En Valle de Bravo, la naturaleza no solo se contempla: se habita. A través de Rodavento, este destino se va revelando en capas —entre el bosque, el lago y la calidez de cada espacio— para brindar una experiencia completa. Rodavento es más que un lugar, es un estilo de vida, pues combina aventura y descanso, sofisticación y autenticidad, naturaleza y hospitalidad.

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Foto: cortesía

Viernes

Comienza tu viaje en Casa Rodavento, un refugio íntimo en el corazón de Valle. Cada suite tiene una personalidad propia. El diseño combina lo contemporáneo con lo artesanal y cada detalle parece pensado para crear sensaciones de calma. Las terrazas y el jacuzzi privado invitan a detenerse, a abrir las ventanas y dar la bienvenida al viento del bosque.

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Foto: cortesía

Antes del anochecer, el plan perfecto está en RÜF, el rooftop de Cinco Rodavento. Con vista al lago, cocteles de autor y los colores del atardecer, este espacio captura el espíritu relajado del destino. Te recomendamos probar el Colorín.

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Foto: cortesía

Para cerrar el día, nada como cenar en Nuestro, el restaurante de Casa Rodavento. Este restaurante celebra la gastronomía local con un menú degustación que combina técnica y sensibilidad. Ingredientes frescos, presentaciones impecables y una atmósfera cálida invitan a quedarse en la mesa. Amarás el salmón rostizado.

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Sábado

El segundo día comienza con el aire fresco del bosque. Despertar aquí es un lujo natural: abrir la puerta y ver cómo la luz se filtra entre los árboles, mientras el desayuno espera frente al lago. Pan recién horneado, jugos naturales y café aromático marcan el inicio de un día sin prisa. Nuestra recomendación es el Sunrise sandwich.

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Fotos: cortesía

Después, el bosque se convierte en escenario de aventura. Desde remar en kayak hasta recorrer los senderos en bicicleta o lanzarse en tirolesa sobre el lago, cada experiencia se adapta al ritmo de quien la vive. En Rodavento puedes elegir entre la adrenalina o la calma; en ambos casos, la conexión con la naturaleza es total.

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Foto: cortesía

Al mediodía, Rodavento Grill ofrece una experiencia gastronómica al aire libre. Rodeado de árboles y con el lago como fondo, el tiempo se diluye entre carne, mariscos y vegetales frescos cocinados al momento.

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Foto: cortesía

Por la tarde, la serenidad regresa en el Rodavento Spa. Los masajes, el circuito de hidroterapia y el yurt privado invitan al descanso profundo. Nada como consentirte en este espacio dedicado al bienestar.

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Al caer la noche, el regreso a Casa Rodavento es una promesa cumplida: jacuzzi, terraza y silencio.

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Foto: cortesía de Rodavento

Domingo

El último día de este viaje comienza frente al lago, en Cinco Rodavento. La barra de toasts, los jugos frescos y el café recién hecho acompañan una mañana luminosa. No puedes irte de Valle de Bravo sin probar el exquisito toast de salmón.

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Foto: cortesía

Después del desayuno, un paseo entre los jardines y senderos permite contemplar los últimos momentos del fin de semana.

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Foto: cortesía

Desde el rooftop de Casa Rodavento, el lago y las montañas parecen detenerse por un instante, como si todo respirara al mismo ritmo.

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Foto: cortesía

Rodavento no es solo una estancia: es una forma de habitar Valle de Bravo. Una invitación a reconectar con el entorno y con uno mismo, redescubriendo el destino a través de su esencia más pura.