hoy son objetos de ornato que delatan la antigüedad del recinto.
Al recorrer San Miguel comprenderás fácilmente su pasado y el esplendor que hoy conserva: fue punto estratégico en la ruta minera del centro de México y, por lo tanto, florecieron en el siglo XVIII majestuosas construcciones coloniales que hoy forman parte de la personalidad del poblado. Además, es de los sitios que fueron testigos silenciosos y puntos neurálgicos de la Independencia.
Al perderte por las callejuelas empedradas que atraviesan la ciudad, te sumergirás en historias que se remontan a su fundación, en el siglo XVI, y al mismo tiempo, caerás en la tentación de entrar a alguna de sus galerías de arte contemporáneo o sus tienditas de cestería, plata o antigüedades.
Restaurantes, hoteles boutique y bares han hallado magnífico resguardo en casas de piedra con ventanas enmarcadas por cantera tallada y hierro forjado.
Todos esos rasgos hicieron que San Miguel de Allende fuera declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 2008, título que comparte con un sitio de peregrinaje ubicado a menos de 15 kilómetros: el Santuario de Atotonilco, fundado en 1740.
Los rincones de San Miguel, guardianes celosos de su pasado, esconden fascinantes misterios. Tus paseos por este Pueblo Mágico serán auténticos viajes en el tiempo, y admirarás por igual la Parroquia de San Miguel, de estilo neogótico, que las casonas virreinales de magníficos portones de madera, como la Casa de los Condes del Canal.
En el Centro Cultural “Ignacio Ramírez El Nigromante” atestiguarás con certeza alguna de las actividades culturales que ahí suceden: exposiciones, talleres, cursos de diversas disciplinas artísticas… El lugar es de visita obligada porque resguarda murales que David Alfaro Siqueiros pintó en los años 40, cuando el sitio era Escuela de Bellas Artes.
La élite cultural de la ciudad se reúne también en el Instituto Allende. Tomarte un café en su patio será casi obligado. Más allá de los centros culturales, las galerías venden desde antigüedades y arte moderno hasta artesanías típicas: bolsos bordados, tallas en madera, lámparas de latón…
Tu faceta de comprador especializado en grandes hallazgos durante tus viajes seguirá siendo estimulada en el Mercado de Artesanías o en sitios como la boutique Ave María, que vende diseño mexicano protagonizado por Frida Kahlo, El Santo, la Virgen de Guadalupe…
Tras caminar sin parar por calles y jardines del centro y del encantador barrio del Chorro, será buena idea que te dirijas a La Azotea, restaurante de un español que hace más de una década se enamoró de San Miguel de Allende. Hoy, el sitio es uno de los más concurridos por fuereños y locales, sobre todo al atardecer, para disfrutar de una margarita de menta y las vistas de la Parroquia de San Miguel, el Templo de las Monjas y el valle.
San Miguel de Allende está lejos de recibirte en enormes cadenas hoteleras. Aquí, el hospedaje cuenta siempre una historia y cada espacio tiene su propia personalidad. Casa Rosada y Casa de Sierra Nevada, por ejemplo, son hoteles de lujo con mucho estilo, ambos se encuentran en edificios antiguos y el servicio es atento y personalizado. Otros, como Posada Corazón y Casa Calderoni, gozan de un ambiente mucho más familiar, sin perder la comodidad y el buen gusto. Y Matilda, además de albergar un spa tentador en el que desearás consentirte, cuenta con estupendas piezas de arte contemporáneo que Harold Stream, el propietario del hotel, compró para distribuir en la casa.
Pronto sentirás el poderoso magnetismo de San Miguel de Allende, ese que ha hecho que los nacionales la conviertan en escape constante de fin de semana y que muchos extranjeros, cautivos de los hechizos de la región, hayan renunciado a su país de origen para cambiarlo por la vida tranquila entre construcciones virreinales y casonas con patios centrales.
[toggle Title=”CÓMO LLEGAR”]
Aeroméxico tiene vuelos diarios directos de la Ciudad de México a León, Guanajuato. Para llegar a San Miguel de Allende, se renta un auto en el aeropuerto. El viaje en automóvil desde la Ciudad de México es de tres horas.
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[toggle Title=”DÓNDE HOSPEDARSE”]
Matilda. Hotel de 31 habitaciones con sofisticada atmósfera, sesiones de spa personalizadas y la cocina del chef Jorge Boneta.
Aldama 53
Tel. (415) 152 1015
hotelmatilda.com
Rosewood. Cuenta con 67 habitaciones y un spa de ensueño, un anfiteatro al aire libre y dos opciones gastronómicas a contemplar: 1826 y Luna, un bar de tapas situado en la azotea.
Nemesio Diez 11
Tel. (415) 152 9700
rosewoodhotels.com
L’Ôtel. Hotel boutique en una casa con mucha personalidad y encantadores detalles. Se ofrecen grandes experiencias como la hora del té y desayunos gourmet.
Chiquitos 1A
Tel. (415) 154 9850
l-otelgroup.com
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[toggle Title=”DÓNDE COMER”]
Cumpanio. Si gustas de un brioche a o una chilindrina recién
hecha, este es el lugar. Los desayunos son excepcionales.
Correo 29
Tel. (415) 152 2327
cumpanio.com
Restaurante Matilda. Con un lúdico menú que reinventa los clásicos platillos mexicanos.
Aldama 53
Tel. (415) 152 1015
hotelmatilda.com
The Restaurant. Cocina casual que refleja la temporalidad de los ingredientes. Imperdible: la selección de quesos locales de “Luna de Queso” con trufa de miel, frutas y nueces.
Sollano 16
Tel. (415) 154 7862
therestaurantsanmiguel.com
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Más información: visitmexico.com