Estonia es un pequeño país europeo que fue parte de la Unión Soviética durante la Guerra Fría. En 1991, ganó su independencia y decidió que su Gobierno sería uno tecnológico. ¿Por qué? Está rodeado de países notables: Finlandia es reconocida por los celulares, Noruega por el petróleo y Suecia por el diseño. Estonia no se podía quedar atrás, y para 1997, logró que el 97% de las escuelas del país funcionaran en línea.
Con el paso de los años, la tecnología fue llegando a otros aspectos de la vida de los estonios. Para el año 2000, todas las reuniones del Gobierno eran electrónicas y el papel dejó de usarse. Dos años después, había Internet gratuito en prácticamente todo el país. En 2005 los ciudadanos votaron por primera vez en línea y así han seguido los avances. La tecnología en Estonia no para y en febrero de este año su Gobierno recibió el premio Government Leadership Award por ser el país más vanguardista en estos temas.
Pero, ¿qué es lo que hace que Estonia avance tanto en el sector tecnológico? Que está a favor de la apertura. El Gobierno, a diferencia de otros como el de Estados Unidos, cree que mientras más saben unas personas de las otras, más segura es la sociedad. Para los estonios el acceso a la información abierta tiene muchos beneficios.
Uno de ellos es el combate a la corrupción. Cada vez que alguien compra una propiedad en el país báltico, lo tiene que registrar en línea, así los ciudadanos siempre pueden saber qué tienen los gobernantes y qué deberían de tener. Otro beneficio es el acceso a servicios de salud, pues todos los ciudadanos tienen sus datos médicos en línea. Así, en caso de tener un accidente, los paramédicos pueden ver a qué medicinas son alérgicos, si ya han sido operados, y entre otras cosas, avisar al hospital que se prepare para atenderlos con mayor eficiencia.
Estonia está convencida de que el mundo va a seguir el camino de la tecnología y por eso, en 2015, lanzó una fase muy importante de su Gobierno en línea, la e-residency. Con esta, las personas de cualquier lugar se pueden convertir en ciudadanos virtuales de Estonia si pagan 100 dólares, mandan su información personal y suben una fotografía oficial al sistema. A cambio de esto, reciben una tarjeta, un lector de USB, un sobre con su PIN y una invitación para visitar su propia URL en la que se guardará todo lo que hagan en línea. ¿Y para qué querría hacer esto un extranjero? Porque es mucho más práctico. Por ejemplo, un británico puede abrir una empresa, registrarla en Estonia y con el mismo sistema, pagar sus impuestos en el Reino Unido, sin llenar papeleo ni ir a oficinas gubernamentales.
Aunque en general suena bien, todavía hay muchos escépticos que no están convencidos de que los gobiernos electrónicos sean lo más útil. En 2007 el sistema estonio fue hackeado por los rusos y paralizó todo el país, desde los bancos hasta los periódicos. Desde entonces, ha trabajado para mejorar su red y hacerla inquebrantable. Está poniendo servidores en otros países para acceder a ellos en caso de que el sistema central sea atacado y trabaja con la tecnología de blockchain que es la más segura hasta ahora. ¿Será que eventualmente todos los países iremos hacia allá?
Texto por: Mercedes Migoya
IG. @mercedesmigoya
Ilustración por: @camdelafu