Comenzar un desfile de moda con un manifesto, no pudo ser sino la mejor presentación de Jorge Ayala, quien pintó un mural de musas vestidas con su marca, Jorge Ayala Paris, sobre las escaleras del Museo Soumaya durante el desfile de su última colección: Alta Cultura. Ayala personifica al diseñador moderno, con un perfil que demuestra la ductilidad de un trabajo que realiza con maestría y que revela una relación muy estrecha con sus creencias, trayectoria profesional y raíces.
El trabajo de Ayala se puede explicar en cuatro principales direcciones. Primero, como arquitecto a través de piezas que ponen en evidencia la construcción de patrones a escala que adoptan distintas figuras; segundo, como diseñador de moda, empleando diferentes elementos para crear prendas funcionales y bellas; como artista, haciendo una clara revelación de su personalidad; como activista, haciendo una firme declaración de libertad, exorcizando los estereotipos y retando los límites preestablecidos.
Por otra parte, los diseños de Ayala revelan sus raíces mexicanas a través del uso de tejidos y colores, alejándose de los clichés de las piezas folclóricas y colocándose como abanderado de creaciones de vanguardia. El ADN de la alta costura, legado naturalmente de la moda parisina, también es otro de los estandartes que guían a Jorge Ayala; además, este mismo espíritu multicultural revela distintas influencias sobre sus colecciones, desde el uso de siluetas clásicas de Asia, hasta la utilización de telas del Medio Oriente, aprovechando el legado rebelde de la moda ochentera como una de los sellos que caracterizan de sus diseños.
Los modelos de Ayala son complejos y resultan en un collage de estilos eclécticos que juntos integran creaciones únicas. Statement pieces que hablan tanto del legado cultural de Ayala, como también de una inconformidad ante la industria de la moda por las líneas del fast fashion, ponen en evidencia un nuevo despertar de la consciencia del consumidor y las casas de moda que entablan un diálogo sobre la permanencia y repercusión social, económica y ambiental que significa la moda; un diálogo en el que se muestra el papel del diseñador no solo como creador de prendas, sino también como un agente del cambio a un nivel más próximo al consumidor. La formación de Ayala como arquitecto está claramente plasmada en sus diseños. A través de una composición estructural, sus creaciones revindican el lugar de la prenda como una pieza independiente que, al igual que un edificio, sirve como un reflejo de la sociedad en el tiempo en el que es creada, pero con una función más íntima con quien la porta y a una escala más pequeña.
Jorge Ayala llega a con una propuesta de diseño evocativo que trasciende los límites de la moda concebida únicamente como un oficio aportándole voz propia. Fue Pablo Picasso quien dijo, “El arte es peligroso, el arte no es casto; no están hechos para el arte los inocentes ignorantes. El arte que es casto no es arte.” Si siguiéramos esta premisa, no hay más que ver el trabajo de Ayala con cuidado, pues si algo es seguro, es que Ayala llega a retar al espectador con una propuesta transgresora, cruda e innovadora.