Encontrar una oferta de trabajo acorde al perfil profesional que buscas y tener las habilidades y los conocimientos necesarios para obtener el puesto es solo el primer paso, ya que durante la entrevista únicamente tendrás siete segundos para crear una primera impresión y necesitarás más que un buen currículum para destacar sobre los demás candidatos.
¿Cómo generar una buena impresión?
1. Demuestra interés.
Prepárate antes de la entrevista; investiga todo lo que puedas acerca de la empresa, del sector al que pertenece, de su estilo, sus principios y sus valores. Hacer preguntas el día de la entrevista para conocer más acerca de ellos y resolver tus dudas sobre la vacante que quieres cubrir les mostrará que estás interesado.
2. Vístete para el puesto que quieres, no para el que tienes.
Es una regla entre los consultores de imagen: no solo hay que ser, sino también parecer. Tu vestimenta debe ir de acuerdo con el estilo de la empresa y con el cargo para el que te postulas. Por ejemplo, si es una empresa tradicional, lo mejor será una vestimenta formal; al contrario, si es una empresa creativa, vanguardista o muy moderna, podrás experimentar un poco más. Los colores ideales siempre serán azul marino o gris, pues comunican profesionalismo y capacidad.
3. La puntualidad es clave.
Una persona que organiza bien sus tiempos va a ser percibida como responsable, eficiente y comprometida; tres cualidades que, sin duda, sumarán puntos a tu imagen. Ser puntual significa estar en la oficina a la hora que te citaron; por lo tanto, trata de llegar con anticipación para evitar imprevistos.
4. El saludo es la primera impresión.
Cuando llegues, es importante saludar a la persona que está en la recepción. Si te dice su nombre, repítelo en voz alta al momento de saludarla para que lo recuerdes; si no te lo dice, de manera amable pregúntale cómo se llama, te aseguro que sentirá empatía contigo. Al entrar con la persona que te va a entrevistar, sonríe y establece contacto visual. Recuerda llamarle por su nombre también.
5. Crea un ambiente de confianza.
Al entrar a la oficina, sé observador. Encuentra intereses en común con tu entrevistador y rompe el hielo platicando acerca de eso o haz alguna observación positiva sobre sus instalaciones, su ubicación o cualquier otra cosa que te haya llamado la atención. El punto es no mostrarte tímido o asustado.
6. Cuida tu lenguaje corporal.
Adopta una postura erguida, relaja los hombros y recarga las manos en un lugar en el que sean visibles para el reclutador, pues esto le generará confianza. Evita movimientos nerviosos con manos y pies o jugar con tu pelo, plumas u otros accesorios.
7. Utiliza un tono y un ritmo de voz adecuados.
Muchas veces, cuando estamos nerviosos, hablamos muy rápido o en voz muy baja. Lo ideal es modular tu voz a un ritmo y a un tono en los que mantendrías una conversación normal con cualquier persona. Evita las muletillas (mmm, este, o sea) y utiliza un volumen que le permita a la otra persona escucharte con claridad. Si tus nervios están llegando al límite y te cuesta trabajo hablar, pide un vaso de agua y respira profundo; ese tiempo te permitirá relajarte.
8. Sé sincero.
A veces, en las entrevistas, te preguntan cosas difíciles o fuera de lo común. Si no sabes la respuesta, díselo con tranquilidad y demuestra que aprenderás acerca de ello. Platica desde tu experiencia, desde lo que has vivido o lo que has aprendido; de esa manera generarás una mayor confianza.
9. Cierre poderoso.
Agradece al entrevistador la oportunidad y el tiempo que te ha brindado. Llámalo por su nombre, siéntete cómodo haciéndole saber tu interés en el puesto y pregunta cuándo puedes ponerte en contacto para dar seguimiento a tu aplicación a la vacante. Al despedirte, hazlo de pie, estableciendo contacto visual y sonriendo.
Texto por Paola Matiano