El Museo Thyssen-Bornemisza acoge la primera exposición dedicada exclusivamente a la influencia y presencia de la moda en las obras del pintor valenciano realizadas durante los años 1890 y 1920. La fascinante y exquisita exposición aborda esta relación desde cinco temáticas diferentes: Intimidad, Verano elegante, Vida moderna en París y Retratos de la alta sociedad.
Intimidad
Antes de convertirse en uno de los pintores de retratos más reconocidos de su tiempo, Joaquín Sorolla expuso su vida íntima en los primeros cuadros que realizó, al retratar a su esposa Cotilde, quien fue su principal musa, y a sus hijas María y Elena.
Verano Elegante
Esta temática nació después de que en la medicina se reconocieran los efectos positivos de bañarse en el mar, pues algunos doctores comenzaron a recetar a sus pacientes el ir a la costa a pasar los veranos para gozar de buena salud. Las escenas de playa pintadas al aire libre son un testimonio de los veranos que pasó con su familia en las playas de San Sebastián, Santander y Levante. Destinos que pronto comenzaron a popularizarse entre la clase alta.
Esta faceta en particular puede considerarse la más romántica y elegante del artista valenciano, debido a la paleta de colores que utiliza en sus lienzos la mayoría en tonalidades pastel, pero también, por la selección de prendas que vestían sus modelos. Vestidos y accesorios sofisticados como sombreros y paraguas son motivos recurrentes en estos retratos realizados en la orilla del mar.
Vida moderna en París
Con la mayor elegancia y precisión, Sorolla captura la vida moderna parisina en los numerosos viajes que emprende a la ciudad de las luces. En estas obras de arte, el pintor consigue reflejar las innovadoras tendencias de la alta costura femenina y las nuevas costumbres sociales y formas de entretenimiento que surgieron a fines del siglo XIX. Las reuniones en los cafés, paseos por el parque y la asistencia a espectáculos y lugares de esparcimiento; como el teatro, la ópera o el cabaret pronto se convertirían en las actividades favoritas de la burguesía.
Retratos de la alta sociedad.
En el transcurso de su extensa trayectoria artística, el prolífico pintor valenciano, también recibió numerosas comisiones de la aristocracia estadounidense y europea incluida la monarquía española. En cada uno de estos retratos, Sorolla consigue revelar la verdadera personalidad detrás de cada uno de los personajes que retrata como si fueran espejos. No obstante, el énfasis que hace en la apariencia de estos personajes, no es en ningún momento una cuestión de frivolidad por su parte, sino más bien, un intento de capturar la esencia de sus personalidades, y lo más importante, las aspiraciones personales y sociales de la alta sociedad.
En ese sentido, podría decirse que Sorolla fue testigo de su tiempo, no solo porque supo retratar la esencia de la sociedad moderna y reflejar los hábitos e intereses de la clase alta, a la vez que fue uno de los primeros en plasmar el comienzo de la emancipación de las mujeres en la moda, justo cuando la silueta femenina comenzó a relajarse y los vestidos flappy se convirtieron en la mayor tendencia de La Belle Époque.
Al final del día, la ropa que usamos es un reflejo de nuestras costumbres y tradiciones culturales. Por esta razón, la moda es como cualquier obra de arte una expresión de su tiempo; una máquina del tiempo que nos transporta a la era a la que perteneció.
Texto por Sheilla Cohen.
Amante del arte, escritora y periodista freelance en búsqueda constante de inspiración. Ha colaborado en medios impresos y plataformas digitales como Fahrenheitº, Rolling Stones, HOTBOOK, entre otras. Promueve la escritura creativa en su blog personal en el que escribe sobre temas relacionados con la sociedad y la cultura contemporánea, así como reseñas de exposiciones de arte, poemas, ensayos y entrevistas.