“Un hombre debe ocupar el lugar que Dios le otorga –caminos selváticos o las calles de Hollywood– y pelear por las cosas en las que cree”. –Johnny Weissmuller.
El joven artista mexicano Cristóbal Gracia, presenta en esta ocasión su atractiva exposición Aquatania Parte I en la nueva ubicación de la galería Cuarto de Máquinas. Un espacio que calza a la perfección con la propuesta de Gracia por ser una plataforma para la investigación y la experimentación con proyectos de arte contemporáneo como lo es Aquatania Parte I. Cuarto de Máquinas busca crear un ámbito en el que artistas de diversas disciplinas converjan con coleccionistas y distintos conocedores del arte en un ambiente de libertad e innovación. Ubicado en la calle de Colima, en la colonia Roma Norte, Cuarto de Máquinas es un espacio novedoso, creado para el descubrimiento, reclutamiento y apoyo a artistas emergentes en el arte contemporáneo.
Aquatania Parte I pretende ilustrar una fascinación personal del artista con su objeto, el puerto de Acapulco. La inspiración de tan exótica obra fue la película de Hollywood Tarzan y las sirenas (1948), filmada en Acapulco en pleno apogeo de su época dorada. A través de videos, esculturas y fotografías, Gracia ilustra la problemática de Acapulco arrojando contrastes entre el lujo y la decadencia de ese paraíso. El artista encuadra a Acapulco en el foco de contrastes sociales y políticos, aunado con lo que para él se ha convertido en una obsesión, el personaje de Tarzán protagonizado por Johnny Weissmuller en el film, quien pasó los últimos años de su vida viviendo en el hotel Flamingos de Acapulco, al borde de la locura. Aquatania es una visión nostálgica de Gracia sobre Acapulco, aquel destino paradisíaco que a lo largo de los años ha sucumbido a sus propios vicios.
A pesar de su corta edad, Cristóbal ha logrado acumular una importante trayectoria en las artes. Graduado con mención honorífica en La Escuela de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, ha captado la atención de grandes representantes y connoisseurs dentro de la industria a través de sus obras. Dentro de sus más recientes exposiciones destacan: Fragments, David B. Smith Gallery en Denver, Cristóbal Gracia at Venice 6114 en Los Ángeles y Horror en el trópico, Museo del Chopo en la Ciudad de México.
¿De dónde surgió tu interés por la película hollywoodense Tarzán y las sirenas para inspirarte y basar tu más reciente exposición Aquatania?
En realidad, todo comenzó con una fascinación muy personal con Acapulco. Como todo buen defeño desde que tengo uso de razón he vacacionado en Acapulco, especialmente en el Acapulco clásico, cerca de Caleta, donde me hospedaba en casa del abuelo de un amigo que fue productor de cine. Así que esta relación de Acapulco con el cine siempre estuvo presente. Acapulco siempre me ha parecido un lugar sumamente nostálgico y decadente así como uno de los puntos rojos del clima social y político del país y no solo en estos últimos años, donde la violencia del narco es lo que rige al puerto. Esta playa siempre me ha parecido una extraña mezcla de desigualdades y contrastes sociales que juega con la idea de un escenario paradisíaco.
También, la idea de Acapulco como un escenario me llevó a empezar a abordar esta fascinación a través de la historia del cine, de películas que hayan usado este puerto como escenario. Garibay lo dice bien: “Acapulco es mugre y luz encantadora”. Finalmente, Tarzán y las sirenas llega por Weissmuller, el actor de Tarzán durante los 30 y 40. Esta fue su última película del hombre mono, filmada entre el puerto y Teotihuacán. Él terminó viviendo los últimos años de su vida en Acapulco en un limbo entre la fantasía y la realidad, confundido entre su persona y Tarzán, ya que dicen que solía gritar como este personaje. Aún hay personas en el hotel Flamingos (hotel donde pasó los últimos años de su vida) que dicen escuchar los gritos fantasmagóricos de Tarzán a lo lejos. Así que fue justo este personaje quien encarno esta idea de la nostalgia y decadencia del mismo puerto. Esta figura de Weissmuller-Tarzán se ha convertido en una especie de obsesión para mí.
¿Cuál es la crítica o lo que buscas dar a entender al espectador a través de esta exposición?
No veo el arte tanto como un mecanismo didáctico donde se deba entender algo en concreto y especifico, creo que el arte funciona de una manera más libre, donde las posibilidades de generar cuestionamientos son más ricas que las de generar afirmaciones inquebrantables. Claro que hay algo de crítica hacia la situación actual del país, donde un gobierno fallido ha permitido este clima de violencia extrema; también hacia cómo los medios masivos de comunicación y entretenimiento muchas veces son usados como herramientas de poder ligadas a visiones colonialistas y exotizantes. Finalmente, en cómo estas herramientas de poder tratan de moldear nuestra misma subjetividad. Pero creo que en toda crítica también debe haber algo de aceptación; no tratar de funcionar como un ente extraño a este panorama en el cual todos participamos en mayor o menor medida. Como bien dije, yo he sido muchas veces el típico turista de Acapulco que ha participado en las mismas dinámicas de excesos y libertinaje que llevaron al puerto a caer en esta decadencia. Y finalmente, me interesa voltear a ver Acapulco, creo que es un lugar con una historia sumamente rica y bella que no debe ser olvidado en este laberinto de violencia.
¿Dónde sueles buscas inspiración para realizar tu arte?
Muchas veces parte de una fascinación personal como en este caso con Acapulco. También suelo recurrir mucho a la historia, al humor y a la ficción así como a obras de arte ya existentes y a partir de estas desarrollar mi propio proyecto.
¿A quién consideras un mentor fundamental en tu carrera?
He tenido la oportunidad de tener grandes maestros en mi formación, a muchos de ellos los considero mis colegas actualmente, pero creo que algo fundamental es buscar un equipo de trabajo y de diálogo constante. Para mí, Biquini Wax y todos los que lo integramos ha sido y es uno de mis mentores principales.
¿A qué le atribuyes tu éxito siendo un artista joven?
La noción de éxito es algo medio trasnochado y de fácil confusión que muchas veces solo desvirtúa el trabajo real. Al final creo que lo importante es ser honesto, el trabajo constante y ser medio necio.
¿Qué opinas sobre la escena artística en México actualmente?
Creo que está en un punto bastante interesante y algo crítico. Me interesa mucho ver cómo se empiezan a desarrollar y cambiar las cosas en un futuro cercano. Ya existe una escena bastante clara y fuerte con personajes fundamentales, pero creo que viene una nueva energía que es innegable y ver cómo empiezan a funcionar las cosas entre lo ya existente y establecido con este nuevo arranque va a ser interesante. También hay algo dentro de la escena global que es curioso, donde ya no existe esa noción de tener que ir a las grandes capitales del arte, como Nueva York, para poder ser artista. La periferia empieza a tener una extraña visibilidad. Digo extraña ya que la era del arte global sigue regida por puntos de poder claros y hegemónicos, y en el caso de México, depende desde donde sea visto, a veces parece que su ubicación no es tan clara.
Aquatania Parte I
Hasta el 18 de Diciembre
Cuarto de Máquinas
Colima 159, Roma Norte