Mariana Villareal logra transmitir el amor que desde pequeña ha tenido por las piedras en cada una de sus innovadoras colecciones. En esta ocasión, Sangre de mi Sangre deja ver el proceso evolutivo por el que atraviesa constantemente en su nueva colección Mi vida. En ella, Mariana refleja un poco más sobre su vida personal, sin dejar de lado la atención al detalle, la originalidad y la individualización que han caracterizado sus piezas a través de los años.
Acabas de lanzar una nueva colección, cuéntanos un poco acerca de lo que encontraremos.
Se llama Mi vida y está inspirada en mi hijo Franco, que nació hace un año. Es una colección que expresa todo lo que siento, las formas en que he cambiado y percibido la vida. Franco tiene una misión en su vida y nosotros vamos a ayudarlo a cumplirla.
Es una colección bonita que habla también de la mujer. Siento que hay mucha energía negativa alrededor del hecho de tener un hijo, comentarios como: “Ah, no… Ya eres mamá”. Pues sí, de hecho soy mamá y hago miles de cosas más. Veo a Franco y digo, “Si hice un hijo, puedo hacer lo que yo quiera”.
Tener un hijo me empoderó en vez de afectarme como a la gente que dice que no le alcanza el tiempo. Tuve un hijo, abrí dos tiendas, me mudé de taller, he viajado, me fui a vivir a Los Ángeles dos meses ¿sabes? No creo en eso de “tuviste un hijo y ya le vas a bajar”. Al revés, tuve un hijo y le voy a subir; todo esto es por él y por toda la vida que quiero tener con él. Entonces de esto habla la colección, del empoderamiento y de poder hacer todo lo que te propongas.
Vámonos un poco más atrás. ¿Por qué te involucras inicialmente con la joyería?
Creo que el amor a la joyería lo traigo desde mi abuelo, que era amante del oro y de mandar a hacer piezas. Él me regaló mi primera pieza y la tuve puesta tanto tiempo que se le cayó la piedra y lo seguía usando porque a mí me parecía hermoso así, con el hueco. Lo usé tanto tiempo y como nunca me lo quité, no me lo pude sacar por tres años y me lo tuvieron que cortar.
¿Cuántos años tenías cuando te lo regaló?
Yo creo que lo tuve puesto de los 8 a los 11 años sin quitármelo, y después de eso mi papá tuvo que agarrar unas tijeras de las gigantes del jardín para cortarlo.
Siempre me ha encantado la parte creativa, poder representar algo. Estudié Filosofía y Letras y siempre he creído que a través de la joyería estoy expresando y comunicando. Qué mejor que poder crear cosas hermosas que la gente pueda usar y apreciar. Yo siempre he dicho que todas las joyas están buscando dueño. Tú ves una piedra, te enamoras y dices: “esta pieza es mía”. Todas nuestras piezas están buscando dueño y en el momento en que lo encuentran, pasan a ser “sangre de su sangre”, por eso el nombre.
En cuanto a tu conocimiento de las piedras ¿has tenido que ir investigando y aprendiendo?
La verdad es que gracias a Dios, encontré lo que quería hacer desde muy chavita; tengo 12 años haciendo joyería. Sangre de mi Sangre nació y yo todavía seguía estudiando la carrera. Mi papá, como buen padre, me dijo: “Mariana, primero tienes que ser licenciada y ya luego puedes irte a hacer joyería”. Entonces primero acabé mi carrera en Filosofía y Letras, aunque eso nunca lo haya tenido que ejercer. Después me fui a estudiar joyería a Nueva York. En un principio, estudié fundición de metales, de ahí he tomado muchos cursos, incluyendo gemología.
¿Cuál es el material o la piedra que mas disfrutas viendo puesta en alguna pieza?
Definitivamente los ópalos. Mi anillo de compromiso es un diamante, pero si me preguntas qué prefiero, sin pensarlo prefiero un ópalo. Obviamente considerando el tema de calidad, porque puedes tener un ópalo de diez pesos o de diez mil dólares. Creo que cuando ves las piezas de Sangre de mi Sangre, te hablan. Eso es lo más importante de Sangre, todas las piedras las he escogido yo personalmente, con mi ojo, como si fueran para mí.
¿Qué diferencia a Sangre de mi Sangre de cualquier otra joyería?
Definitivamente, las piedras. He viajado por todo el mundo: India, Tailandia, Japón, Bora Bora, Colombia, Estados Unidos, Alaska, San Luis Potosí, Magdalena, por ópalos, por piedras.
¿Cómo es el proceso? ¿Sabes que en un lugar hay ciertas piedras y entonces vas?
Exacto. La primera vez fui a una feria a Hong Kong, como mi papá tiene muchos negocios en Asia, le pregunté si me invitaba y me dijo que sí. Un chavo me dio una tarjeta de un lugar del que ya me habían platicado y me dijo que estaba en Bangkok, y fui.
