El legado de una artesanía se concreta en la apreciación y el respeto por la misma. En México, somos reconocidos mundialmente por la cultura que nos antecede y, a través de ella, los diferentes artesanos mantienen viva la historia. Hoy, el Taller Jacobo & María Ángeles nos habla sobre su trayectoria y la creación mística de diferentes figuras perfectamente talladas a mano en madera de copal. ¡Conoce más de su trabajo, que formó parte de la primera edición de la Feria Xcaret de Arte Popular Mexicano, en la siguiente entrevista!
¿Cómo fue que comenzaron con este proyecto?
Nosotros comenzamos en el año de 1994, pero realmente tanto Jacobo, como yo, María, somos hijos de padres artesanos del pueblo de San Martín Tilcajete. Ambos aprendimos de nuestros papás, pues primero desde casa tus papás te invitan a participar en este oficio y en el campo. Nosotros empezamos de niños aprendiendo a lijar y a poner la primera capa de pintura; y más adelante, ya que nos volvimos pareja, comenzamos con Taller Jacobo & María Ángeles.
¿Por qué utilizan el copal como materia prima?
Esta madera de copal la utilizamos porque se considera sagrada para los zapotecos, entonces básicamente todo tiene un porqué.
¿Cómo es el proceso de creación de cada una de las piezas?
En sus inicios, era más por ocurrencia. Tomabas el pedazo de madera y era todo más libre. Antes hacíamos mucho una figura llamada armadillo pasajero (porque encima llevaba otra pieza pequeña). Pero, en estos últimos años, ya tenemos colecciones o figuras mucho más conceptuales y otras enfocadas en algún mensaje específico al público. Lo que hacemos es crear piezas con un tema en específico, por ejemplo, hicimos “Plaga” y de ahí nos cuestionamos de dónde viene, qué significa para nosotros y, más adelante, ya bajamos la silueta en papel, la paleta de colores, etcétera.
¿Hay algo específico de tu trabajo que te gustaría transmitir al resto del mundo?
Mi pueblo es de origen zapoteco. Nosotros crecemos con las piezas y nuestras costumbres. Una palabra que me gustaría compartir con todos es el uso del término “Guelaguetza”, que en zapoteco quiere decir “compartir lo que tienes y lo que sabes”; y dentro de esta misma palabra existen varios pilares. El primero es cuando de padres a hijos se comparte todo el saber; y el segundo es cuando compartes con los demás tu sabiduría; y el tercer pilar es la contribución con el pueblo. Por ello, esto que está sucediendo en la Feria Xcaret de Arte Popular Mexicano es una guelaguetza en su totalidad: un apoyo y una ayuda mutua. El espacio y los medios difunden, mientras que nosotros los artesanos preservamos para que esto no muera.
¿Se acuerdan de alguna pieza o algún momento que los haya marcado?
Recuerdo que cuando nos casamos no sabíamos si estábamos haciendo lo correcto al dedicarnos a esto. Pero conforme ha pasado el tiempo, nos hemos dado cuenta de que sí. Han salido más de 300 talleres del nuestro en 19 pueblos, y esto no nos hace ser más competitivos, más bien nos ayuda a innovar. Nuestro camino ha sido muy amigable, pues hemos coincidido con personas como el Arquitecto Miguel Quintana, que desde hace años comenzó a coleccionar nuestras piezas y que hasta hace poco nos mandó a traer para hacer una colección llamada “Detrás de las Máscaras” en el museo San Pablo; y él precisamente compró varias piezas. Después, con el paso del tiempo, nos hizo intervenir un coche suyo. Y el último proyecto que hicimos con él fue “El Guardián”, que es una réplica del que está en el Rockefeller.
¿Qué les ha impactado más en toda su trayectoria?
Creo que lo que más nos ha impactado es cuando la gente comienza a adorar o venerar tu arte. Hemos tenido varias ocasiones donde esto pasa. Por ejemplo, en el 2006, hicimos un árbol de la vida para la iglesia de Matatlán y, al intentar darle mantenimiento, la gente no nos lo permitía porque era un objeto de adoración.
P. xcaret.com
¡Hola, Apapaxoa Festival GastroCultural Xcaret 2024! El festival llegó a la Riviera Maya
Artesanía y legado en la Feria Xcaret de Arte Popular Mexicano