Ubicado en el centro de México, el estado de Oaxaca limita al norte y al noreste con Veracruz y con Puebla, al este con Chiapas y al sur con el océano Pacífico. Su geografía contribuyó, en gran medida, a que sea considerado hoy en día la joya de la corona en lo que a cultura respecta, pues al este colindó con la cultura maya que floreció en Chiapas, Yucatán y Guatemala, y al noreste con Teotihuacán, Tula y Tenochtitlán.
Por lo anterior, Oaxaca es considerado una joya del país, pue al visitarlo, podrás apreciar sitios arqueológicos impresionantes, caminar por sus espectacular calles y edificios antiguos, probar delicias culinarias en un sencillo, pero exquisito mercados y observar el trabajo artesanal realizado con textiles, palma y barro cocido. Este último, conocido como alfarería, ocupa un lugar muy importante en la producción del estado, pues el barro negro se ha convertido en un legado cultural mexicano.
En cuestiones gastronómicas, este estado también se pinta solo, pues la variedad de platillos que ofrece es inigualable. Ya sea que decidas disfrutar de una experiencia auténtica en un mercado local o degustar las reinterpretaciones culinarias de talentosos chefs en renombrados restaurantes, ten por seguro que no te irás con la panza vacía.
Si el objetivo de tu visita es conocer de primera mano la cultura y tradición de este destino, te recomendamos tres experiencias que no puedes perderte.
Taller de barro negro de Omar Fabián
La primer actividad es un taller de barro negro donde la familia Fabián se encargará de adentrarte al mundo de la alfarería a través de sus historias, proceso creativo y contacto con el barro para ofrecerte una experiencia única.
Omar Fabián forma parte de la sexta generación de su familia, que hoy en día dedica su tiempo a la creación de piezas artísticas y decorativas de este ancestral material, manteniendo la tradición viva. Además, son prácticamente el único taller que mantiene vivo la manera original de hacer piezas de barro, es decir, no utilizan maquinaria eléctrica, ni herramientas modernas, sino que utilizan un torno prehispánico, que consiste en dos platos colocados uno sobre el otro encima de los cuales se va dando forma a la pieza. Actualmente, Omar Fabián realiza trabajos para restaurantes, casas y negocios en la Ciudad de México y ha logrado incluso exportar parte de su trabajo a Perú y a Estados Unidos.
El Tallador de sueños
La segunda actividad es artística y cultural, implica conocer a la familia Jiménez Ramírez, en especial a Isaías. Es hijo de Manuel Jiménez Ramírez conocido como ¨el tallador de sueños¨. Manuel, fue un escultor y pintor oaxaqueño, reconocido por ser el primer tallador de animales fantásticos de madera o alebrijes. Estas piezas comenzaron a venderse en las calles de Oaxaca en 1940, hasta que un día, visitantes extranjeros comenzaron a comprar y hacer pedidos a gran escala para comercializar las piezas en todo el mundo, poco a poco el trabajo del Sr. Jiménez fue conocido en Estados Unidos, Asia, Sudamérica, entre otros.
Hoy en día, Isaías Jiménez aún vive y trabaja en la casa y taller, que algún día habitó su padre, junto a su familia, conservando la tradición de la talla de animales y recibiendo a turistas de todo el mundo para que puedan crear sus propias tallas de madera y escuchar la historia de primera mano sobre cómo se crearon estos animales fantásticos.
Cocina con Celia Florián
Como mencionábamos, Oaxaca ofrece un sinnúmero de propuestas gastronómicas y, en el caso de Celia Florían, sus platillos están llenos de historia. Celia comenzó a cocinar en 1910 con su abuela, quien, por medio de sus recetas, buscaba consentir y transmitir el amor a su familia y amigos. Este cariño por la cocina pasó de generación en generación hasta llegar a la propia Celia, quien ahora lo comparte con visitantes de todas partes del mundo a través de una experiencia única.
La actividad comienza en el mercado tradicional de alimentos donde, de la mano de Celia, seleccionarás los ingredientes más frescos y exquisitos de la región para cocinarlos en su restaurante, llamado Las Quince Letras y, posteriormente, degustarlos en el restaurante junto a un guiexhuba, un árbol sagrado ancestral del cual solo quedan diez en todo Oaxaca. En su restaurante, además de lo que cocines, te recomendamos probar el chile de agua relleno de carne de cerdo en escabeche, las quesadillas de amarillo y, por supuesto, la variedad de moles.
Recuerda que, para visitar la increíble ciudad de Oaxaca y vivir todas estas experiencias, puedes tomar cualquiera de los seis vuelos diarios que ofrece Aeroméxico desde el Aeropuerto Internacional de la CDMX.
Escrito por Valeria Ellis