Los viajeros curtidos, esos que coleccionan experiencias en las cuatro esquinas del mundo, saben que no hay casi nada que se equipare al lujo africano. En Jao Camp no es solo el privilegio de presenciar la naturaleza en su máxima expresión y de poder visitar uno de los lugares más impresionantes del mundo. A esto se le suma el poderlo gozar con todas las comodidades y descubrirlo a través de un servicio insuperable y de una puesta en escena que juega con todos los sentidos.
EL HÁBITAT Y EL COMPROMISO ECOLÓGICO
El delta del Okavango comprende valles pantanosos e inmensas sabanas inundables que son hogar de una riqueza incalculable y diversa de especies de animales, entre ellos una de las mayores poblaciones de grandes mamíferos en extinción como los rinocerontes negros y blancos, licaones –o perros salvajes africanos–, leopardos y leones. Más de 1,000 tipos de plantas se encuentran en esta extensión de 2 millones de hectáreas, 64 tipos de reptiles, cerca de 500 especies de aves, alrededor de 90 variedades de peces y más de 130 mamíferos. Es como el sueño anhelado para cualquier biólogo o conservacionista de la naturaleza.
Gracias a su vasta envergadura y al difícil acceso, el área nunca ha sido objeto de mayores desarrollos, lo que se agradece, ya que aún conserva un estado virgen y prístino. El turismo de la zona está muy regulado y los pocos campos que hay están comprometidos con el medio ambiente y en generar el mínimo impacto ecológico.
El lujoso Jao Camp de la compañía de conservación y ecoturismo, Wilderness Safaris se encuentra en el norte de Botsuana, dentro de una concesión privada en el delta del Okavango, un lugar con unas características tan especiales y únicas que es Patrimonio Mundial de la Unesco. Es uno de los pocos sistemas de deltas interiores del mundo que no desemboca en el mar, lo que lo hace bastante inusual. La mejor época para visitarlo es entre octubre y marzo.
Fueron los cazadores kenianos los primeros en establecer campamentos en esta región y hacia los años 70, viajeros en busca de aventuras los hicieron un poco más confortables. Pero hoy en día van más allá de la comodidad y ofrecen experiencias extraordinarias, de esas que quitan el aliento y se quedan grabadas en la memoria para siempre.
Jao Camp es uno de ellos y su meta es conservar este ecosistema que es su tesoro más preciado. Tiene programas como la guerra contra el plástico, pues desde 2012 implementaron la estrategia de reducir el uso de agua embotellada en un 75%. Además, el campo es opera- do en un 100% por paneles solares. El agua de los desagües es tratada en una planta para asegurar que lo que se le devuelve a la tierra cuida el medio ambiente y es dig- no de entrar a la reserva natural. Los detergentes y los amenities de los cuartos son ecoamigables y libres de químicos.
Nada de esto sería posible sin el trato amoroso y eficiente del staff delcampamento que proviene en su mayoría de comunidades remotas de esta región. El campamento tiene un fuerte compromiso con la población local, generando empleo donde no lo había. Proporciona todas las herramientas y el entrenamiento para que se conviertan en los mejores guías, operadores ecoturísticos o administradores de la hospitalidad. El campamento también hace parte del Biokavango Project, un comité que fomenta entre los locales vigilar la caza furtiva y la sobre pesca.
EL CAMPAMENTO
Las habitaciones se comunican a través de caminos de madera que se alzan a la altura de la copa de los árboles. La piscina comunal está cubierta por un entramado tejido que recuerda a un nido. Un esqueleto de jirafa se alza imponente en el nuevo Centro del Conocimiento, un espacio mitad museo, mitad galería que busca que sus huéspedes se informen sobre el área, su historia y cultura. En las áreas comunes, además del espacio del lounge, el comedor, el gimnasio y el spa, también existe un área de esparcimiento al aire libre para cenar junto al fuego y bajo las estrellas del cielo africano.
