Construir el hotel más elegante del mundo y crear un ambiente de club privado fue el sueño hecho realidad del francés Charles Pierre Casalasco. Desde que abrió sus puertas en 1930, se convirtió en un monumento icónico en el Upper East Side de Nueva York. Ha sido un arquetipo excepcional por su fama, lujosos eventos y hospitalidad a lo largo de 90 años.
Desde sus inicios, este palacio ha recibido personalidades como Coco Chanel, Elizabeth Taylor, Audrey Hepburn, Yves Saint Laurent, Barbra Streisand y Joan Collins. Y sus opulentos salones elegidos como sede de celebraciones ultra chic, incluidos estrenos de Broadway, desfiles de moda, galas y bodas de alto perfil. En 2019, antes de que el mundo enfrentara la gran crisis ocasionada por covid-19, 500 eventos se llevaron acabo en este recinto y para 2022 hay una agenda de 30 bodas por celebrar.
Este año, The Pierre recibió The Forbes Travel Guide Five Star Award por octavo año consecutivo. El servicio sin duda excede los estándares de un hotel cinco estrellas: su equipo de más de 400 empleados, con servicio de traducción en 49 lenguas distintas, es distin- guido y altamente capacitado.
ALGO DE HISTORIA
Menos famoso que sus vecinos, el Plaza y el Carlyle, The Pierre destaca por su inigualable historia en alucinantes eventos neoyorquinos y por una conexión única y profunda con la ciudad que lo alberga.
La Gran Depresión, la prohibición y los bares clandestinos marcaron el final de la Época de Oro en los años treinta. The Pierre se convirtió en el ícono de la nueva cultura Café Society visitado por los artistas del momento. John Paul Getty compró el hotel. Se abrieron dos restaurantes: Café Pierre, un lugar informal y que se convertiría en hotspot social, y el Cotillion Room que sería por décadas uno de los clubes más famosos de Nueva York.
The Pierre era el centro de Hollywood en Nueva York para los años cincuenta. Audrey Hepburn vivió en el hotel y celebró ahí mismo su Oscar. Elizabeth Taylor realizó una de sus bodas y fue de las primeras residentes del hotel, en 1959.
En los setenta, las estrellas de la moda se apoderaron del hotel. Valentino lo convirtió en el centro del mundo de la moda. El Pierre pasó a ser propiedad de Trusthouse Forte (el mayor operador hotelero de la época) hasta que, en 1980, Isidor Sharp, fundador de Four Seasons Hotels, encontró allí el mejor lugar para el lanzamiento de su nueva marca a nivel internacional.
Finalmente, en 2005, The Pierre se unió a la prestigiosa colección de Taj Hotels. En 2009, pasó por su mayor renovación desde los tiempos de Getty: The Rotonda fue restaurado y el Perrine es el último restaurante en abrir.
ARQUITECTURA
A pesar de importantes renovaciones a lo largo del tiempo, The Pierre, considerado como un monumento a la belleza, ha conservado el encanto característico de una arquitectura europea clásica y refinada. Su imponente estructura de granito y ladrillo color crema, coronada con una alta cúpula de cobre, revelan la inspiración original en un majestuoso castillo francés.
La estructura de 41 pisos cuenta con acentos neogeorgianos, pisos de mármol, un salón de baile con grandes escaleras y murales pintados por el artista estadounidense Edward Melcarth. Es reconocido como uno de los espacios de reunión más espectaculares y opulentos de Nueva York.
HABITACIONES
De diseño elegante, techos altos, baños de mármol turco y exquisitamente amueblados, los cuartos (algunos con vista al Central Park) ofrecen una escapada sublime del rush y el ruido característico de la Gran Manzana. Son 189 habitaciones (incluidas 49 suites), además de las 80 residencias (co-op apart- ments), ocupadas por personalidades como Michael Eisner, expresi- dente y CEO de la compañía Walt Disney, o Howard Lutnick, presidente y CEO de la firma de servicios financieros Cantor Fitzgerald, quien, en 2017, compró el penthouse por 44 millones de dólares.
La Suite Presidencial cuesta hasta treinta mil dólares la noche y tiene seis dormitorios, siete baños y dos salas de estar, un gran candelabro, chimenea y tina de baño.
Todas las amenidades son de lujo y ofrecen servicios esenciales a disposición de los huéspedes, como: mayordomo, servicio de niñera o para mascotas, además de una boutique de joyas, valet parking, Jaguar House Car y cenas gourmet en la habitación. Es recomendable verificar sobre estos servicios durante la reservación, ya que varios de ellos se mantienen restringidos por protocolos debidos a la pandemia.
GASTRONOMÍA
Rinde homenaje a su legado de cocina francoamericana y a la culinaria aromática de la India en tres espacios distintos.
The Rotunda es el lugar para ban- quetes de mayor reputación y su ambiente es perfecto para cenas privadas y eventos especiales; una maravilla para cenar en Manhattan. Su fresco de cielo azul en el techo y escalinatas al fondo sitúan la decoración en una Francia neoyorquina con toques versallescos. Highlights para la cena son: el welsh rarebit (la especialidad de la casa), coctel de camarones y la deliciosa sopa de cebolla. El pastel de doble chocolate y los macarons serán el cierre perfecto.
Perrine, un farm-to-table bistró, bajo la dirección del chef ejecutivo Ashfer Biju, ofrece menús de la estación con los mejores ingredientes locales y regionales. En Two E Bar & Lounge encuentras snacks ligeros y cocteles artesanales. Y no puede faltar el famoso Afternoon Tea que ofrece delicados sorbos y bocadillos dignos de paladares exigentes.
Por el momento, las cenas indoors son permitidas al presentar tu certificado de vacunación e identificación. En caso de no contar con ello, puedes disfrutar del Rose Terrace y sus jardines.
Texto por: Marisol González Ficachi
Fotos: Cortesía del hotel