UNA TRAVESÍA POR CIELO, MAR Y TIERRA LA RESUMO COMO UN RECORRIDO EN COLORES BEIGE Y BLANCO, DONDE DIOSES, CULTURAS E IMPONENTE ARQUITECTURA MARCARON LA PAUTA DE 14 DÍAS BAJO EL SOL EGIPCIO.
También conocido como Tierra Negra, se dice que Egipto es cuna de civilizaciones. Un lugar donde el tiempo se de- tuvo y la energía siguió emergiendo de tumbas, pirámides y templos. Bajo esta premisa es que me nacen las ganas de explorar un territorio a más de 12,200 km de distancia, atravesando las aguas del río Nilo. Un intenso itinerario que, después de una escala en París y alrededor de 5 horas de vuelo, me lleva a pisar tierras egipcias de la mano de Afro Asian Travel, un operador especializado en viajes de lujo.
Y es que es tal la cantidad de sitios por visitar que Egipto se percibe como un universo paralelo, donde las horas se escurren como agua. Así es como comenzaríamos los próximos días desde las 5:00 de la mañana para desayunar, comer y cenar historia.
ASUÁN
Tras un breve descanso en El Cairo, un vuelo de casi noventa minutos nos transporta a Asuán, una ciudad ubicada al sur del país que se remonta a los faraones. Sus enormes presas y centros de peregrinación caracterizan este sitio que alberga el templo de Philae, construido originalmente en el siglo III a. C. para honrar a la diosa Isis y que, años después y tras varias inundaciones derivadas de la la construcción de la presa de Asuán, fue reubicado. Despertar en el hotel Old Cataract de Sofitel, implica asomarte a la ventana para disfrutar de una vis- ta privilegiada directamente frente a la isla Elefantina, un cuerpo de tierra contiguo a la primera catarata. El recorrido lo hacemos en una faluca, pequeña lancha con vela, conducida por hombres con largos vestidos de lino, los nubios, considerados una de las primeras civilizaciones de la región.
ABU SIMBEL
Antes de embarcar a lo que sería mi casa por los próximos días, hacemos una parada obligatoria: Abu Simbel. Un par de horas en carretera nos llevan a los templos de Ramsés II y de Nefertari, que datan alrededor del año 1280 a. C., y representan la grandeza en su más pura expresión.
Y es que no se trata solo de las dimensiones físicas de las cuatro esculturas de piedra que se levantan con 20 metros de altura, ni tampoco de la perfección en cada trazo de los frescos que se acompañan de colosales estatuas, sino de la energía que emana de esos templos que durante años estuvieron bajo tierra.
KOM OMBO
Zarpamos y horas después llegamos a Kom Ombo de noche, con sus dos templos principales iluminados desde las bases de su simetría perfecta: el primero dedicado al dios Sobek, asociado con la fertilidad, y el segundo al dios Haroeris, dios del cielo y de la caza. En la sala contigua se exhibe una impresionante colección de cocodrilos momificados, animal que representaba la figura sagrada del dios Sobek y recibía un trato especial tanto en su crianza como en su muerte.
EDFU
Navegar el río de noche se convirtió en un excelente arrullo para amanecer en Edfu, donde el tiempo parece haberse detenido hace cientos de años y donde la gente se transporta exclusivamente en carretas. Y llevados por caballos es que llegamos al templo de Horus, con pilones de 30 m de alto y columnas adornadas con relieves y jeroglíficos que enmarcan uno de los espacios sagrados mejor conservados de Egipto. Una serie de patios y salas forman parte del recinto del siglo III a. C.
LUXOR
Desde el sun deck se percibe el aire frío y la intensidad del sol invernal de diciembre, una buena combinación para una travesía de esta naturaleza que tiene como siguiente parada Luxor. Un largo pasillo con estatuas de carneros con cuerpo de león, obeliscos y enormes columnas definen el templo de Karnak. Mientras que el templo de Luxor alberga la famosa estatua de Tutankamon, en la que el nivel de detalle de cada rasgo y las pro- porciones corporales superan cualquier expectativa artística.
Dejando de lado los tonos neutrales que caracterizan las ruinas, añadimos color al viaje con un recorrido en globo aerostático donde, desde las alturas se alcanza a ver una ciudad viva, transitada y repleta de historia. Al desembarcar nos esperaba una cómoda camioneta con snacks, agua y todo lo necesario para ir al siguiente destino.
EL VALLE DE LOS REYES Y MEDINET HABU
Ubicado a la orilla oeste del Nilo, el Valle de los Reyes fue el lugar de enterramiento durante el largo periodo del llamado Nuevo Reino (desde el siglo XVI al siglo XI a. C.). Más de 60 tumbas impecablemente decoradas con pinturas murales y jeroglíficos destacan por la riqueza y belleza con las que fueron elaborados para honrar a quienes las ocupaban, entre ellos Tutankamon, Ramsés II y Tutmés III.
Por otro lado, Medinet Habu cuenta su propia historia por medio de enormes patios, estatuas y pilares, donde se plasman escenas cotidianas y rituales del antiguo Egipto.
EL CAIRO
Una agitada ciudad nos recibe como el final de un excelente viaje, haciendo una parada en el Museo Egipcio, hogar de una impresionante colección de objetos antiguos, incluyen- do la famosa máscara funeraria de Tutankamon. Y para cerrar con broche de oro, las pirámides de Giza, que no tienen comparación. Su grandiosidad y misterio las convierte en una parada obligada.
Las inmejorables camas del Four Seasons Nile Plaza y su espectacular brunch me esperaban para recargar pilas antes de regresar a la ciudad.
AFRO ASIAN TRAVEL
Un operador especializado en viajes de lujo en Egipto, con más de nueve años de experiencia en el mercado, ofrece el mayor nivel de detalle en hoteles, cruceros, tours, guías egiptólogos, con un impecable control de calidad para viajes desde Alejandría hasta Sharm-el-Sheijk y Abu Simbel, con estancias en barcos del más alto nivel y de líneas como Historia Boutique Hotel Nile Cuise, The Oberoi Luxury Nile Cuise, Sanctuary Retreats y Kazazian Cruises.
Texto por: Isabel Flores
Fotos: Cortesía