La comida puede ser servida en cada habitación o en el comedor, tienen la fórmula del todo incluido y una interesante selección de vinos surafricanos. A tan solo 20 minutos del campamento, crearon una plataforma de observación desde donde se observa con detenimiento la vida salvaje. Esta puede acomodar hasta cuatro camas con una red anti mosquitos para esos huéspedes que quieren sentir más de cerca la sorpresa de este territorio.
HABITACIONES
En medio de todo este privilegio natural, el lujo está concebido para que los huéspedes experimenten el delta en toda su compleja dimensión.
En un amanecer y sin moverse de la cama, es posible ver sobrevolar una garceta negra o un loro Meyer desde el ventanal de una de las dos espaciosas villas o las cinco suites que conforman este campamento elevado, cuya vista inmediata da a las copas de los árboles para después revelar un horizonte infinito. Aquí el hedonismo puro se respira en cada paso. Ya sea en las piscinas privadas de cada habitación, en las duchas exteriores con conexión directa a la naturaleza o en las bañeras, ideales para perderse con la mirada en el paisaje pantanoso.
Cada cuarto tiene su sala al aire libre, perfecta para una siesta al atardecer o para disfrutar de una copa de vino mirando de frente a la imponente vista llena de humedales, que puede ser interrumpida por una horda de antílopes africanos que huyen en estampida de su depredador el león. También tienen una sala y un espacio comedor. Y para aquellos que deseen elevar la experiencia, las dos villas, que acomodan a cuatro personas en sus propios cuartos, cuenta con el servicio de un guía, un chef, un auto privado y un mayordomo.
DISEÑO DE AVENTURA
Jao Camp fue construido en 1999 y remodelado en 2019, después de ocho meses de trabajo. Wildereness Safaris encargó el proyecto a la diseñadora Lesley Carstens y su esposo, Silvio Rech, un artesano surafricano y cuarta generación de italianos, fueron los encargados de hacer el diseño original y toda la renovación. Guardaron el mismo lineamiento de usar tonos neutros para que el interior se mimetice con el exterior, el uso de la madera palo de rosa en techos y pisos, y el mobiliario fue diseñado exclusivamente para Jao Camp, haciendo uso de saberes artesanales y el lujo de lo hecho a mano. La inspiración siempre ha sido la África tribal mezclada con el diseño contemporáneo occidental.
ACTIVIDADES
Relajación, contemplación y adrenalina se conjugan en Jao Camp. Después de un día de safari donde se puede sentir la inmensidad y la nobleza de un elefante o la elegancia sinuosa de un leopardo, ya sea en auto, bote o helicóptero, nada mejor que combinarlo con un tratamiento en el spa que es como un bálsamo para el cuerpo. Los paseos se pueden realizar también en mokoros (canoa tradicional) que generan calma y silencio, pero también se puede ir en lanchas rápidas. Hay safaris nocturnos en autos 4×4 e incluso a pie.
No hay duda de que una estadía en este templo de la naturaleza no solo genera memorias imborrables, sino que supone un recorrido que cambia la vida.
ACERCA DE WILDERNESS SAFARIS
En 1983, los fundadores de Wilderness Safaris, entonces dos guías de safari enamorados de las regiones más remotas y salvajes de África, se dieron cuenta de que algunas áreas y especies animales características de África corrían el peligro de desaparecer. Su objetivo era proteger aquellos lugares al permitir que las personas los visitaran y que el beneficio de ello fluyera de regreso al país y a sus comunidades.
Ese objetivo no solo se ha cumplido ya varias veces, sino que también ha logrado extender esa visión de conservar y restaurar la flora y la fauna de África al crear travesías que propician acciones positivas en otras partes del planeta Wilderness Safaris, se enfoca en compartir las áreas salvajes de África con sus visitantes, con el propósito de marcar una diferencia en el país, su gente y sus especies animales y vegetales.
Cada acción tiene ese propósito, ya sea al implementar soluciones para proteger especies en peligro de extinción, integrar a sus operaciones a los habitantes de la zona o buscando continuamente innovaciones que neutralicen e incluso reviertan la huella ambiental.
@wearewilderness
wilderness-safaris.com
Texto por: Liliana López Sorzano
Fotos: Cortesía de Wilderness Safaris