Texto por: Andoni Aldasoro
Fotos por: Lidia R. Wah
Como en un laberinto, dejarse conducir entre canales y callejones se convierte en una manera incomparable de conocer esta vieja ciudad.
Cierra los ojos, o mejor no, puede que sientas un ligero mareo. Mira a tus costados ¿qué ves? ¿Palazzi, iglesias, puentes, torres? La gran masa de agua por la que está flotando tu embarcación te hace pensar cómo es que puede una ciudad existir prácticamente al nivel del mar. Luego recuerdas aquellas imágenes que viste en los noticieros, las inundaciones. No es la primera vez que visitas Venecia, o quizá sí, de todas formas se ve diferente, y se verá diferente siempre que vayas. Ha de ser algo con el agua y los efectos que provoca en la piedra, en la madera. El vaporetto en el que te encuentras ha llegado a una estación, sin saber siquiera de cuál se trata; decides bajar. Sabes, porque sabes muchas cosas, que la basílica que está frente a ti es Santa Maria della Salute, en el distrito Dorsoduro; sabes también que alguno de esos callejones te llevará, tarde o temprano, a la Piazza San Marco, al Puente del Rialto, pero no sabes cuál y no te importa. Encuentras innecesario visitar Venecia con una agenda establecida. Los turistas temen perderse. Tú no. Tú encuentras el verdadero significado de viajar en lo inesperado, y vaya que Venecia es el mejor lugar para ello. Al principio, todos somos turistas, tú también lo fuiste; pero eso quedó atrás cuando enriqueciste tus viajes con libros, con música y con arte.
Palabras y trazos
Dividida en seis distritos, o sestieri, la enmarañada Venecia está conformada por Cannaregio, Santa Croce, San Polo, Castello, Dorsoduro, Giudecca y San Marco, siendo éste último el más pequeño, pero también el más popular entre los turistas. Las seis franjas horizontales que adornan los famosos suéteres de los gondoleros tienen su origen en estos sestieri. Esto ya lo sabías. Posiblemente sepas muchas cosas más tras haber leído El mercader de Venecia, del William Shakespeare, más por una curiosidad viajera que por un genuino interés literario. En este mismo tenor, con seguridad has apreciado las pinturas de artistas italianos del Renacimiento como Andrea Mantegna, Vittore Carpaccio o Paolo Veronese, tal vez ni siquiera hayas conocido sus nombres pero sí puedes recordar, o crees ahora hacerlo cuando estás ante vistas muy parecidas, las sensaciones de añoranza que te produjeron.
Señales e instinto
Perderse en Venecia es relativamente fácil, los visitantes han venido perfeccionando esta disciplina por siglos, pero hay dos maneras de hacerlo. La primera, la más común, es cuando esto sucede mientras llevamos un mapa en la mano, se empieza a dudar de la veracidad del cartógrafo que se encargó de trazar las calles, se dará vueltas al papel, se maldecirá en el idioma natal del afectado. Se dejará, más pronto que tarde, de disfrutar el viaje. La segunda, por el contrario, sucede cuando nos dejamos guiar por las señales y por los instintos, y aquí es cuando los viajes devienen en hallazgos interesantes.
Te encontrabas en el sestieri de Dorsoduro. Este distrito es conocido por albergar casi toda la comunidad universitaria de Venecia, y esto lo convierte en uno especialmente animado: los cafés son ruidosos; los restaurantes, que suelen tener precios más bajos, son muy concurridos por venecianos con computadoras portátiles y backpacks; fuera de eso, la lejanía de los atractivos turísticos lo convierten en un vecindario bastante tranquilo.
Sabes, porque lo viste en algún lugar, que en Dorsoduro se encuentra la Gallerie dell’Accademia. Aquí se encuentra la colección más grande de artistas como Tintoretto, Tiépolo y Tiziano. Las más de veinte salas que conforman la galería pueden resultar abrumadoras, pero uno siempre sabe qué pinturas merecen una apreciación más a fondo.
Caminando hacia el Gran Canal, el cuerpo de agua más grueso que irrumpe en la geografía de Venecia, podrás llegar a la Peggy Guggenheim Collection, el espacio dedicado al arte moderno más importante de la ciudad. Situada en el Palazzo Venier dei Leoni, esta galería habita ahora la antigua residencia de la coleccionista estadounidense, y aunque no vayas a visitar las exhibiciones temporales, pasearte por sus terrenos y sentarte a admirar la vista al Gran Canal, hacen que la vuelta valga la pena.
Al otro lado del Canal puedes advertir la torre que indica dónde está la plaza San Marcos, pero aún no deseas llegar al atestado corazón de Venecia. Decides visitar Santa Croce, distrito que, junto con San Polo, forma el cuerpo central de la serie de islotes del Veneto.
Palazzi y luces que se ven mejor de noche
Afirman que visitar Venecia y no recorrer alguno de los palazzi convertidos en museos es como no haber estado en Venecia; puede que esto sea verdad. De cualquier forma, en Santa Croce hay oportunidad de toparse con algunos de los más hermosos de la ciudad. Sorpresivamente, decides visitar una iglesia, una pequeña: San Stae, dedicada a san Eustaquio y construida en 1670. La fachada que ostenta un estilo barroco tardío es una de las edificaciones sacras mejor conservadas del distrito. Aun si no traspasaras sus altas puertas, la visión de sus columnas será recompensa suficiente.
