Michel Rojkind se ha convertido en uno de los arquitectos más emblemáticos de nacionalidad mexicana. Después de estudiar la carrera de arquitectura en la Universidad Iberoamericana, Michel fundó su despacho llamado rojkind arquitectos en el año 2005 el cual hoy en día es reconocido por el Architectural Record como uno de los diez despachos destacados en la arquitectura vanguardista. Su trabajo alcanza nuevos horizontes que evocan nuevas identidades a través de la exploración de espacio, tecnología y función. Durante su trayectoria como arquitecto ha ganado varios premios y tiene diferentes y reconocidas obras como el Liverpool de Paseo Interlomas, el restaurante japonés Tori Tori, la Casa PR34 y la Casa F2.
¿Cómo decidiste convertirte en arquitecto?
Todo surgió por mi inquietud de querer cambiar las cosas, nunca supe de verdad el porqué, pero había ciertos espacios que me llamaban la atención. A veces era la manera en la que entraba la luz o la atmósfera de un lugar, en general siempre me han gustado mucho las artes visuales. Curiosamente comencé a estudiar arquitectura en la Ibero a la par de estar trabajando con música (estuve muchos años con Alex Syntek), fue gracias a los viajes que realicé como músico que redescubrí lo mucho que me gusta la arquitectura, el poder conocer lugares nuevos, espacios públicos, infraestructuras y economías. Me brindó la oportunidad de obtener un bagaje muy importante, lo cual me encantó.
¿Eres músico con oficio de arquitecto o arquitecto con oficio de músico?
Creo que soy un explorador de cosas, alguien que va llenando su mochila de experiencias. Las dos profesiones me van nutriendo de diferentes formas, a tal grado que cuando dejé la música para dedicarme por completo a la arquitectura, sentí un vacío enorme y me fui a estudiar cine a Nueva York. Considero que debemos estar alimentándonos constantemente de cosas que a veces no sabemos cómo van a acabar. Nunca terminas un viaje, no llegas a un final, sino que siempre quieres más, para alimentar tu cabeza, cuerpo y alma y eso es lo que nos hace crecer. Por lo que a veces el arquitecto sigue sacando al músico de vez en cuando y el músico al arquitecto.
¿Cómo defines tu estilo, es decir de qué manera inicia tu proceso creativo?
Tratamos de no definirnos ya que al hacerlo te encasillas en algo. No sabemos nunca cuál será el resultado ya que nuestros proyectos son hechos a la medida, no tenemos un cajón lleno de proyectos donde la gente viene a escoger. Buscamos trabajar con la gente y hacer diagnósticos con ellos, es decir cómo viven, cuál es la filosofía de vida con su familia y así creamos un proyecto único. Cuando se trata de proyectos más grandes como fue el caso de la Cineteca Nacional, nos interesa que la arquitectura de un poco más de lo que se le pidió. Para que un edificio exista debe darle algo a la comunidad, no simplemente ser bonito, sino ofrecer un “valor agregado”.
¿En qué momento decides buscar tu propio camino y fundar rojkind arquitectos?
Afortunadamente la música me brindo cierta estabilidad económica lo que me permitió empezar por mi cuenta, tuve la oportunidad de hacer lo que quería, la gran ventaja de empezar a ofrecer la arquitectura que me parecía buena. La voz comenzó a correrse y empezaron a llegar los clientes. Al principio era difícil convencerlos porque me veían como baterista y no como arquitecto. Fue una cuestión de irnos ganando a la gente poco a poco. Después de un tiempo me asocié con Isaac Broid y Miquel Adriá, ambos grandes amigos y personas sumamente cultas. Estuve con ellos durante tres años, tiempo en el que aprendí muchísimo y tuve la oportunidad, a una edad muy joven, de relacionarme con arquitectos muy reconocidos de otras generaciones como Teodoro González de León y Legorreta. En 2001 decidí sepárame, quería experimentar más, salir un poco de mi zona de confort, entonces forme rojkind arquitectos y hace dos años me asocié con Gerardo Salinas.
¿Cuál crees que ha sido tu mayor logro laboral?
