Apasionada por las artes visuales, filósofa de la UNAM y ex directora de la Sala de Arte Público Siqueiros. Su trayectoria es impresionante, ahora nos cuenta como despertó su interés en esta industria y todo lo que implica su labor.
1. ¿Por qué estudiaste filosofía?
Llegué a la filosofía después de dar varias vueltas. Primero me metí a matemáticas, y pues yo tenía inquietudes de preguntas muy básicas de la vida y muy filosóficas. Francamente mi lenguaje era mucho más poético y mucho más reflexivo y me di cuenta que en las matemáticas no iba a encontrar lo que estaba buscando y así que me cambié a filosofía donde siempre debí haber empezado. Yo pensé que me iba a dedicar a hacer filosofía de la ciencia o de las matemáticas porque insistía en una búsqueda del infinito y de respuestas más de ese tipo. Pero me fui orientando cada vez más hacia la estética y hacia el arte, porque en la medida que estudiaba, descubría que los discursos filosóficos que pretenden objetividad como si fueran conocimiento científico, me incomodaban. En cambio a través del arte podía encontrar lenguajes subjetivos muy diversos que hablaban de una forma mucho más intensa de las cosas que a mí me interesaban.
2. ¿Podrías decir que la filosofía despertó tu interés por las artes visuales?
Yo vengo de una familia que está muy vinculada a las artes visuales. Desde mis abuelos que vendían arte hasta mi mamá que es historiadora del arte, yo tenía mucho de eso en mi formación. De niña siempre me llevaban a museos y me chocaba, pero pues algo seguramente se me quedó y es algo que se me dio de una manera muy natural.
3. ¿Cuál es la labor exacta de un curador de arte? ¿Tú inventas el tema? ¿Tú escoges a los artistas?
La labor es muy compleja, muy heterogénea, implica desde aspectos conceptuales de reflexión y de innovación, hasta aspectos de logística muy específica. Digamos que tienes un proyecto, pero como curador no solamente lo tienes que idear, sino que lo tienes que llevar a cabo. Ahí viene la parte difícil, porque por un lado dialogas con el artista y escoges que proyecto quieres presentar, pero después viene el trabajo con toda la gente y con todos los colaboradores que hacen posible una exposición; diseñadores gráficos, museógrafos, la gente que te da sus textos, etcétera. A veces también hay que hacer labor de fund raising. Mi labor realmente es empezar con una idea y acabar con una realidad. Como curador lo más importante es tener la capacidad de conceptuar.
4. ¿Tienes algún proceso creativo cuándo estás curando una exposición o cuándo escribes un ensayo?
En la curaduría hay mucho de proceso creativo, pero es un proceso también pragmático, ejecutivo. Es un equilibrio entre lo ejecutivo y lo creativo. El curador tiene que lograr que todo lo que quiere decir, se diga y que se respete el trabajo del artista.
5. ¿Qué significó para ti representar a México en la Bienal de Venecia?
Para mí fue realmente un momento muy emocionante, una enorme alegría recibir la oportunidad. La he asumido con muchísimo entusiasmo y con mucha responsabilidad. Me parece muy importante ver la manera en la que íbamos a posicionarnos en este contexto internacional y qué es lo que íbamos a decir. Me pareció importante que fuera un pabellón que represente a México sin ser un pabellón nacionalista que cayera en los discursos comunes de la mexicanidad. Que fuera un pabellón que hablará del trabajo artístico que se hace en México, de la gran diversidad de obras y de artistas que se pueden encontrar aquí, era en resumen llevar algo fresco, algo sorprendente, algo que siendo mexicano pueda identificarse a nivel internacional.
6. ¿Tienes alguna expectativa de la Bienal a nivel artístico?
La verdad no he querido tener ninguna expectativa. He trabajado todos los días para llevar esto a cabo, para que quede integrado en todos sus aspectos. Para que pueda consultarse en internet, para que pueda haber catálogo, para que la imagen gráfica con la que nos vamos a promover funcione, he trabajado para que el artista tenga todo lo que necesite para construir su pieza. Considero que no es bueno generar expectativas.
7. ¿En qué se basó el pabellón de México?
El pabellón se basó en la propuesta artística de Ariel Guzik que es un instrumento que se llama Cordiox el cual mide cuatro metros de altura. El artista lo construyó específicamente para la Bienal. Es un instrumento sonoro que trabaja generando armonía, una música muy especial y particular, que trabaja con la entropía del ambiente y con las energías que generan diferentes fuerzas de la naturaleza y que están ahí y que no vemos pero que generan vibraciones y energía.
Es un espacio muy difícil el que nos dieron, es una iglesia del siglo XVI pero se encuentra en un estado de deterioro; no es un cubo blanco, es un espacio lleno de historia
8. ¿Dónde y cómo te gusta pasar tu tiempo libre?
Con mis hijos, y con mi esposo, en dónde sea pero con ellos. Un año puedo tener muchas ganas de conocer un lugar y otro año puede que sea otro distinto. Me gusta muchísimo viajar, me encanta conocer lugares nuevos, me encanta la ciudad, me encanta el campo y la aventura de la naturaleza. He tenido oportunidad de viajar bastante y mucho a través del trabajo. Siempre trato de aprovechar al máximo esa combinación de trabajo y visitar ciudades nuevas, pero me encanta ir a Nueva York porque es un deleite ir a los museos de ahí, me siento muy cómoda y me muevo sola. También me gusta muchísimo ir a visitar a la familia que tenemos en Israel. Quizá esos dos lugares serían los más reiterativos en mis viajes.