Estamos sufriendo una de las situaciones más graves de la historia. A nivel mundial, se han tomado medidas drásticas. Debemos mantenernos aislados como países, como comercios y como individuos para salir lo más pronto posible de esto. A su vez, es una pausa obligada que nos invita a reflexionar sobre la manera en la que estábamos haciendo las cosas, a reconsiderar nuestras prioridades y a analizar nuestro ritmo de vida.
Como sociedad, habíamos llegado a un punto en el que el consumismo cegaba nuestra mente, provocando que siempre quisiéramos más. Ya nos habíamos acostumbrado a que todas las industrias, como la tecnológica, la automotriz o la de la moda, innovaran constantemente en sus productos, los cuales resultaban extremadamente atractivos para la sociedad. Esto nos generaba un anhelo por aquello que no teníamos; un anhelo por lo nuevo y por un estilo de vida aspiracional; una vida que constantemente estaba en tendencia.
Vivimos al minuto, lo que provoca que estemos siempre un paso adelante, preocupados por el futuro y los planes a seguir. Ahora, la pandemia nos ha dado una lección y, a la vez, una oportunidad para pausar nuestro ritmo de vida, la rutina diaria, los múltiples eventos, los viajes planeados, nuestras ambiciones, las compras compulsivas e, incluso, el deterioro ambiental.
Estos tiempos nos han abierto los ojos; nos han enseñado qué es lo que de verdad nos llena y lo que de verdad anhelamos: un abrazo, una caricia, una charla cara a cara con nuestros seres queridos, con nuestros amigos, nuestra pareja. Anhelamos la convivencia y no un auto nuevo. Es verdad que esta pandemia no ha sido fácil para nadie, pero es importante tomarla como un momento de reflexión en el que volteemos hacia atrás y nos demos cuenta de cómo hasta las prioridades que teníamos ya no son las mismas.
Si nos ponemos a pensar, por más que la forma no haya sido la más llamativa, de no ser por el COVID-19 jamás hubiéramos tenido la iniciativa de reflexionar y pensar en lo que realmente importa.
A continuación, te compartimos un fantástico video elaborado por Teresa Palbero. Después de verlo, te llevarás una gran reflexión a casa.
Escrito por Almudena Compeán