Celebrar la muerte podrá sonar extraño para ciertas culturas, pero lo cierto es que para los mexicanos el Día de Muertos es una tradición que hemos celebrado desde hace mucho tiempo: los orígenes de ésta fiesta se remontan a épocas precolombinas. México nos ha enseñado a lo largo de varios años que la celebración del 2 de noviembre se vive con más intensidad en sus increíbles Pueblos Mágicos.San Miguel de Allende no es la excepción, caminar por sus emblemáticas calles en este día en particular, es un verdadero espectáculo. Tanto visitantes como residentes de este mágico lugar se disfrazan de calaveras y catrinas para vestir al pueblo de fiesta. Frente a la Catedral se puede admirar una variedad de altares y ofrendas elaboradas por personas del pueblo. Sin duda, es una de las mejores épocas para visitar San Miguel de Allende.Aprovechando esta tradicional fecha y por quinto año consecutivo, se celebra en el restaurante Moxi la “Cena Negra”. En esta ocasión el chef mexicano Enrique Olvera, internacionalmente reconocido por sus restaurantes Pujol en la Ciudad de México y Cosme en Nueva York, junto con el chef yucateco Roberto Solís, elaboraron su propia versión del evento. El hotel Matilda, sede del restaurante, se vistió de negro y cubrió sus espacios de esculturas, cuadros y de calaveras, cruces y flores.Frases muy mexicanas tales como “Ya chupó faros” y “Se lo llevó la huesuda” adornaron todo el restaurante para crear un ambiente tétrico y divertido. Meseros y bartenders se disfrazaron de calacas logrando así que los asistentes se adentrasen en el ambiente de la Cena Negra. El evento arrancó con un coctel en la terraza de la tienda Trinitate, la cual goza de una vista increíble a la Catedral. La gran mayoría de los asistentes se disfrazaron para entrar en el mood del evento. Al finalizar el coctel, inició el tradicional desfile del Día de Muertos por las calles empedradas del pueblo, iniciando desde la terraza Trinitate hasta el Moxi. La procesión iba liderada por muñecos gigantes disfrazados de catrinas y calaveras bailando al ritmo de tradicionales mariachis, seguida por todos los invitados quienes animados por la música disfrutaron de una noche inolvidable.Los platillos que los destacados chefs prepararon para esta quinta edición fueron elaborados con ingredientes 100% mexicanos y el color negro fue protagonista de sus creaciones. Para cada uno de los platos, Monte Xanic presentó distintos vinos para resaltar el sabor tan único de cada uno de ellos.La cena consistió en seis exóticos tiempos: los primeros cuatro, entradas y platos fuertes, y los últimos dos, deliciosos postres. Al llegar cada uno de los platillos, los comensales se aventuraban a descubrir su contenido y gracias a que se trataba de propuestas poco convencionales, hizo que la cena fuera aún más interesante y deliciosa. Los platos fueron los siguientes:
- Cebollas negras
- Hongos con chichilo negro
- Mextlapique de huitlacoche y recado negro
- Natilla salada, perdiz, huitlacoche, ajo rostizado
- Manjar blanco, ceniza de romero, torta de cielo
- Tamal de calabaza y jengibre.