Durante todo el recorrido has eludido la idea de abordar una góndola. Posiblemente al final del día, y por razones de comodidad, decidas dejar de darle negativas a esta experiencia que, a pesar de estar confeccionada para el turismo, aún tiene su encanto. Las largas embarcaciones, lo artesanal de la labor de los gondoleros, la sensación de flotar sobre estos canales sin el zumbido incesante del motor de los vaporetos, en verdad que tiene su encanto.
Tras dar una vuelta, tomar una calle, o atravesar un estrecho canal, te encuentras ante un edificio inesperado. Al momento no sabes de qué se trata, pero después averiguarás que se trata del Museo de Historia Natural. También averiguas, esto sí al momento de contemplarlo, que este palazzo se vería mejor de noche, cuando las luces interiores se reflejen en la superficie del Gran Canal. Intentas retrasar mentalmente la ruta que te ha conducido desde que descendiste del vaporetto hasta este punto, pero encuentras que no es posible, y sabemos que no te gusta usar mapas. Sería sencillo pedir direcciones, pero resuelves que el tiempo que tienes destinado a perderte en Venecia es poco (siempre lo es) y no vale la pena volver sobre el camino andado.
De aquí podrás decidir libremente el camino a tomar: ¿San Polo? ¿San Marcos? ¿Abordar un vaporetto para ir a las islas de Lido, de Murano? ¿Sucumbir al llamado de los gondoleros?
Relojes, multitudes y verdaderas atracciones
¿De qué sirve perderte geográfica, si no lo haces también temporalmente? Y con esto hablamos de perder también el reloj. Si no tienes a dónde ir, nunca podrás llegar muy tarde, o muy temprano, o a tiempo. El paso de las horas poco significará.
De las multitudes, por más que sea tu deseo escapar, nunca lo lograrás por completo. Venecia, aun en sus temporadas bajas, sigue siendo uno de los destinos más visitados por los viajeros. A pesar de esto, te sorprendería lo poco que el grueso de los viajeros recorre de esta ciudad, concentrando sus caminatas en muy pocas calles y monumentos. No será mayor problema, otra vez, perderte.
Una de las principales atracciones, al menos para los viajeros auténticos, no será la Basílica de San Marcos, o el Puente del Rialto, mucho menos el de Los Suspiros. El verdadero hallazgo será toparse con la gente que habita Venecia, que compra focos en la ferretería local, la que compra ingredientes para la comida en la frutería de la esquina, la que tiende su ropa al sol y a la vista de todos. El lujo de encontrarse con algo real en medio de toda esta pomposidad cultural, artística e histórica, radicará en encontrarse frente a una persona que hace de estas callejuelas y canales su hogar.
Guía de Venecia
DÓNDE COMER
Paradiso Perduto Venezia
Altamente recomendada por los mismos venecianos, esta ruidosa marisquería cercana al barrio judío, cuenta con largas mesas rectangulares que propician la conversación y la convivencia entre los comensales. ¿La especialidad? Pescados, mariscos y pasta casera. Por si fuera poco, es también un club de jazz.
D. Fondamenta Misericordia, 2540, Venecia.
T. +39 041 720581
P. https://ilparadisoperduto.wordpress.com/
DÓNDE TOMAR ALGO
Harry’s Bar
Que el nombre anglosajón no te engañe, Harry’s es uno de los bares más tradicionales de Venecia. Tras esta barra nació el famoso Bellini, jugo fresco de durazno con vino espumoso, inventado por Arrigo Cipriani. Inaugurado en 1931, este bar era el local preferido por la aristocracia europea del siglo pasado.
D. Calle Vallaresso 1323, San Marco, Venecia.
T. +39 041 528 5777
P. http://harrysbarvenezia.com/
DÓNDE DORMIR
Locanda Orseolo
Situado en un patio oculto por callejuelas, este hotel boutique de solo doce habitaciones está sorpresivamente muy cerca de la plaza de San Marcos. Aunque ostente el estilo tradicional veneciano, el Locanda Orseolo se aleja de los estereotipos locales como las máscaras del carnaval y las reproducciones de cuadros.
D. Corte Zorzi 1083, San Marco, Venecia.
T. +39 041 520 4827
P. http://www.locandaorseolo.com/es/
QUÉ VISITAR
Peggy Guggenheim Collection
D. Palazzo Venier dei Leoni, Dorsoduro, Venecia.
Horario: 10am – 6pm, cierra los martes.
T. 39 041 2405 411
P. http://newsletter.guggenheim-venice.it/admin/index.php
Vetreria Ducale
D. Fondamenta Navagero, 76, Murano, Venecia.
T. 39 041 527 5284
P. http://www.ducalemurano.com/it/
Galería Internacional de Arte Moderno
D. Santa Croce 2076, Ca’ Pesaro, Venecia.
Horario: 10am – 6pm. Cierra los lunes.
T. 39 041 72 1127
P. http://capesaro.visitmuve.it/
Andoni Aldasoro
(Ciudad de México, 1977)
Una temprana afición por los aeropuertos, mezclada con un desmedido afán por coleccionar libros de viajes, me llevaron a escribir sobre los lugares que visito. Estoy convencido de que la mejor manera de inspirar a los lectores a viajar es haciéndolos sentir, por medio de las letras, que se encuentran ahí mismo; en ocasiones lo logro más que en otras. He ganado dos premios al mejor artículo de revista por Canadá a Voces; y varios textos míos han sido incluidos en colecciones de relatos de viaje.