El no ceder, no hacer cosas porque las pagen, sino porque creemos que están bien hechas. Siempre es importante escoger proyectos en los que crees, en los que sabes que puedes hacer alguna cosa diferente. Por ejemplo hace poco con Liverpool hicimos un parque en la azotea de su edificio de Interlomas, el cual se convirtió en una zona gastronómica que ahora cierra a las 2 am, cuando la tienda de Liverpool era de 10 a 10. Éste es sólo un ejemplo de que el diseño es capaz de hacer cambios. Hay una inestabilidad tan grande a nivel mundial, que nos otorga una oportunidad para ver qué pueden provocar las cosas que diseñamos, desde el objeto más pequeño hasta el objeto más grande.
¿Cómo ves a México en términos de diseño y arquitectura?
Me encanta, México me fascina, el caos. Conforme pasa el tiempo quiero más a mi país. Hoy todo el mundo está volteando a países como el nuestro, porque todos los sistemas que han funcionado a la perfección, en cuanto hay una crisis hay una inestabilidad tremenda y no saben qué hacer. Como mexicanos estamos mentalizados a salir adelante a cómo dé lugar, porque siempre hemos estado medio jodidos. Lo puedes ver como medio jodido mal, hoy lo veo como medio jodido de poca madre porque te da oportunidades de repensar cosas. El que el sistema no funcione a la perfección es increíble. Si te dejas permear por todo lo que pasa en México es una maravilla de lugar para ser creativo, puedes pensar en qué proponer o en qué hacer, en cualquiera de las artes. Como arquitecto es el mejor lugar para estar, todo el tiempo hay algo que se puede mejorar. Siempre me burlo con mis colegas suizos, les digo “Si yo viviera en Suiza me pico los ojos porque todo funciona perfecto, con un orden”. Aquí tenemos una provocación todo el tiempo, un estado de alerta que nos da una sobre estimulación para poder crear, la cual no existe en ningún otro lugar.
¿Qué cualidades crees que deba tener un arquitecto?
Lo primero es sentido común, poder ver las cosas como usuario y dejarse permear por los cambios que puedes realizar. La arquitectura siempre comienza con razonamientos muy lógicos, después entra el tema del diseño que quieres expresar. Además hay ciertas cosas que condicionan un proyecto, que finalmente son duras y crudas, estadísticas que debes tomar y utilizar.
Si no hay un sentido común e intuición para manejar las cosas es muy difícil comenzar, por eso siempre debes investigar un proyecto primero. Así fue como logramos el Museo de Chocolate de Nestlé, que nadie nos pidió. Cuando nos invitan a un concurso pequeño para hacer un túnel dentro de la fábrica para que los niños pudieran meterse a ver como se producía el chocolate, nos dimos cuenta que en el transcurso del camino los niños se iban a aburrir, ya que para llegar debes pasar 40 minutos en el tráfico y lo único que ves es fábrica, tras fábrica. Por lo que pensamos que debía haber algo más y nos dimos cuenta que no existía un Museo de Chocolate. Algo raro y triste ya que en México se inventó el chocolate. Hablamos con Nestlé y el museo acabo siendo abierto al público, llegamos a la sociedad y logramos provocar a un cliente.
Hablando de tus estudios ¿Te consideras arquitecto, diseñador o artista?
Considero que en el futuro se van a acabar los términos, el día de mañana vas a ser una persona que acumula unos ciertos créditos en su vida y es capaz de realizar ciertas cosas por todo lo que estudió. Pero hay una obsesión del ser humano en acotar todo “soy arquitecto con especialización en tal…”, entonces que no podemos ser otra cosa, es algo chafa ya que el mundo necesita gente mucho más versátil. Es algo que me pasaba a mi cuando estudiaba arquitectura siendo músico, me decían que no debía hacer dos cosas al mismo tiempo. Pero ahora lo veo con mis alumnos, que tienen 4 o 5 profesiones y el que no las tiene está limitado. Creo que trato de diseñar cosas que la sociedad requiere en cuanto a cambios. Debemos estar atentos, tener cierta intuición acerca de lo que está pasando. Así fue como surgió la idea del balón de fútbol Soccer Agent, un balón con chip de radio frecuencia que al entrar a la portería se prendía. Considero que la clave es nunca dejar de preguntarte, no creer que ya tienes todas las respuestas.
¿De dónde viene la idea del uso de la geometría en tu trabajo?
