Una de las cosas más complicadas de viajar sin acompañante es atreverse a hacerlo. Una vez que se supera este temor, todo cambia radicalmente y se descubre otro tipo de experiencia. Explorar en solitario significa ser más observador, atento y consciente de loque nos rodea, en todo momento.
Al final del día, no viajamos solos, viajamos con nosotros mismos.
1. Sal a correr o a caminar en la mañana.
Es una gran manera de conocer los alrededores y tener el lugar para ti, sobre todo cuando los demás siguen dormidos.
2. Habla con un extraño, de preferencia local.
Si el idioma o las señas lo permiten, un local siempre te va a enseñar algo que en ningún tour contratado aprenderás.
3. Empieza el día sin saber cómo lo vas a terminar.
Estar abierto a que pase cualquier cosa tiende a que sucedan las mejores historias.
4. Come con los locales.
Nada será más auténtico que los platillos de los que habitan el lugar. Muchas veces será mejor, más barato y así se evitan los tourist traps.
5. Haz amigos.
Normalmente habrá más personas viajando solas y visitando los mismos lugares que tú. Es muy probable que tengan muchas cosas en común.
6. Ten mínimo una noche sin reservación.
De preferencia casi al final, para que, basándote en lo que ya hayas conocido, escojas la zona que más te haya gustado.
7. No tengas planes tan definidos.
Muchas veces nos quedamos con ganas de seguir conociendo un destino y la agenda ya dice que nos movamos al siguiente.
8. Escribe en un diario antes de dormir.
En un día de viaje intenso absorbemos una cantidad inmensa de información nueva, así que apuntarla -y hasta grabarla en video o audio- es una gran manera de tener fresco todo lo que suceda, para así poder recordarlo y revivirlo después.
9. Sal a conocer sin mapa.
Sigue lo que llame tu atención y traza tu propia ruta, pero siempre apréndete la dirección de donde duermes antes de salir.
10. Desconéctate lo más posible.
Estar verdaderamente presente en cualquier lugar no es fácil, porque estamos acostumbrados a tener el pasado y el futuro en la mente, pero llegar a un momento en el que solo importe el presente, hará que disfrutemos mucho más.