Todos nos ponemos metas y propósitos de Año Nuevo que queremos cumplir a partir del primero de enero; sin embargo, muchas veces los posponemos porque somos muy poco cumplidos o realmente exigentes y no nos satisfacen los resultados. Como ya se acercan esas fechas en las que dejamos atrás lo malo y comenzamos desde cero, te compartimos nuestros tips para que logres hacer cambios verdaderos, sin trucos ni dietas mágicas; solamente efectivos pasos que, poco a poco, harán que tengas un estilo de vida más saludable.
1. Tómalo con calma
Debido a los excesos de las fiestas decembrinas y del fin de año, muchos quieren obtener resultados inmediatos, por lo que comienzan con dietas demasiado estrictas y ejercicio intenso, lo cual no es nada recomendable. Si te exiges demasiado, te cansarás rápido; es decir, no existen las dietas milagrosas y, si vas al gimnasio tres o cuatro horas en un día, seguramente al día siguiente no regresarás. Tómalo con calma y ve realizando poco a poco cambios en tu alimentación; haz ejercicio de forma moderada y sé paciente, irás viendo los resultados y te motivarás.
2. Toma más agua
No agregues calorías a tus bebidas. Siempre hemos sabido que una de las mejores cosas que podemos hacer por nuestro cuerpo para tener una vida saludable es tomar suficiente agua. Estar deshidratado puede causar que comas de más, ya que la mente confunde la sed con el hambre y, por lo tanto, comemos cuando realmente lo que nos falta es agua. Es recomendable tomar un vaso de agua en ayunas, pues ayuda a activar y a limpiar los órganos. También se sugiere tomar un vaso de agua antes de cada comida con el fin de no consumir alimentos en exceso y mejorar la digestión. Un vaso de agua antes de cada baño reduce la presión sanguínea y uno antes de dormir ayuda al funcionamiento del cuerpo mientras descansas. Para darle sabor sin culpas, puedes agregar pepino, chía, menta o limón en rodajas.
3. Limpia tu despensa
Si no quieres caer en la tentación, deshazte de todo lo que no necesitas consumir: caramelos, papas, refrescos. A veces, sentimos la ansiedad de comer algo dulce, pero si no tienes nada con lo que puedas pecar, seguramente no lo harás. Siempre trata de tener al alcance opciones saludables para esos antojos; el chocolate con alto contenido de cacao es bastante recomendado.
4. Planea tus comidas
Cuando llega la hora de comer, hay ocasiones en las que ya tenemos demasiada hambre y no nos da tiempo de planear un menú saludable, lo cual provoca que se nos antoje todo e ingiramos lo primero que veamos. Para evitar tomar malas decisiones, trata de planear tus comidas; es decir, adelántate a ese momento en el que ya te estás muriendo de hambre y piensa con anticipación qué alimentos consumirás, de modo que preparares cosas que te convengan. Entre comidas, será importante hacer colaciones; pepinos, apio, nueces y almendras son una excelente opción.
5. Muévete más
El ejercicio es clave para tener una vida saludable. A veces nos es complicado ir al gym o dedicarle un tiempo específico al ejercicio, pero no te preocupes, tienes todo el día para moverte. Cuando tengas oportunidad, camina unos minutos; elige las escaleras en lugar del elevador; trata de no estar sentado todo el día y, en el primer momento en el que tengas tiempo, sal a correr o elige tu actividad favorita para estar más activo. Hoy en día, existen infinidad de opciones y clases que se adaptan a tus horarios y, sobre todo, a tus gustos.
6. Dormir es prioridad
Puedes hacer todo lo anterior bien, pero si no descansas, de nada servirá; dormir es indispensable para tener una vida saludable. Cuando el cuerpo no descansa lo suficiente, somos más propensos a comer en exceso y acumular grasa; no dormir, además, puede afectar el buen funcionamiento del organismo. Trata de descansar por lo menos siete horas diarias, ya que, con el sueño profundo, los tejidos y las células de nuestro cuerpo se regeneran.
7. Controla el estrés
El estrés es la enfermedad del siglo XXI y está atacando a gran parte de la población; será difícil que veas cambios en tu vida si no logras controlarlo. Existen diversas maneras de hacerlo y una de las más efectivas son las respiraciones; si le dedicas cinco minutos del día a tu respiración, notarás cambios. La técnica del doctor Andrew Weil funciona muy bien; se conoce como 4-7-8 y consiste en inhalar por la nariz durante cuatro segundos, sostener el aire siete segundos y exhalar durante ocho segundos. Es una solución sencilla para controlar el estrés.
8. Nunca salgas sin desayunar
Muchas veces hemos escuchado a los expertos decir que es malo no desayunar, lo cual es verdad, ya que, cuando no lo haces, tu cuerpo deja de hacer sus funciones cotidianas como debería. Después del sueño profundo, es recomendable que nuestro cuerpo se llene de energía y vitaminas; además, es la hora en la que puedes comer carbohidratos y azúcares complejos sin ninguna culpa, ya que estos servirán como combustible, brindándote energía y vitalidad.
9. Dedícate tiempo
Sin importar lo ocupado que estés, debes hacer un espacio para ti y tus necesidades. Tómate un tiempo para hacer ejercicio, para caminar, para respirar y para comer bien. Cuando estamos con prisas, solemos olvidarnos de lo que nuestro cuerpo necesita, así que una buena recomendación es tomarte un descanso durante el día para hacer las cosas que te benefician.
10. No seas tan exigente
Es bueno tener un régimen saludable, pero no te exijas de más. A veces es necesario darte un respiro, permitirte fallar y saber que está bien; al día siguiente lo vuelves a intentar. Si somos muy exigentes, podemos caer en el error de enfocarnos en lo malo y no ver los resultados que estamos obteniendo. Relájate un poco y ten en cuenta que fallar es parte de seguir avanzando; no arruines lo que llevas recorrido por una equivocación.
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