De exploraciones, me encanta explorar. Nos cuestionamos todo el tiempo, el tema de la pared, sus muros, los grados de inclinación y así la geometría va saliendo de acuerdo al proyecto y a lo que estemos investigando. En el caso del Museo de Chocolate tenía que ver con una serie de recorridos y rampas, de ahí empezaron a salir unas cosas de faceteados, y luego por ahí le llamaban el alebrije rojo, ya que tenía una forma de juguete. En el caso de Nestlé en Querétaro tuvimos que realizar un muestral respetando los arcos y la cantera, ya que se encuentra en el centro histórico que es patrimonio de la humanidad, por lo que decidimos reinterpretar los arcos e hicimos unas geometrías que fuimos cortando con círculos muy grandes. Todo empieza a suceder como la mezcla de resultados entre lo que el cliente quiere, lo que nos permite la condición política, económica y social, y finalmente lo que puede suceder como una cosa adicional.
¿Qué es más importante, diseño o funcionalismo? ¿En la arquitectura puede existir el uno sin el otro?
En el momento que un arquitecto no puede cumplir una función, yo no lo llamaría arquitecto. Si no le preocupa la funcionalidad, está haciendo esculturas. Por otro lado, cuando es meramente funcional es una cosa de ingeniería pura, sin lugar para un diseño. A mí lo que me gusta es la mezcla de las dos. El diseño es el resultado de una condición política o un requerimiento, pero yo utilizo esa reinterpretación a favor de mi proyecto y le doy un diseño. Me gusta que expresen algo, deben tener una cara, si es una compañía o un cliente privado, todos quieren que su proyecto hable de algo y diga algo. Cuando platicamos con los clientes, los cuestionamos ¿cuál es la función que necesitan?, no la que creen necesitar. Porque a veces vamos heredando lo mismo, patrones de la familia, amigos y cada persona y familia es única y requiere una funcionalidad diferente en su espacio. Tratamos de provocar al cliente y gracias a eso han salido proyectos muy interesantes.
¿Cómo ves lo espacios públicos en México, para ser intervenidos y crear piezas culturales?
Increíble, estamos cediendo los espacios públicos, es una necesidad vital. Mira lo que sucede en Paseo la Reforma, nos quejamos de las clases sociales en México, sin embargo ahí puedes ver a todo tipo de gente conviviendo, no hay recelo y te das cuenta que todos podemos llevarnos bien. Lo que necesitamos son espacios públicos en donde la gente pueda convivir. Reforma se ha convertido en un espacio que la gente ha tomado como su espacio público y eso me parece increíble.
Debemos mentalizarnos a que las cosas pueden ser de más de una sola forma, a toda esta disque formalidad que tenemos le gana la informalidad, y para mí esa es la parte que hace de México una cosa riquísima. Es el lugar de las posibilidades: si te lo puedes imaginar y si hay un lugar donde se podría realizar, puedes hacerlo; en cualquier otra parte del mundo no te darían ni permiso.
¿En qué consiste la exposición Tazas Reforma 2012?
Lograr a través de un objeto común y cotidiano, como una taza, que la gente cuestione o reflexione de alguna forma. Ya sea por tocarlas, verlas, olerlas o escucharlas, ya que van a encontrar varios proyectos de todos los sentidos lo cual considero interesante. El reto fue grande, ¿cómo utilizas una pieza común para generar algo?. En nuestro caso quisimos presentar la taza como un elemento de fabricación para hacer algo un poco más arquitectónico. Por lo que creamos un túnel o un portal, le llamamos así porque un portal es pasar a través de algo. Nuestra pieza tiene varios tonos de rojo por fuera, como si pudiéramos mapear la pasión de cada persona que lo atraviesa. Además hay unos jardines, los cuales utilizamos con la intención de que se vayan cubriendo de vegetación, un changuero para que la gente se pueda subir y algunos juegos de luces.
Buscamos que sea un lugar en donde la gente se pueda meter, pasar a un lado o quedarse dentro si lo desean. Con este concepto de “Despierta a la vida” buscamos que exista algo que cambie a la gente y la concientice, a través de toda la secuencia de piezas.
¿En qué te inspiras para una exposición como ésta?
En el uso del día a día de Reforma. En el lugar específico, en el material que tenemos y la materialidad de la pieza. Soy ferviente usuario de Paseo de la Reforma y me encanta ver qué va a pasar, la manera en la que la gente convive con la pieza. Me encanta que sucedan todas las cosas que el arquitecto y el diseñador no pensaron.