Monumentales esculturas cobran vida en el desierto, en una celebración donde la expresión y la creatividad no tienen límites.
Seguramente has escucha- do hablar del festival Burning Man. Si no has ido, al menos has sido testigo de las impactantes fotografías que muestran a miles de burners con vestimentas eclécticas bailando en las dunas, acampando en medio de caravanas temáticas y desplazándose en bicicletas con leds a través de tormentas de arena y monumentales obras de arte, en lo que pareciera ser una fiesta interminable.
Las imágenes, dignas de una película de ciencia ficción, retratan lo que sucede en la aclamada “playa” donde las fronteras entre la audiencia y el escenario, el día y la noche, la realidad y la fantasía se fusionan para dar cabida a cualquier forma de expresión artística en lo que podría definirse como una utopía social.
Más allá de una festividad desafiante, Burning Man es uno de los espacios de exhibición al aire libre más grandes del mundo y un importante promotor de arte contemporáneo. Gran parte de los recursos recaudados mediante la venta de boletos y donaciones son destinados a financiar el arte, no solo las costosas y cada vez más sofisticadas esculturas que se exhiben en el festival, sino también a apoyar iniciativas artísticas alrededor del mundo.
“El arte es uno de los principales protagonistas de Burning Man, es lo que le da movimiento a la comunidad”, explica Paolo Montiel Coppa, reconocido artista audiovisual. “La mayor área de Black Rock City está destinada exclusivamente para arte en la playa, las glorietas de la ciudad y dentro de los campamentos. Además, existe un departamento para apoyar a todos los burners con la instalación de sus piezas”, añade Coppa, quien forma parte de la comunidad artística de BM desde hace más de 10 años.
La primera edición del experimento artístico se celebró en 1986, en la Ciudad de San Fran- cisco. Los asistentes eran principalmente californianos liberales atraídos por un modelo comunista, ya que durante esos días no existe otra forma de economía que el trueque. Posteriormente, la festividad se trasladó a Black Rock City: una metrópoli temporal construida en el desierto de Nevada que cobra vida durante una semana. En su más reciente edición, el espacio “sagrado” reunió a cerca de 80 mil asistentes de todo el mundo, quienes acudieron al llamado en busca de un camino personal hacia la creatividad, la euforia y una experiencia extrema en todos los sentidos.
ESCULTURAS PARA DESAFI-ARTE
Imponente y a la vez alcanzable, majestuoso, pero íntimo; surreal y espiritual, comunitario y cercano, así se vive el arte en Burning Man, con esculturas gigantes que embellecen el paisaje durante el día y cobran vida durante la noche mediante complejos juegos de iluminación.
Es imposible permanecer indiferente ante las colosales construcciones que alcanzan hasta 30 metros de altura e invitan a los asistentes a interactuar con ellas o sumergirse en un momento de profunda reflexión mientras recorren el desierto en busca de nuevas experiencias.
Para participar, los artistas deben enviar su propuesta. Las esculturas son seleccionadas tomando en cuenta la temática de la obra, el material de construcción, la logística y el desmontaje. Pues no debemos perder de vista que, sumado al reto de montar en las condiciones adversas del desierto, al finalizar el festival debe desaparecer cualquier rastro de las majestuosas piezas. Por ello, algunas se queman junto con el hombre gigante (que da nombre a la celebración), impidiendo que quienes no acudieron puedan disfrutar de las cada vez más sofisticadas creaciones.“Montar una pieza en BM es todo un reto. Debes planear muy bien los recursos y tiempos de ejecución porque, si te falta algo, te toma todo un día ir y regresar de la ciudad más cercana”, explica Coppa. “A veces llueve o hay tormentas de arena y tienes que parar hasta 12 horas sin poder avanzar. Por otro lado, se dan increíbles colaboraciones y sinergias entre los artistas”.
El creativo explica que en las últimas ediciones se observa una tendencia hacia piezas tecno- lógicas que utilizan complejos sistemas de iluminación y programación, lo que fomenta interacciones innovadoras entre la comunidad y permite transmitir mensajes de formas creativas.
