Muchos nos esforzamos por llevar una alimentación adecuada. Cada cuerpo es un universo distinto y debemos aprender a conocerlo para poder determinar qué es lo adecuado para cada quien y alcanzar las metas deseadas. Desafortunadamente, muchas veces no es suficiente. Es importante detectar nuestros antojos, malestares y fatigas para poder determinar qué es lo que debemos de comer y qué no. Aquí van diez puntos sobre lo que podríamos estar haciendo mal y que obstaculizan alcanzar esas metas.
- Comer siempre lo mismo. Tu cuerpo se adapta a lo que tú le das y debemos de rotar los alimentos que comemos diariamente para que haya una mejor absorción de nutrientes. Atrévete a cambiar esa rutina de claras de huevo, papaya, pepino y pollo a la plancha.
- No hacer pesas. Las pesas son el ejercicio anaeróbico que tu cuerpo necesita para forjar la musculatura. Al aumentar el músculo aumentas la cantidad de calorías que vas a quemar durante un día, ya que este lo hace en reposo. Procura cambiar rutinas y hacer diferentes tipos de ejercicio para que el cuerpo no se acostumbre y quemes más calorías.
- Sobrepasarte el fin de semana. La moderación es el punto clave del éxito: date tus gustos el fin de semana en una comida, pero no en todas las de esos dos días.
- Consumir alimentos light. La mayoría de estos productos bajan la cantidad de grasa, pero aumentan la de azúcar para poder compensar el sabor. Muchas veces son más altos en calorías y menos saludables que los productos originales.
- Consumir mucha grasa. La grasa saludable es una fuente vital para nuestro organismo, pero debemos cuidar la cantidad, ya que si es alta, se obtienen más calorías.
- Consumir menos kilocalorías de las que necesitas. Muchas veces nos esforzamos demás y no nos damos cuenta de que consumimos muy pocas calorías al día. Esto puede provocar que tu metabolismo se vuelva más lento por lo que quemas menos calorías diarias.
- Bajo consumo en fibra. El bajo consumo en fibra ocasiona más hambre durante el día, por lo que te puede provocar consumir calorías innecesarias; en cambio, los alimentos integrales producen saciedad por mayor tiempo y un bajo impacto en la respuesta de insulina.
- Alto consumo de alimentos industrializados. Muchas veces los productos industrializados contienen químicos, conservantes, colorantes u otras substancias que pueden confundir al organismo a la hora de digerir. Procura que tu dieta sea un 90% natural, libre de químicos nocivos.
- Pesarte todos los días. Obsesionarse no es la mejor manera de obtener resultados. Si un día subiste de peso, no quiere decir que debas restringirte más o hacer cambios radicales. Tu peso puede variar hasta 3 kg dependiendo de la hora del día, de lo que comiste antes, de la menstruación, la época del año, el clima, etc. Procura pesarte cada quince días y verificar medidas de punto de interés para poder realmente evaluar si ha habido cambios.
- Comer en exceso alimentos saludables. No porque un platillo sea saludable quiere decir que no sea alto en calorías, por lo que debemos atender la calidad tanto como la cantidad. Muchas veces nos dejamos llevar por alimentos de moda o simplemente pensamos que por saludables son bajos en calorías, azúcar o grasas.