SINTIENDO EL ALIENTO DE LOS ANIMALES SALVAJ
Recuerdo las aventuras, los encuentros cercanos con los elefantes y la mirada de ese inmenso animal, y su forma de comunicarme un sentimiento de comunidad. Tanzania es eso, una estrecha relación que se establece entre la naturaleza, el reino animal y los hombres.La aventura empezó con la llegada al aeropuerto de Kilimanjaro, ubicado a mitad de la nada, únicamente al pie del enorme monte Kilimanjaro como referencia. Nos dirigimos a Arusha, una ciudad aturdida por el tráfico, al pie del monte Meru, donde nos quedamos a dormir en el African Tulip que respira el aire de antaño, de una colonia germano-británica que se ha ido esfumado en recuerdos. Un whisky al borde de la piscina y la aventura comienza al día siguiente.SERENGUETI
La carretera asfaltada nos lleva hacia el Wild Frontier, el oeste de los animales salvajes. Subimos un acantilado, y entramos entonces a la Zona de Conservación de Ngorongoro, dónde se encuentra el Cráter, el cual observamos desde lo alto de su borde, a casi 2,000 metros. Este alberga un lago y una inmensa planicie donde los elefantes, cebras y rinocerontes comparten en armonía con las gacelas, hienas y chacales. Bordeamos el cráter antes de bajar a la llanura del Serengueti y nos detuvimos para descubrir una aldea masai. Altos y filiformes, se vis- ten con cobijas rojas o azules, y se adornan con elaborados pendientes en las orejas que llegan a deformar sus lóbulos agujereados. Las mujeres cantaron, los hombres bailaron, y finalizaron este encuentro enriquecedor con una serie de saltos verticales, dando intrigantes dimensiones al baile.
Seguimos la ruta en la llanura donde nos encontramos con jirafas, cebras, gacelas, ñus, ele- fantes, hipopótamos a orillas del río, justo antes de llegar a disfrutar del atardecer en el elegante y sofisticado Four Seasons con una vista impresionante. Un oasis que llamé hogar en medio de esas llanuras de África, llenas de misterios, donde los leones cazan gacelas, los hipopótamos duermen junto a los cocodrilos y los leones rugen al amanecer.La noche estaba fresca al levantarnos a las cuatro de la madrugada. Los faros del coche perforaban la oscuridad, y en el lejano panorama, la claridad comenzaba a aparecer, al igual que los globos que ya esperaban nuestra llegada. Subimos en ellos mientras el sol lamía el horizonte, una aventura suntuosa, donde las jirafas se asustaban al vernos pasar, las gacelas huían y los búfalos dejaban sus huellas acostando el pasto. Observar el Serengueti desde un globo es una experiencia única, un sueño que brota de un cuento. Flotar en el aire, acompañado del silencio del viento, observando la fauna asustada por la sombra de los globos, es un momento privilegiado que se imprime en la memoria de este viaje. Al aterrizar, nos esperaban una copa de champaña, un diploma de buen navegador,y un excepcional desayuno en medio de la Sabana, con elefantes de fondo paseando a lo lejos.El resto del día contemplamos leones y leopardos descansan- do en árboles, mientras que otros cortejaban a sus hembras. Comimos en un lujoso campamento de Wild Frontier instalado en el corazón de la sabana, observando las aves, gacelas, facóqueros y avestruces que nos rodeaban y complementaban armoniosamente el escenario. Nos despedimos así del Serengueti, donde cada día fue tan emocionante como el anterior, y cada minuto un regalo.
NGORONGORO
Subimos por las faldas del volcán y nos adentramos por un camino de tierra muy inclinado dentro del cráter del Ngorongoro, un cráter perfecto con empinadas laderas y un fondo plano con una superficie de 8,300 kilómetros cuadrados. Ahí pastoreaban los animales acompañados por un lago lleno de flamencos rosados, que hacían espacio a un enorme elefante con inmensos col- millos a pocos metros, mientras las hienas venían a tomar agua. Más tarde observamos un impresionante rinoceronte pasar, al mismo tiempo que en el pícnic nos atacaban pájaros y halcones para comer
de nuestro pan. Ngorongoro es un lugar excepcional donde los animales están encerrados en un paraíso natural un Arca de Noé preservada en el tiempo creado por las laderas del cráter. Las vistas son fabulosas, el ambiente es místico y los en- cuentros con animales dan pie a emociones que erizan la piel.
DAR ES SALAAM
Después de una noche seca de aventura bajo el cielo lleno de estrellas, volamos a Dar Es Salaam. Aplastada por el calor y un sol fulminante, la capital se refugia en medio del caos a la sombra de sus iglesias y mezquitas, de sus torres de vidrio y de unos edificios que recuerdan la época de la colonia. La capital intriga y a su vez desespera, sin embargo, encuentra la manera de seducir por su lado obsoleto. Las mezquitas se llenan de gente a la hora del rezo, y el muecín canta en alto “Allah Akbar”, compitiendo al unísono con las campanas de las iglesias.
ZANZÍBAR
Al día siguiente, continuamos tranquilamente nuestra travesía a bordo de un lujoso ferry, que pasó por el río y el manglar antes de salir a la bahía, para finalmente navegar en alta mar. Dos horas después, llegamos a Zanzíbar, la mítica isla, antiguamente codiciada por navegantes y comerciantes persas, árabes, portugueses e indios. En su momento, uno de los puertos más importantes en el comercio por sus especias, mercado de esclavos y donde los comerciantes alzaban sus imponentes palacetes. Seguimos bordeando la costa hasta llegar a Stone Town que luce sus antiguas casas, acompañadas de playas de arena blanca y mar turquesa que son un refugio donde verdadera- mente relajarse.
La ciudad es un laberinto de callejones con hermosas casas, unas puertas de madera labrada impresionantes por su belleza, sus palacetes con patios, algunos transformados en hoteles de encanto, como el hotel Langi Langi donde nos alojamos. Stone Town es un verdadero poema que vaga al ritmo de los hermosos balcones, su icónico fuerte y malecón azotado por la brisa del mar. Es un lugar de gran encanto, aturdido por el calor y el tumulto de su mercado, con tiendas de ropa de algodón o lino, e inconfundible olor a especias. Zanzíbar es una isla llena de historia y con playas hermosas, lugares idílicos para bucear y perfecto para terminar un viaje de safari en África.
Tanzania es un libro que nos cuenta la vida salvaje y nos infiltra en la historia de esa costa africana que palpita al son del comercio. Tesoro de todos los tiempos, Zanzíbar invita a conocer la historia mientras las llanuras de Tanzania nos estremecen, regalando así encuentros excepcionales y memorias únicas.CÓMO IR
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* Para viajar con aventura y lujo. Es un viaje que se hace todo el año, con lluvias en marzo, abril y mayo.