¿De dónde nace tu pasión por el arte?
Mis papás coleccionaban arte contemporáneo sueco y lo colgaban en las paredes de nuestra casa en Suecia. Tenían varias piezas de Olle Baertling, quien hizo una serie de cuadros llamados Flags for America’s Cup. Esa fue mi mayor inspiración cuando empecé a hacer mis primeras piezas. Yo les llamaba “banderas” porque no llevaban marco, solo eran un lienzo sin estirar que se sostenía en la pared con un tubo de latón.
Otra pieza era una pirámide invertida del artista Carl Magnus. Era de aproximadamente 4 x 3 m y muchas veces me quedaba sentado en la sala viéndola hipnotizado. Constantemente me veo regresando a la infancia para inspirarme y tomar referencias de ese entonces.
¿Cómo describirías tu estilo artístico?
Visual, óptico, cinético, arquitectónico, abstracción con movimiento. Mi arte consiste en engañar el ojo del espectador mientras te mueves alrededor del espacio y observas la pieza desde diferentes puntos de ventaja.
¿Cómo fue la transición de vivir en Suecia y trasladarte a México?
Mi madre abrió una fábrica de Ikea en Mérida, Yucatán, que producía muebles para el mercado americano y eso hizo que toda mi familia se terminara mudando a México. Fue un cambio bastante radical para mí, pues estaba muy joven, y no le “agarraba muy bien la onda” a mi nueva ciudad. Más tarde me mudé a Madrid unos años con mi hermano para terminar mis estudios. Después nos regresamos a México de forma temporal, pero 12 años después, sigo aquí.
¿Qué es lo que más te gusta de México?
Absolutamente todo, menos la delincuencia y la corrupción. Fuera de eso México tiene todo.
¿Cómo es la relación con tu hermano Alexander desde el punto de vista artístico?
Trabajamos juntos en varios proyectos y seguido nos ves peloteando ideas en diferentes medios: desde la creación de muebles, murales, esculturas y otros experimentos que tengamos en mente; básicamente todo tiene que ver con arte, diseño, música y gastronomía. Compartimos un espacio en la Ciudad de México, donde fabricamos diferentes tipos de objetos. Prácticamente no hay límites de las cosas que podemos crear. Yo estoy más enfocado en el arte, mientras que mi hermano es el jefe de arquitectura y diseño.
¿Qué es Atra Form Studio y cómo te involucraste en este proyecto?
Atra Form Studio empezó con la fábrica de muebles que mi familia tenía en Mérida. Actualmente es un estudio de diseño, arte y arquitectura. Fue fácil involucrarme, pues tenemos la misma visión y referencias; la comunicación fluye naturalmente cuando nos toca trabajar juntos.
¿Qué te inspira al crear tus obras?
La última serie de mi obra, Systematic Arragement, está inspirada en el simple hecho de hacer y entregarse a la acción.
¿Cómo ha evolucionado la estética de tu arte a través de los años?
Al principio, mis piezas estaban inspiradas en la Bauhaus, el suprematismo y el constructivismo. Usaba pintura plástica secada con pistola industrial de calor y mayormente colores primarios. Con el tiempo, fui encontrando mi propio lenguaje y empecé a implementar estambre en mi obra. Esto hizo que tuviera que enmarcar mis lienzos y poner el formato de banderas en pausa.
Hoy en día, es una estética más óptica, minimalista, meticulosa y con colores más neutros, con ritmo y repetición. Siempre ha sido la misma estética y lenguaje, pero con otros materiales y otras formas de crear.
¿En qué te basas para la selección de materiales?
La última serie está basada en líneas verticales en repetición hechas con hilo de estambre. Es un material flexible que me permite inventar diferentes patrones e ilusiones ópticas, dividir y crear dimensiones en el lienzo.
Las figuras geométricas son un recurso indispensable en tus obras. ¿Cómo las utilizas para transmitir tus ideas?
No se trata de transmitir diferentes mensajes, sino de tener una experiencia personal con la pieza en el espacio y el entorno.
Cuéntanos sobre tu proyecto más reciente.
Esta semana mando seis cuadros a mi galería Cadogan Contemporary, en Londres; es lo que he estado trabajando estos últimos meses, y a la vez, se está planeando una exposición en Estocolmo y empezaré a trabajar con una galería en la CDMX.
Dentro de la industria creativa ¿a qué obstáculos y retos te has tenido que enfrentar?
El reto más grande de mi trayectoria ha sido ser consistente y seguir creando. Mis piezas son muy meditativas, rítmicas, repetitivas; hay que conectar y estar en sintonía.
¿Cuáles han sido los momentos más gratificantes de tu carrera?
Poder trabajar, exponer y vender en diferentes países y sobrevivir siendo artista, haciendo lo que me gusta.
¿Qué se viene a futuro para Andreas Díaz Andersson?
Me gusta pensar en el futuro de una forma integral, no solo como artista, sino como persona y parte de un todo. Se necesita estar presente para lograr un mejor futuro.
Entrevista por: Nathalia Téllez
Fotos: Cortesía del artista