Debido a las dimensiones y los elevados costos de producción, cada vez más obras son fondeadas mediante crowdfunding o donativos, y algunas (las que no se queman) son desplazadas posteriormente a un museo o espacio público, donde los que se perdieron del evento tienen la posibilidad de apreciarlas.
MEMORABLES Y TRASCENDENTES
Es difícil hacer una selección entre las cientos de esculturas que se han expuesto en esta ciudad temporal, inspirando y marcando a miles de viajeros. Seleccionamos algunas que resaltan, ya sea por su emotividad, su ingeniosa construcción, exorbitante costo o su innovación.
BIG RIG JIG (2007)
La impresionante e intimidante escultura muestra de forma surrealista dos camiones cisterna de petróleo casi suspendidos en el aire. La pieza alcanzó 14 metros de altura y fue construida por el famoso escultor norteamericano Mike Ross. Concebida como una escultura y también como un espacio arquitectónico donde los visitantes podían reunirse, hace una crítica sobre la insostenible política petrolera.
EMBRACE (2014)
La memorable escultura de más de 20m de altura es una de las más caras en la historia de BM, con un costo de casi 500 millones de pesos (265 mil dólares), de los cuales cerca de 100 millones fueron recaudados mediante una campaña en Kickstarter. La pieza, obra de The Pier Group, muestra dos figuras humanas unidas en un abrazo y es un recordatorio de la importancia de disfrutar el momento y pasar tiempo con las personas que amas. Para su construcción se emplearon más de 160 mil toneladas de madera. La escultura fue quemada al finalizar la celebración.
LOVE (2015)
La icónica escultura del ucraniano Alexander Milov es una de las piezas más emotivas construidas para el evento. Se trata de un hombre y una mujer de alambre sentados espalda contra espalda. Por la noche, dos figuras de niños brillan al interior, e intentan tocarse. En palabras del artista, “Muestra el conflicto entre un hombre y una mujer, así como la expresión externa e interna de la naturaleza humana”.
SHRUMEN LUMEN (2016)
La llamativa instalación consta de un jardín de cinco hongos luminiscentes de origami que responden a la interacción humana. Cada hongo está hecho de láminas de plástico corrugado (dobladas a mano y soldadas entre sí). La pieza es considerada una experiencia interactiva ideada por el colectivo FoldHaus, que emplea una estructura mecánica para activar el movimiento. Por la noche, más de 1,600 luces LED iluminan los hongos desde el interior, cambiando por completo la percepción y creando una experiencia mágica.
ÁRBOL DE TÉNERE (2017)
La escultura de un “árbol” interactivo llamó la atención por un complejo sistema de iluminación que consta de 175,000 leds ocultos en 25,000 hojas que cambiaban de color, basándose en factores como el viento y la luz. El árbol, que pesaba hasta 10,000 kg, fue diseñada por Drift Color y es un homenaje al árbol que vivió solitario en el desierto del Sahara hasta 1975. Sirvió además como un punto de encuentro y una “sombra” para los asistentes.
STONE 27 (2019)
La pieza de Benjamin Langholz consistió en un camino de 27 piedras flotando sobre el suelo en for- ma circular. El artista, junto a dos ingenieros estructurales, empleó materiales industriales inspirados en la simplicidad, el minimalismo y las matemáticas para dar un mensaje de claridad y conciencia en un mundo material.
EMPYREAM TEMPLE (2022)
Cada año se comisiona un templo que funge como un lugar sagrado al cual acuden los burners para meditar, escribir deseos o buscar una conexión espiritual durante la celebración. En línea con el tema de este año, el MuLtiverso, centrado en las posibilidades y las realidades infinitas, Empyrean fue diseñado por el arquitecto Laurence Renzo Verbeck y la artista Sylvia Adrienne Lisse. La construcción geométrica consiste en una estrella de ocho puntos, de 60 metros de diámetro. Como es costumbre, la instalación se quemó después del festival para inspirar una sensa- ción renovadora y comunitaria.
PARADISIUM (2022)
Creado por Dave Keane y Folly Builders, se trata de un bosque sustentable interactivo construido con madera recuperada y árboles quemados en el incendio de Santa Cruz.