Fundada en 1542 por Francisco de Montejo, la llamada Ciudad Blanca es famosa por el espíritu cálido y hospitalario de su gente, su distintivo y bohemio ambiente romántico en el que los estelares son la clásica trova yucateca y las alegres bombas, y por supuesto, su emblemática gastronomía. Es además una de las puertas de entrada al mundo maya, a espectaculares escenarios naturales, haciendas llenas de historia y pintorescos pueblos.
Paseando por el Centro Histórico
Pasear a pie por el Centro Histórico y el Paseo de Montejo, aprovechando el recorrido para conocer la Catedral, los portales de Santa Lucía, el Teatro Mérida de estilo art decó, el Museo de Arte Popular y el Palacio Cantón que alberga al Museo Regional de Antropología de Yucatán. En esta zona encontrarán pequeñas tiendas y boutiques para adquirir finas artesanías locales como las tradicionales guayaberas de lino, huipiles y textiles bordados a mano o joyería en filigrana de oro y plata.
Recorriendo las antiguas haciendas henequeneras
Mérida es una ciudad rodeada de antiguas haciendas que, con el tiempo, se han ido restaurando. Este recorrido es muy placentero por la hermosa arquitectura de estos vestigios que viven sumergidos en un paisaje natural de vegetación muy exuberante que por las noches se bañan de estrellas. Algunas de las haciendas que vale la pena visitar y hospedarse en ellas son: Itzincab Cámara, San Pedro Ochil, Temozón Sur y Hacienda Teya. Dentro de la ciudad está Rosas & Xocolate, una antigua casona que convirtieron en hotel boutique. No olviden probar lo más representativo de la cocina local en Habaneros o la vanguardista propuesta del Chef Roberto Solís en Néctar. Para comida regional típica y sabrosa, La Chaya Maya.
Conociendo la historia de nuestros ancestros mayas
Programar un día de visita al complejo arqueológico de Chichén Itzá y Valladolid, una de las más antiguas ciudades coloniales del estado donde merecen la pena la Catedral de San Gervasio y el Convento de San Bernardino. De regreso a Mérida, hacer una parada en Izamal, un importante centro ceremonial maya, sobre cuyas ruinas se construyó el impresionante Convento de San Antonio de Padua; en este encantador Pueblo Mágico se puede comer en Kinich, en el que su propietaria Miriam Azcorra retoma las bases de la genuina cocina yucateca.
Sumergiéndose en el paraíso natural que ofrece la península
Planear una escapada de fin de semana hacia la Reserva de la Biósfera de Celestún para observar flamencos rosas en su hábitat (la mejor temporada es de noviembre a abril). Durante estos días se puede conocer el sitio arqueológico de Uxmal, considerado Patrimonio de la Humanidad y el ex Convento de San Francisco de Asís en Umán, uno de los más impresionantes de la región. También se pueden explorar las cavernas subterráneas del cenote San Ignacio, un must para los amantes del buceo. Para hospedarse, reservar con tiempo en Chablé Resort & Spa, fue nombrado el mejor hotel del mundo, posee un spa de primera y el concepto de su restaurante ha sido desarrollado por Jorge Vallejo, chef del Quintonil.
Sumergiéndose en el paraíso natural que ofrece la península
Planear una escapada de fin de semana hacia la Reserva de la Biósfera de Celestún para observar flamencos rosas en su hábitat (la mejor temporada es de noviembre a abril). Durante estos días se puede conocer el sitio arqueológico de Uxmal, considerado Patrimonio de la Humanidad y el ex Convento de San Francisco de Asís en Umán, uno de los más impresionantes de la región. También se pueden explorar las cavernas subterráneas del cenote San Ignacio, un must para los amantes del buceo. Para hospedarse, reservar con tiempo en Chablé Resort & Spa, fue nombrado el mejor hotel del mundo, posee un spa de primera y el concepto de su restaurante ha sido desarrollado por Jorge Vallejo, chef del Quintonil.
Para agendar
- Mérida Fest (enero)
- Fiesta patronal de Izamal (noviembre-diciembre, ideal para ver las tradicionales vaquerías)