
Cuando hablamos de ciencia ficción, pensamos en naves espaciales y robots. Pero hay algo que muchas veces pasa desapercibido y tiene un impacto enorme en la historia: la ambientación que se logra a través de los espacios interiores: las habitaciones, los pasillos, las cocinas, los muebles; esos lugares donde los personajes habitan, piensan, sueñan, se conectan o se pierden.
El diseño de interiores en este tipo de películas no está puesto solo para que se vea “futurista”; está ahí para contar algo. Cada espacio nos dice cómo es ese mundo, qué se valora, qué se teme, y hasta cómo se siente estar vivo en él. Es decir, el diseño interior no solo decora: construye atmósferas, refleja emociones y nos cuenta cómo se vive en el futuro o en otro universo.

Espacios interiores que cuentan historias
En Blade Runner (1982), por ejemplo, el apartamento de Deckard está lleno de sombras, humedad, concreto y superficies pesadas. Es oscuro, un poco triste, casi como una cueva. Todo ese ambiente no es casualidad: acompaña el tono melancólico y caótico de la ciudad y de su protagonista.


En cambio, en 2001: Odisea del espacio (1968), los interiores son blancos, limpios, perfectos. Todo es simétrico, silencioso, casi clínico. Ahí, el futuro no es desorden ni caos, sino control absoluto. Belleza que se plasma en sus espacios puede llegar a ser inquietante.


El espacio interior como símbolo
Hay películas donde el espacio interior refleja cómo funciona el sistema. En Gattaca (1997), todo es ordenado, frío, casi impecable. Todo transmite control y perfección: las paredes, la iluminación, los muebles. En ese futuro, la belleza del espacio oculta un sistema rígido y excluyente.

Y luego está Her (2013), donde los interiores son suaves, silenciosos, llenos de madera, luz natural y colores cálidos. Aquí, el futuro no es tecnológico en exceso, sino que plantea los desafíos emocionales que surgen. Se nota la intención de hacer sentir al espectador en calma, aunque por dentro los personajes estén desbordados.


Diseños que abrazan o que incomodan
Algunas películas usan los interiores para incomodar. En Cube (1997) o The Platform (2019), los espacios son fríos, repetitivos, sin salida. Te hacen sentir atrapado incluso viéndolos desde la pantalla. Esos lugares no fueron pensados para el confort, sino para generar tensión.


¿Por qué mirar el diseño en estas películas?
Cada película usa el espacio interior como una extensión emocional o conceptual. A veces, lo notamos; otras, solo lo sentimos. Sin embargo, la elección de lo que rodea a los personajes siempre está aportando a la historia. Porque lo que pasa dentro de una casa, de una nave o de una habitación dice mucho del mundo donde se desarrolla la historia. Y también nos habla de cómo nos imaginamos el futuro: a veces soñamos con espacios luminosos y abiertos; otras veces, con cuevas tecnológicas llenas de pantallas.
El diseño interior en la ciencia ficción nos habla cuidadosamente desde lo simbólico. Nos muestra cómo podría sentirse la vida dentro de esos mundos. ¿Será cómodo o impersonal? ¿Habrá lugar para el caos, para el cariño, para el error?