Comienza con un águila posada sobre un nopal devorando una serpiente. Siete siglos de historias que se expanden desde el centro hasta la periferia, atravesando canales, chinampas, bosques, ruinas, palacios, mercados y salones de baile. 21 millones de personajes a 2,240 m de altura, rodeados de volcanes, repartidos entre más de 4 mil colonias a lo largo y ancho de 1,500 kilómetros cuadrados. Ciudad mestiza, interminable, agotadora, fascinante.
UNAM
“La Universidad, germen de humanismo y sabiduría”, cita Rufino Tamayo en la escultura principal que da la bienvenida a esta área considerada una de las obras de arte más fascinantes de Latinoamérica. Además de otras notables piezas, destacan las sesenta y cuatro cuñas de hormigón que rodean la cuenca de un antiguo lecho de lava escarpada, que recuerda el sitio mesoamericano de la pirámide de Cuicuilco. Desde su creación en 1979 por seis artistas mexicanos, el Espacio Escultórico presenta una vista única de la ciudad, que con orgullo han defendido hasta hace poco múltiples personajes del mundo de la cultura, ante cualquier propuesta que pueda afectar las características originales y el encanto de este lugar.
LA VILLA
Desde tiempos prehispánicos existía un templo de adoración a Tonantzin (deidad femenina de los mexicas) en el Tepeyac. El templo fue destruido durante la conquista y, en su lugar, los monjes franciscanos edificaron una pequeña capilla. Es ahí donde, en 1531, según se cuenta, la Virgen de Guadalupe apareció en el manto de Juan Diego, un indígena chichimeca, y pidió la construcción de un nuevo templo. El culto a la Virgen se extendió rápidamente y, hacia 1695, Pedro de Arrieta construyó la primera basílica. En 1974, un equipo liderado por Pedro Ramírez Vázquez fue encargado de levantar la Nueva Basílica, caracterizada por la estructura circular y auto-portante que hace posible que la imagen de la Virgen de Guadalupe sea visible desde cualquier punto del interior. Actualmente, es uno de los templos más visitados del mundo y el lugar de peregrinación más grande de América, al recibir de 7 a 9 millones de fieles el día 12 de diciembre de cada año.
WENCESLAO VICTORIA SOTO
Antes de que la urbe extendiera de una manera veloz sus límites y horizontes, esta colonia era campo. La única que comienza por esta consonante y que debe su nombre al biólogo y dirigente del comité estatal de la Antorcha Campesina, que abogaba por erradicar la pobreza en el país por medio de la educación. En la actualidad, puede apreciarse en sus construcciones espontá – neas, como ocurre en zonas que no estuvieron pensadas desde su origen para ser ciudad, un buen ejemplo de la frontera entre la Ciudad y el estado de México.
XOCO
Desde aquel 1974, cuando abría sus puertas con la proyección de El compadre Mendoza, en uno de los foros de los Estudios Churubusco, han sucedido múltiples cambios en sus instalaciones y en sus ofertas cinematográficas y culturales. Respetando siempre los valores de su comienzo como archivo fílmico nacional, es el organismo gubernamental encargado de conservar, preservar y difundir la obra de cine más relevante de México y más allá. Cada año puede disfrutarse de una Muestra Internacional, además de ciclos de temáticas y nacionalidades diversas. Al recinto, mucho más sorprendente y cómodo que en décadas pasadas, sigue acudiendo una amplia variedad de público.
YANHUITLÁN
Es una de las colonias aledañas a Teotihuacán y la única que comienza por “Y”. Desde aquí, uno puede visitar sitios apartados y menos conocidos de la zona arqueológica como el Palacio de Atetelco, un conjunto habitacional conocido por albergar algunos de los murales mejor conservados de la época. La iconografía predominante se refiere a la guerra, por lo que se cree que alguna vez fue sede de un cuartel o escuela militar. Es un lujo apreciar las pinturas y refugiarse en los pasillos lejos de los turistas que se concentran en las pirámides.
ZONA ARQUEOLÓGICA DE TEHOTIHUACÁN
“El lugar donde los hombres se convierten en dioses” es el significado de Teotihuacán en náhuatl y una de las ciudades prehispánicas más inmensas y visitadas de todo el mundo mesoamericano. A pesar de su misteriosa historia, es conocida su belleza y majestuosidad. Al recorrer la Calzada de los Muertos, resulta inevitable imaginar el esplendor y el barullo de más de cien mil habitantes. Además de las pirámides del Sol y la Luna, destaca la pirámide de la Serpiente Emplumada y las esculturas que representan a Cipactli que estuvieron ocultas durante siglos. El sitio es un testimonio de la riqueza cultural de la región y una capa más de la magnífica historia de la Ciudad de México.
Texto y fotos por: Felipe Luna y Nadia Del Pozo
Felipe Luna (Tokio) y Nadia del Pozo (Mallorca) son fotógrafos, escritores y editores. Han publicado su trabajo en libros de arte, antologías de viaje y revistas nacionales e internacionales como Courrier International, Diario ABC, El País, Esquire, Gatopardo, GQ, L’Officiel Voyage, Lucky Peach, Qué Leer, Quimera, Sabor Journal, Tapas, Travesías, VICE News, entre otras. Actualmente trabajan en conjunto en diversos proyectos personales y editoriales, tanto en México como en el extranjero. @efe_luna / @nadiadelpozo