Llegas a las minas, bajan las piedras y las están tallando, ahí en vivo, ves cómo están todos labrando las piedras. Esas piedras son talladas por los mineros, de ahí se van a compradores y de ahí se van a ferias en todo el mundo. A mí me gusta ir directo. Si voy a Colombia, voy con los mineros, no voy a una tienda a comprar.
¿Has encontrado acceso para eso en todos los lugares a donde viajas?
Sí, siempre. En ese momento que llegué ahí, yo estaba estudiando budismo y un curso de piedras en Tailandia. Fue hace mucho, creo que tenía 21 años. Cuando decidí ir, ya tenía contacto con un taxista que me podía llevar, porque en verdad era así, en las afueras no había nada. Llegué y todo el mundo se me quedaba viendo, no podían creer que había alguien ahí comprando que no era tailandés. Compré cosas que no he usado ni voy a usar, como un rubí sangre de pichón de 14 quilates. Ese es sangre de mi sangre.
Cuando estás creando una nueva colección ¿creas diseños y decides con qué piedras van a ir combinados, o el diseño va alrededor de la piedra?
Siempre ha sido alrededor de la piedra. Lo que más me gusta son las piedras.
Ya me contaste de la inspiración para esta colección específicamente, pero hablando en general para Sangre de mi Sangre ¿cuáles son tus inspiraciones?
Tengo tanto tiempo haciendo joyería, que ya no imagino mi vida haciendo otra cosa. Creo que ya me metí en este ojo en donde cualquier cosa que veo es parte de una colección o puede serlo. Veo una reja caminando en la calle y digo: “Si los hago en hilo de plata, luego los soldo así y puedo darles esa forma”. Ya se convirtió en parte de lo que veo.
De hecho, si me preguntas si la colección ya está acabada, te digo que no. Tengo que poner una meta de fecha de fotos y de opening, porque si no, sigo y sigo metiéndole. Siempre quiero más.
¿Sangre de mi Sangre siempre ha tenido el mismo perfil o ha habido una evolución en la marca?
Obviamente vamos evolucionando, subiendo la calidad y subiendo los materiales con más presupuesto. Para mí, Sangre de mi Sangre se trata de dejar un legado. En un principio, había competencia y cuando me copiaban era molesto; al grado que copiaron mi anillo de matrimonio, pero ahora lo tomo como un halago. Por lo mismo, quiero que todos los joyeros suban la calidad que necesita México para podernos posicionar en el extranjero. Yo he tomado cursos en todas partes del mundo, entonces vamos a abrir el primer taller de Sangre de mi Sangre, un Taller de las Piedras, que va a estar en General Prim, en un espacio increíble.
La gente tendrá que inscribirse y vendrán profesores de todas partes del mundo a dar cursos. El primero lo dará Nancy, que fue con quien tome más cursos y con la que más he aprendido, es una muy buena amiga y a eso se dedica. Como los cursos son chiquitos, vamos a tener dos al día. Además, vamos a dar un curso diferente al semestre. Vamos a ir cambiándolos y evolucionándolos, para que la gente pueda seguir tomando esos cursos sin tener que viajar.
Siento que la inspiración viene de crear y de compartir tu conocimiento, como hace el americano William Spratling, el joyero más importante de México. El gobierno de Estados Unidos mandó a veinte joyeros al taller de Spratling en Taxco, para que aprendieran durante un mes. Spratling tiene un estilo muy particular, él es quien le hacía a Frida Kahlo todo lo que ella usaba.
Cuéntame sobre el costume-made que haces ¿cómo funciona?
Lo interesante aquí es que la gente llega y dice que quiere algo, pero nosotros lo tenemos que aterrizar. Tenemos un cliente exotiquísimo al que le hemos hecho muchas cosas, pero ahorita tenemos un anillo de compromiso que estamos haciendo con una piedra de la Luna, y si te enseño la piedra vas a decir, “¿Neta?”. Al final es una piedra, pero viene de la Luna y para él y para ella es una piedra muy especial. Entonces, lo aterrizamos y va ser un anillo espectacular, con diamantes y otras piedras. Cuando lo veas vas a decir: “Esto es un sueño”, pero es importante aterrizar y escuchar.
Por último, cuéntame sobre tus planes a futuro.
Hacer el taller más grande para poder controlar mejor la producción, y siempre digo que no más tiendas y acabo abriendo más, así que quién sabe.
¿Dónde están las tiendas?
En San Miguel de Allende, Tulum, Monterrey y Ciudad de México, donde vamos a tener un showroom también. Podemos considerar la de General Prim como una 5a y Miami la 6ª. Ya tenemos el local, la plaza está en producción y tomará un par de meses. Mientras, idealmente, estaremos abriendo en Art Basel.