El Valle de Guadalupe y Ensenada, enamoran desde la primera visita. Quien recorre estos lugares se enamora de sus vinos, su bruma, sus paisajes, su mar (los productos de su mar), de su tierra (de los productos de su tierra), de su clima, de sus opciones culinarias, de su enoturismo, de su gente solidaria y colaborativa.
Por ello queremos darte más motivos para conocer esta tierra prodigiosa o de regresar a descubrir nuevas opciones, como estas cinco bodegas boutique. Sus vinos de autor sorprenden por sus aromas, notas, sabores o técnicas de elaboración, además del cuidado a la uva y su apuesta a generar vinos de alta calidad que compitan con los mejores del mundo.
Durand Viticultura
Esta bodega está a cargo de José Luis Durand, uno de los enólogos más icónicos de nuestro país. Tantos años de estudio académico han llevado a Durand a hablar tan bellamente del vino y ser conocido como “el poeta del vino” o “el científico del vino”.
Visitar su bodega es volver a enamorarse de la esencia de esta bebida y entender sus orígenes, sus procesos más innovadores, la depuración de la técnica para obtener un gran vino de autor, y la búsqueda de una calidad superior en los mismos. A Durand le debemos también uno de los mejores vinos que se hacen en México: “Ícaro”.
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“Nuestro estilo lo defino como una enología aromática, donde la búsqueda está dirigida en su mayor parte por el olfato, ya que creo que el terroir, la añada y la identidad de un vino están expresados con más nitidez en los aromas. Para nosotros, el arte de cada vino está en esta ‘escultura aromática’ y sus sabores y texturas son una consecuencia de ésta”, asegura.
Vinos imperdibles de esta bodega: Ícaro, Ala Rota, Marella: Chardonnay.
Kruger
Esta pequeña e íntima bodega es ideal para visitarse al atardecer y observar desde el techo de un contenedor usado como terraza, la infinidad de colores que ofrece “El Valle” antes de que caiga el ocaso, acompañados de uno de sus vinos.
El proyecto está a cargo de dos jóvenes que están innovando en el panorama enológico de nuestro país: Eduardo Kruger e Iker Turcott. El primero, enólogo formado en España y en la mítica casa precursora del vino en México: Casa Piedra. El segundo, un chef cuyos platos en su restaurante La Doble T (dentro de la misma bodega) engalanan los vinos de autor de esta bodega boutique.
Sus vinos son frescos, bien equilibrados, elegantes, con sabores que desafían el tipo de vino que usualmente se asocia a esta región, pues justamente, de acuerdo a sus creadores “se enfocan en crear vinos de gran calidad que respeten, ante todo, las características de la uva”.
Vinos imperdibles de esta bodega: Kruger: Cabertnet-Tempranillo, Kruger: Grenache, Pescador de Corazones y Mujer Amante.
Concierto Enológico
Si tienes la suerte de que Luis Sarabia, fundador de esta bodega boutique, esté presente y te dé una guía por sus viñedos y bodega, será una de las mejores experiencias del vino mexicano que tengas. La ventaja es que muchas veces está ahí. Luis es un soñador, un romántico del vino, y lo demuestra con esta pequeña bodega fundada en 2004 y que en muy poco tiempo se ha posicionado como una de las mejores propuesta que hay actualmente.
En sus vinos crea mezclas de cabernet sauvignon, merlot y ruby cabernet, que deja reposar hasta por 18 meses en barricas de roble francés. O mezclas como su Forza que tiene Cabernet Sauvignon, Merlot y Barbera añejado por 12 meses. Justamente porque lo que busca con sus vinos es crear nuevas melodías de sabores, un concierto que le permita a sus vinos maridar con el momento o diferente tipo de música. De ahí el nombre de sus diferentes etiquetas: Obertura, Pauta, Forza, Allegro.
El propio Luis nos explicó de dónde viene el nombre de sus vinos y bodega: “El nombre de Concierto Enológico nace un día en el que caminaba con mi esposa entre el viñedo al atardecer, de pronto sopla el viento y el sonido que hace al rozar con las hojas de las vides, junto con los sonidos propios del Valle de Guadalupe, unos pájaros, unas vacas, unos niños jugando a lo lejos… hacen que todo en conjunto sea un concierto, un concierto que siempre fue mi sueño realizar”.
Vinos imperdibles de esta bodega: Gran Concierto (su reserva), Concierto, Forza y Pauta.
Cava Santo Tomás, en San Antonio de las Minas
Bodegas Santo Tomás es la primera vinícola que se instaló en el Valle de Guadalupe, allá por el año 1888. Es la segunda más antigua del país, después de Casa Madero en Parras, Coahuila. Y es también una de las mayores promotoras de la cultura del vino en nuestro país. Cuenta con tres sedes en “el Valle”, su cava donde está su sala de degustación y sus viñedos; su cava Miramar en Ensenada, un espacio dedicado a la convivencia y difusión cultural y, por último, su cava-boutique en San Antonio de las Minas, donde en la cima de una pequeña colina, ofrecen la enorme variedad de vinos que está casa ofrece, incluyendo sus pequeños proyectos de vino de autor a cargo de la enóloga española Cristina Pino.
Venir a este lugar es vivir “el valle” a plenitud. Sobre todo porque acaban de abrir su restaurant “Villa Torel”, a cargo del mítico chef, Alfredo Villanueva (sí, el famoso chef regiomontano) que ha decidido venir a esta bodega a exaltar los sabores de los productos del mar y la tierra de ensenada, ideales para maridar con la amplia gama de vinos blancos, rosados, tintos y reservas de Santo Tomás. Las mesas están en el exterior, y permiten una de las mejores vistas al valle, de todas, sumado a la gran cocina y los vinos de este lugar. La experiencia será única. Se los garantizamos.
Vinos imperdibles de esta bodega: Único (su reserva y línea Premium), Duetto, Santo Tomas Barbera, Santo Tomás Tempranillo, Santo Tomás Chardonnay, ST Grenache.
Vinícola Relieve
El nombre de esta bodega está inspirado en la topografía del Valle de Guadalupe: Relieve. Se fundó en 2004, y cuenta con 10 hectáreas donde cosechan uvas como tempranillo, nebbiolo, merlot, cabernet sauvignon, pinot noir y malbec. La producción de sus vinos está a cargo del enólogo Wenceslao Martinez, quien busca con sus vinos crear una línea auténtica que refleje los sabores del valle, dotándolo de un sello personal que le de relieve a las uvas.
Su sala de degustación es una de las más nuevas y espectaculares de la zona, y está pensada para poder tener una vista espléndida de los viñedos y el valle, en un ambiente chic-campestre, mientras se degustan alguno de los vinos de su gama.
Vinos imperdibles de esta bodega: Relieve Pinot Noir/Malbec, OVIS Tempranillo, Ciclo Nebbiolo.
Recomendación de Hoteles
Si bien hay cada vez más opciones de hospedaje dentro del Valle de Guadalupe, hay dos que queremos recomendar por su propuesta arquitectónica y boutique. La primera es: Resort Maglen, que también cuenta con una línea de vinos propios. Y el segundo es Agua de Vid, un hotel boutique cuya arquitectura y terraza te sorprenderán.
Por Amílcar Olivares
