Conocida como la “vitamina del sol”, la vitamina D es un nutriente que juega un papel importante en casi todas nuestras funciones fisiológicas. Es un excelente regulador del sistema inmunológico y es vital para una la salud. A continuación, te compartimos por qué es indispensable para nuestro bienestar general.
La vitamina D tiene innumerables beneficios en nuestro cuerpo. Por ejemplo, regula la cantidad de calcio y fosfato en el organismo. Estos nutrientes son necesarios para mantener sanos nuestros dientes, huesos y músculos.
Por otra parte, contribuye a las funciones inmunológica, cardiovascular, cerebral, pulmonar y del sistema nervioso. Incluso, regula los niveles de insulina de la sangre y apoya en el control de la diabetes.
Esta vitamina, que en realidad es una hormona, es la única que tu cuerpo produce; y lo hace como respuesta ante la exposición al sol. Por ello, es recomendable tomar un suplemento diario de vitamina D, sobre todo durante el otoño y el invierno. Consulta con tu médico cuál es la dosis correcta, antes de hacerlo.
La cantidad de sol requerida para cumplir con los requisitos de vitamina D varía enormemente según la estación, el tipo de piel, la hora del día, las partes del cuerpo expuestas al sol y la edad.
Por supuesto, también se puede aumentar la ingesta de vitamina D a través de ciertos alimentos. Naturalmente, está presente en pescados grasos, como el salmón, el atún y las sardinas. Otras fuentes alimenticias de vitamina D son las yemas de huevo, carne roja, hígado, la leche, los champiñones, el queso y y alimentos fortificados, como algunas grasas para untar y cereales para el desayuno.